Señor Presidente

039) Señor Presidente

Capítulo:39 

Era un sábado por la tarde, la señora Emma había decidido visitar al señor Alonso Ruiz y poder hablar sobre el supuesto lavado de dinero que su nieto Erick está haciendo.

Él señor Alonso, sonrió a la llegada de la señora Emma. Era sorprendente como primero era la nieta política y ahora la abuela de Erick lo estaba visitando.

-Los otros días la señorita Megan se encontraba aquí.-Alonso, le sonrió a la señora Emma.-su visita fué muy agradable e hizo que mí mente se despejara totalmente.

La señora Emma, dejó a un lado su taza de té y luego miró al señor Alonso.

-Lo sé, ella me dijo que necesitaba hablar con usted.

Alonso asintió lentamente con una sonrisa.

-Erick, es una persona muy afortunado.-le dijo Alonso.-tiene una familia y por supuesto una hermosa esposa.

-Sí, es una hermosa pareja.-le dijo la señora Emma.

-Yo cuando ví a Megan por primera vez pensé que posiblemente ese matrimonio sea falso porqué no imaginé que Erick sé casara y mucho menos con una mujer hermosa como es Megan Rich.

-Sí, es una mujer hermosa y que ama locamente a mí nieto como él también la ama.-le dijo la señora Emma.-es un matrimonio real y que ninguno de los dos están dispuesto a que se rompa.

-No me malinterpretes señora Emma, es inevitable que los hombres no sé fijen en lo hermosa que es Megan Rich.-le dijo Alonso.

-Lo sé, pero estoy feliz porqué ella es una mujer que sólo tiene ojos para una sola persona.-la señora Emma, lo miró con una mirada fría.-Megan, no es como las demás mujeres ella es diferente y sólo vive por el amor de mí nieto y no creo que otra persona haga que su corazón dude de lo que siente por Erick.

-Lamento mucho si la ofendí...

-No importa estoy feliz 

-¿Por qué la señora Emma está feliz?.-le Preguntó Alonso.

La señora Emma, le sonrió sarcásticamente.

-Porqué mí querida nieta política es la manzana de la discordía y ningún hombre la puede tener exceptuando por supuesto a mí nieto Erick.

Él señor Alonso, estaba enojado sabía que la señora Emma no era una persona normal y que era capaz de todo por la felicidad de su nieto. La forma de como ella le hablaba, le sonreía e incluso los comentarios indirectos eran para él.

-Hace unos días conocí a su nueva esposa.-la señora Emma, le sonrió con una sonrisa fría.-es una mujer interesante.

-Sí, pero Elizabeth me dijo que usted la ofendió.-le contestó Alonso.

-Siempre uso frase no disponga en la casa de otra persona, ella ofendió a mí nieta política y no iba a permitir que ella la insultara en mí casa.-le dijo la señora Emma.-todos me ven como una persona que no hace nada pero cuando se trata de mí familia soy capaz de todo, es como un tigre que no se detiene hasta asfixiar a su presa y poder acabar con ella.

Alonso, sabía que esas frías palabras que fueron como cuchillos eran para él, y estaba seguro que la señora Emma era igual o peor que su nieta política. Si algo sabía Alonso era que esas palabras tenía un significado muy obvio "si te atreves a intentar hacerle algo a mí nieto o a mí nieta política yo acabaré contigo", lo sabía muy bien con la forma de como la señora Emma le sonrió.

-Somos iguales a diferencia de que si me interesa una persona lucho para obtenerla.-le dijo Alonso.-y nunca me he rendido a las amenazas de las personas.

La señora Emma, sabía muy bien que esas indirectas eran para ellas y sabía más que nada en el mundo que Alonso no iba a rendirse en obtener a Megan.

-Entiendo, señor Alonso.

-Señora Emma, cambiando el tema, ¿Cómo va con la investigación de Erick? Escuché que iban hablar algunos téstigos pero al final decidieron no hacerlo es una pena que no pudieran hacer hablar a esos téstigos, ¿No lo cree?.

La señora Emma, suspiró hondo y luego fingió una sonrisa.

-No, aún no tenemos téstigos pero en el mundo existen tres cosas que no se pueden esconder: el sol, la luna y la verdad. Estoy segura que la verdad saldrá y la persona responsable caerá.

-Alonso.-interrumpió Elizabeth la conversación de su esposo y de la señora Emma.-¿Qué hace ésta señora aquí?.

-Al parecer la cortesia está perdida.-murmuró la señora Emma.

-Recuerda que está en mí casa.-le advirtió la señora Elizabeth.-no le voy a permitir que usted me suba la voz.

La señora Emma, observó la arrogancia de la señora Elizabeth y su fría mirada.

-Como seguía diciendo señor Alonso, estoy segura que él o la responsable estaría sólo es cuestión de tiempo para que cometa un error.

-No creo que esa persona cometa un error.-le dijo él señor Alonso.-creo que esa persona es muy inteligente.

-Bueno entonces estaré ansiosa en esperar a que eso suceda, para mí esa persona no es nada inteligente.




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