Capítulo:48
-¿Por qué debo entretener a esa señora?.-les Preguntó Wendy.-¿Por qué no lo haces tú Kristine? Eres digna para ésta misión, estoy segura que lo disfrutarás demasiado.
Kristine, no podía creer lo que Wendy le acababa de decir. Ninguna de las dos estaban dispuesta en pasar tiempo con la esposa de Alonso.
-¿Por qué debo entretenerla?.-Sé quejó Kristine.-¿Acaso me ven cómo bufona?, No deseo pasar tiempo con esa mujer es una piedra en mis zapatos.
Megan miró fijamente a las chicas. ¿Acaso era un juego? Estaba enojada, ellas estaban jugando o sólo la querían ver enojada por no saber como detener los planes de Alonso. agarró fuerza e intentó calmarse. Tenía que haber alguna manera de hacer que una de esas dos aceptaran la misión. Megan alzó los ojos y miró por la casa de Alonso. Entonces vió como dos seguridad de él entraba a la casa, y sabía que sé le iba hacer difícil entrar, y conectar la memoria USB en la computadora.
-¡Ya basta!.-les gritó Megan.-mientras estamos en la limusina sé nos hará más difícil entrar a la casa de Alonso, y ustedes están jugando cambia el balón no estoy de ánimo para éste juego una de las dos entrará a esa casa y hablará con esa mujer.
-Pero no deseo hablar con esa mujer.-le contestó Wendy.-es una desquiciada, y de la peor.
Wendy inclinó la cabeza, para ver si entraban más guardias a la casa de Alonso.
-Bien, iré pero les costará.-le dijo Wendy, con un suspiro hondo.-quiero un viaje a Edimburgo siempre lo he querido conocer.
-¿No puedes pedir algo normal?.-le reclamó Kristine.-¿Dinero, joyas e incluso una casa?.
-Tengo todo eso y quiero mí viaje.-le contestó Wendy.
-Bien, pagaré tú tonto viaje a Edimburgo.-le dijo Kristine.
-Perfecto, debo entretener a la señora Elizabeth.-Wendy, suspiró hondo y luego salió de la limusina.
-¿Crees qué la podrá entretener?.-le Preguntó Megan.
-Escucha Megan, cuando Wendy sé lo propone es una persona muy insoportable.-le dijo Kristine.-y es capaz de desesperar a cualquier tipo de personas eso incluye a la señora Elizabeth.
-Bien, debo entrar a la casa de Alonso.-le dijo Megan.-ya sabes que hacer.
-Sí, no te preocupes sólo entras y sales de esa casa.-le dijo Kristine.
Megan, asintió una sola vez.
-Oye Megan, mucha suerte y por favor cuídate.-le dijo Kristine.
Al llegar a la oficina de Alonso, Megan comenzó a buscar información sobre las empresas fantasma de él. Todas las informaciones estaban guardadas por una caja fuerte, mientras trataba de descifrar la clave, Megan conectó dos memorias USB a la computadora de personal Alonso.
Ella se alejó un poco de las ventanas y observó como Kristine coqueteaba con los guardias que custodiaban la casa de Alonso.
«Bien, sólo falta poco», pensó Megan, mientras observaba que la memoria USB iba por 80%.
Megan, podía escuchar la voz de Wendy y la señora Elizabeth subiendo las escaleras, mientras hablaban.
-Estoy segura que necesita descansar.-insistía Wendy.-una mujer hermosa como usted necesita descansar.
-Ye te dije que no necesito descansar.-le contestó la señora Elizabeth.-te sugiero que salgas de mí casa.
-¿Segura?.-le dijo Wendy.-¿Acaso piensa qué él señor Alonso Ruiz sé quedará para siempre con usted?.
La señora Elizabeth la observó atentamente, pero no respondió. La miraba con odio, no estaba dispuesta en aceptar que Wendy tuviera razón.
-¿Señora Elizabeth?.;Wendy, la observó con una sonrisa sarcástica.-espero por su respuesta.
-No tengo miedo.-le dijo la señora Elizabeth finalmente.-confío en mí esposo y nada podrá separanos.
-Suerte con eso.-le dijo Wendy.-ambas sabemos que él señor Alonso Ruiz, no durará mucho tiempo con usted.
-Quiero que te vayas de mí casa y nunca regreses.-le exigió la señora Elizabeth.-tú perturbas mí paz.
-Pero si tú paz ya está perturbaba al casarte con él señor Alonso Ruiz.-Wendy, le sonrió sarcásticamente.-debes sentirte feliz que yo la hermosa Wendy me preocupe por tú vida.
-Lo que estás buscando es un nuevo chisme.-le acusó la señora Elizabeth.-eres esa clase de persona que viven de eso.
-Señora Elizabeth yo no mato a mis maridos y me quedo con sus fortuna.-Wendy, le sonrió sarcásticamente.-y sobre los chismes la tenemos a usted y a su círculo social.
-Quiero que te vayas ahora desvergonzada y descarada.-le dijo la señora Elizabeth.-Ahora.
Wendy, no sabía que más hacer, estaba tratando de entretener a la señora Elizabeth y no sabía si Megan ya terminó con la memoria USB.
«Vamos Megan, no puedo seguir hablando con ésta señora que piensa que su vida es mejor que la mía», pensó Wendy.
Al terminar de copiar las informaciones de la computadora personal del señor Alonso, Megan les envió un mensaje a Kristine y a Wendy diciéndoles que ella ya sé encontraba en la limusina esperándolas.