Señor Presidente

010) Señor Presidente

Capítulo:10 

Primavera año 2019

-Fué descorté la forma en la que le hablaste.-dijo ella mientras se alejada de Erick.-no debes molestarte por lo que sucedió en el pasado sólo debes enfocarte del presente en el hoy.

Erick vaciló un instante, odiaba saber que Megan tenía razón. 

-No hables como si entendieras.

-Qué no entiendo.-Megan estaba indignada por la forma en la que Erick le habló.-yo tuve que dejar a mí novio y casarme contigo.

-¿Recuerda cuando firmaste el contrato?.-le Preguntó Erick.-en el punto once decía que tienes prohibido hablar de tú ex-novio y mucho menos puedes mencionar su nombre. 

Megan se quedó mirándolo, incapaz de comprender por qué aún él era una persona de corazón frío. 

Desde que Erick sé casó con Megan, la vida de ambos era fría y distante. Lo único que compartían eran la cama y de vez en cuando si ellos tenían que ir a eventos importantes fingían en ser la pareja perfecta.

Megan fingía ser una persona feliz para que su tío no sé preocupara. en los ojos de Erick sólo había oscuridad, fríaldad y una persona que era capaz de tortuar para alcanzar su objetivo. 

-Trata de sonreír.-le murmuró Erick a Megan.-no quiero que comiencen hacer rumores que no cuido de tí, recuerda que lo de ocurra hoy puedes lamentarlo.

Megan sintió un escalofrío que recorría su espalda. No podía creer que a un Erick perturbaba su tranquilidad. Era imposible que existiera una persona tan malvada como es él.

-Hoy quiero invitarte a salir

Megan levantó la cabeza lentamente y lo miró a los ojos. 

-¿Qué dijiste?.-le Preguntó ella.-¿Por qué saldría contigo?.

-Eres mí esposa y debemos pasar tiempo juntos.

Megan escuchó la fríaldad en sus palabras. 

Él seguía mirándola y la distancia entre ellos parecía encogerse, aunque eran esposos Erick sé encargaba en mantenerse alejado de ella.

Era como si aunque estuviera casada con él su pecho sé sentía pesado por la fríaldad de como la veía, su garganta tenía un nudo y no era que le importara Erick sólo que no entendía como una persona podía ser tan fría y malvada. 

Una parte de ella decía que no tenía sentido preocuparse o sentirse triste por la forma de la que Erick le hablaba o como la trataba. ella sabía que él nunca cambiaria su corazón por nada y nadie. Y otra parte, era que Erick sé negaba a que su triunfo de la presidencia sé arruine por Kristine y en especial por Megan, se negaba a que su triunfo fallara.

-No lo haré.-las palabras de Megan  parecieron resonar y sintió como Erick la volvió a mirar fríamente.

Una parte de ella quería tener una máquina del tiempo para no volver a negarse a Erick. 

Megan se estremeció al sentir el contacto de la mano de Erick en su cuerpo. No sabía que hacer por la forma en la que la miraba, pero sí sabía que, a pesar del miedo hacia Erick, ella no deseaba seguir teniendo miedo a él. 

¿Qué era exactamente lo que quería? ¿Por qué permitía que Erick hiciera lo qué quiera con ella? quería dejar de tener miedo, ya no podía seguir siendo una cobarde y no poder enfrentarlo.

-Quiero hacerte un regalo.-le confesó Erick.-éstos tres meses te has comportado como una esposa y no has hecho un escándalo.

Megan vió la amabilidad en el rostro de Erick sin fríaldad, sarcasmo y sin odio en su mirada. Pero aun así había ciertas formalidades e indiferencias por parte de él.. 

Era la primera vez que Megan lo veía sonreír. Era una sonrisa sin sarcasmo y sin fríaldad, para ella era una sonrisa real. Aunque Erick era una persona malvada él era verdaderamente guapo, Megan se sorprendió al pensar como sus pensamientos hacia Erick cambiaban.  

Megan estaba furiosa y sonrojada por sus pensamientos hacia Erick. Tal vez para otras personas él era un Díos, pero para ella era lo contrario, era la persona que la tenía amenazada y la persona con la que sé casó. 

Megan miró al suelo y desvió la mirada.

Erick se acercó a Megan y él pudo ver como la mejillas de ella sé ruborizó, él sabía que ella estaba nerviosa y miró como ella miraba hacía el otro lado donde sé encontraba Kristine la ex-prometida de él hablando con algunos invitados de la fiesta.

Ella intentó retroceder, pero sus piernas no sé movían y si Erick no la hubiera sujetado por la cintura ella habría caído.Erick aún mantenía una actitud fría, mientas él le sujetaba la cintura.

-No puedo dejar que mí adorable esposa sé caíga.-Erick le sonrió sarcásticamente.-es el deber de un esposo cuidar de ella.

Megan abrió los ojos al ver como volvía nuevamente la fría voz de Erick. El corazón le latía acelerado y, al sentir la mano de él tocando su espalda descubierta, tenía que mantenerse alejada de él. Tomó aliento, se incorporó y sé alejó como si nada hubiera pasado.




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