Lucian iba ganando.
Compraba cada cosa que se le presentara en frente, Tracy terminó dándose por vencida y, ahora mismo, estaba observando como Lucian y yo competíamos por ser los ganadores de la Gran Metrópolis.
Odiaba perder.
― Mami.― dijo Eliot comiendo de su postre.― Deberías rendirte.
― El niño sabe de lo que habla.― dijo Lucian mientras sonría descaradamente.
― ¡Jamás!― exclamé desesperada porque me estaba acorralando.
―Yo creo que deberías hacerlo.― susurra Tracy con la boca llena.― Serás, totalmente, humillada.― dijo mientras tragaba.
― Si me rindo, estaré dando paso a la humillación.
― Eres tan terca.― dice Lucian sonriendo.
― No tienes idea.― habla Tracy levantándose y sirviendo más de su postre.
Después de otros horribles 5 minutos, terminé perdiendo y Lucian no hacía más que sonreír y ver sus ganancias... restregándome en la cara el hecho de haber perdido frente a él.
Refunfuñando, saco mi baraja de póker y le reparto a Tracy.
― ¿Y para mí?― su sonrisa era de burla pura.
Rodé los ojos, mi amiga suelta una gran y sonora carcajada.―Chico, ¿Es qué quieres morir?― dice ella mientras ordena sus cartas.
― No.― su sonrisa se agranda y trata de fruncir el ceño, para verse más serio... No sucede, su expresión parece divertida y burlona.― ¿Por qué?
―Mírala.― me apuntó con su mentón.― Podría asesinarte en cualquier momento.
Lucian ríe levemente.―¿Es que a caso la Señorita Ward, no sabe perder?
― Sí, Señor Delacroix, sí sé perder, lo que no tolero es a la gente tramposa.
― ¿Me está llamando tramposo?- Se cruza de brazos mientras niega.
― No, Señor, ¿Cómo se le ocurre?― mi sarcasmo se hace presente y Tracy comienza a reír.― Simplemente estoy comentando qué clase de gente me desagrada.
―¿Está usando sarcasmo, Señorita Ward?― frunce el ceño, tratando de ser serio.
―¿Sarcasmo? ¿Yo?― gesticulo con las manos para darle más credibilidad.― ¿Cómo puede pensar eso de mí?
Y sucede, Lucian comienza a reír y es ésa clase de risa en donde echas la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y afirmando tu barriga.
Disfrutando el momento.
Sonrío mientras me deleito con el sonido de su risa, ronca, sincera y varonil; provocando un hormigueo en el centro de mi estómago.
Cuando por fin se detiene, seca una lágrima invisible de su ojo derecho y niega mientras trata de ocultar su sonrisa.
Y comienzo a repartirle cartas.
―Y ni piense que ganará, porque no lo dejaré.― digo entre dientes con la poca dignidad que me queda.
― ¿Piensa que me ganará?― dice cambiando una carta.
― Por supuesto que sí.― confieso segura, después de todo, soy una muy buena jugadora de póker.
***
Dan las 10 pm cuando me siento recta, con una gran sonrisa en mi rostro y al frente de mí, un Lucian bastante molesto.
De las 6 partidas que hemos jugado, ha perdido las 6.
―No cree que debería dejarlo.― comenté mientras bostezaba falsamente.
― ¿No está alardeando mucho, Elizabeth?― y ahora soy Elizabeth.
Reí, me encogí de hombros: ― ¿Qué puedo decir? Cuando uno es bueno en algo, debe presumir.
Tracy se levanta y besa la frente de Eliot.
― Bien, una que se va.― dice besando mi frente.- Lucian, un placer haber compartido esta noche tan importante... como una familia.― finaliza, mientras se despide formalmente.
― Lo mismo digo.
― Si quieres pertenecer a esta familia... debes ganártelo.― dice mientras recoge su bolso.
― ¡Tracy!― me quejo mientras siento mis mejillas arder.
― Es la verdad.― se encoge de hombros y me levanto para despedirla en la puerta.
― ¿Por qué te vas tan pronto?― hablé mientras la veía colocarse su abrigo negro.
― ¿Y tú por qué crees?
― Gary...― susurro.
―No, tonta.― sus ojos brillan y una hermosa y sincera sonrisa ilumina su rostro.― Noah.― me abraza fuertemente.― Deséame suerte ¿Sí?
― Pff, Nena, la suerte es para los perdedores.― correspondo su abrazo.― Éxito para los campeones.― al separarnos, le guiño un ojos.― Y tú, Corazón mío, eres toda una campeona.
― Por eso te amo.
― Lo sé.
― Adiós.― va saliendo de casa.
― Y Tracy.― se detiene en medio de su camino para llegar al ascensor.― Cuídate, ¿Sí?― me guiña.― Siempre.―y me lanza un beso imaginario.
Cierro la puerta, rezando para que todo salga bien y que mi amiga, por fin, pueda ser feliz.
― ¿Y bien? ¿Qué haremos ahora?
― Ver una película.― dice Eliot dejando sus juguetes de lado.
― Estoy de acuerdo.― habla Lucian acomodándose en el sofá largo, junto con Eliot, quien se acurruca a su lado.
― Elijan una.― menciono mientras me giro.― Iré por unas mantas y palomitas.
― ¡Sí!― dice mi hijo mientras se acomoda para elegir algo.
A los 10 minutos, voy con un pocillo lleno de palomitas y una manta para ellos.
―¿Cuál eligieron?― pregunto mientras reparto las cosas.
―Todas las de Tarzán.― Lucian toma la manta y la coloca encima de Eliot de él.
―Son las favoritas de Lucian.― dice feliz, recibiendo las palomitas.― Mami, siéntate aquí.―golpea Eliot al ver que me iba a sentar al frente.
―De acuerdo.― me siento a su lado y Lucian extiende la manta.― Gracias.
Asiente y le da play a la película.
Y comienza...
A mitad de la película, Eliot se duerme y lo acurruco en mi pecho, se acomoda y sigue durmiendo.
***
Ya al terminar, tomo a Eliot entre mis brazos, para cargarlo a mi habitación.
Lucian me detiene:―- Deja llevarlo yo.― y en seguida, me libera del peso de mi hijo.― ¿Cuál?
―Segunda puerta a la izquierda.― menciono, abre la puerta y observa mi habitación.