Pretendía dormir hasta tarde, me negaba rotundamente abrir los ojos, anhelaba con todas mis fuerzas que lo vivido fuese un sueño, en realidad, cuando me senté en mi habitación e intenté recordar como llegue. Totalmente vestida y con los zapatos puestos, me senté sobre la cama. Desorientada, eché un vistazo al reloj de la cómoda. Era de mañana. Gemí, me dejé caer de espaldas mientras me quitaba el vestido. Lo primero es lo primero, me dije a mí misma. Tomé mi neceser. Sin embargo, la ducha no duró tanto como yo esperaba. Pronto estaba atenta a ver si oía los gritos de mi madre. Pensaba que podría escuchar su horrenda voz por encima del tamborileo de la lluvia, pero, cuando abrí la puerta todo parecía estar normal y en silencio. Aun no podía aclarar lo sucedido sólo consistía en reasumir mi vida sin expectativas.
Cuando bajo hacia la cocina con bolsas de ropa sucia en ambas manos, escucho una voz que me parece conocida, todavía no la descifro, camino un poco mas, y me percate que es Aron conversando con mi mamà. ÉL está sentado en el sofá leyendo un libro.
– Chico: (Al ver aparecer a su mujer cargada de bolsas.) ¿Has encontrado lo que querías?
– Chica: (Acelerada) Cariño, ¿Te parece a ti que haya encontrado lo que quería? (Mostrando las bolsas.)
El CHICO completamente serio, y vuelve a centrar su vista en el libro.
– Chica: Que haces aquí.
– Chico: Vaya... ¿Tenemos que platicar?, lo que tengo que decir no demora mucho
– Chica: ¿Y eso?
– Chico: Tu mamà me contó tu situación.
– Chica: ¿Que situación? ... no comprendo la verdad
– Chico: Estás enferma, eres una... ni siquiera puedo terminar la palabra, yo me siento tan avergonzado de ti, no se que decirte ni que pensar, te creí tan frágil, me mentiste todo este tiempo, sin embargo jugaste con migo y mi familia
– Chica: Las cosas no son así como la estas pensando Aron.
– Chico: ¡Já! Permíteme que me ría. Yo sí tengo días malos. Pero esto que me contó tu madre fue lo peor. Y no te atrevas a mentir, los resultados los tengo aquí.
Aderlyn bajo la mirada, sin pronunciar ninguna silaba avergonzada tiro las bolsas aun lado para secar las lagrimas que recorrían todo su rostro.
– Chico: Creo que no tengo que decir que la boda se cancela, y que no quiero que te me vuelvas a acercar por ningún motivo, —la observa con una negación profunda y mirada de decepción.
Tus mentiras no solo me lastimaron a mi, si no que a ti misma, dañaste tu vida, dime que necesidad tenias tu de ser una mujer de la calle, !dime porque! —No, no me respondas no quiero mas mentiras. Adiós
Mamá: Hija, comprende que esto es por tu bien. Él tenia que saber la verdad
Chica: ¡Ay, mamá! No te metas en mi vida, ya supérenlo.
La chica salió detrás de él sin mirar a su alrededor, lo sujeto fuertemente por el antebrazo en medio de la calle, comenzaron a discutir severamente sin percatarse que un enorme vehículo se aproximaba para cuando lograron percibir el automóvil ya fue demasiado tarde., solo se escucho un fuerte golpe y un quejido de dolor. Una luz ilumina el coche. Se escucha el sonido de un choque violento Aderlyn salta, antes de quedar inconscientes.
Afuera de la casa se encontraban un grupo de personas, que hablaban entre ellos, mientras otros reían y se burlaban.
Que esperan, llamen a una ambulancia por favor. —Reclama la madre de manera ostensible
Una mujer adulta, canosa responde a aquella petición. —Déjala morir, si tu misma te encargaste de que todo el mundo sepa el mal que aqueja a tu hija, no queremos que siga haciendo el mal en este mundo ni que corrompa a nuestros maridos, es lo mejor, lo siento por ser tan directa pero sabes qué es lo mejor... Y no seas hipócrita si todos sabemos como tratabas a tu hija, eres una vaga del carajo
¡Cállate!. No tienes idea de lo que dices, eres una pobre vieja decrépita.... Ayúdenme por favor.
¿Qué es lo que sucede aquí? —Un hombre maduro con anteojos cubo de botella agarró a la chica y después al chico sin miedo a nada, mientras preguntaba a la señora que estaba junto a ella. —No se preocupe súbase al taxi rápido, vamos al hospital mas cercano, todo estará bien.
La señora con lagrimas en los ojos, no se le entendía lo que hablaba, entre lagrimas y balbuceos, logro dar las gracias, aquel hombre.
En una cama de hospital, Aderlyn yace malherida y cubierta de vendas. Está conectada a varios aparatos mientras una enfermera la revisa.
Enfermera, por favor... llame a mis padres... necesito decirles que lo siento.
La enfermera acentúa y responde. —Tranquilo, joven. No se esfuerce.
No... es inútil. Por favor... por favor, solo dígales que lo lamento. Y que los amo... mucho...
Él chico cierra los ojos y una de las máquinas lanza un sonido penetrante, indicando que acaba de morir. La enfermera, consternada, se acerca a la puerta para llamar a un doctor, quien entra para confirmar el fallecimiento de la muchacha.