Las felicitaciones siguieron, con risas, sonrisas y abrazos.
¿Cómo podían no sospechar nada? ¿Cómo no podían ver lo forzada que era mi sonrisa y la sonrisa tensa en la cara de Lucian?
Las gemelas habían dicho: ― Al fin nuestro hermano abrió los ojos... siempre has sido la indicada.―para luego abrazarme, me sentía incómoda, inquieta y atemorizada, ¿Había algo peor que todo eso junto? Pues claro que lo había, Tracy no se había acercado a felicitar, aunque no esperaba que lo hiciera, miraba a
Lucian de reojo y luego se encargaba de hacer reír a Eliot.
***
Cuando todos se marcharon a sus respectivos hogares, Tracy y yo nos encargamos de limpiar, dejando a Joanne, Eliot y Lucian en la sala de estar.
― ¿Sigues enfadada?
― Más que enfadada contigo estoy preocupada, lo único que espero es que no sufras tanto.― habló con un suspiro.― Que quede claro aquí y ahora.―habla seria.―Yo seré la dama de honor y Sara puede ser la segunda, pero nadie más.
Reí.― De eso no hay la menor duda.
― Sé que no puedo tomar decisiones por ti y que debo respetar lo que decidas.―suspira.―Pero odio saber que me estoy quedando al margen de algo como esto.
― Entiendo, y realmente lo lamento, no quería decepcionarte.―apoyo la cabeza en su hombro y nos quedamos así por unos minutos.
― No esperes que trate bien a Lucian, sólo acepto esto por ti y Eliot.―río porque Tracy siempre ha sido una amiga celosa y posesiva.
― Me parece perfecto.
Terminamos de limpiar y al llegar a la sala, escucho:
― No soy de amenazas, Hijo, pero si le haces algo que pueda dañar a mi niña y mi Eliot.―miro a Tracy quien me deslumbra con su sonrisa.― Yo misma me encargaré de castrarte y asegurarme de que pagues.― jadeo y Tracy suelta una carcajada.
― Me apunto para ayudar.―dice saliendo detrás mío, mientras ríe.
― Nadie se va a apuntar a nada.―me cruzo de brazos y miro a Joanne sonriendo inocentemente.― ¿Desde cuándo se han vuelto tan sobreprotectoras?―cuestiono mientras comienzo a guardar las cosas de Eliot para irnos a casa.
― Siempre lo hemos sido.― Tracy se encoge de hombros.― El problema era que no teníamos a quién amenazar.
― Exacto.― Joanne se levanta.― Ahora tenemos a este muchacho a quien atormentar.― dice mientras golpea levemente la cabeza de Lucian.
Río al ver el ceño fruncido de Lucian.― Ya, creo que me iré.― Beso la frente de mi amiga, luego la de Joanne, se despiden de Eliot y de Lucian.
― Deja, yo lo cargo.― dice Lucian al ver que me dirigía a donde mi hijo yacía dormido.
― Pero...
― Vamos.―me interrumpe y se gira con mi hijo en brazos. Asiento.
Subimos en silencio, abro la puerta y entramos.
Dejamos a Eliot en su habitación y salimos, cuidando de no hacer ruido.
― No nos fue tan mal.―habla con una leve sonrisa en su rostro.
― Supongo que no.― caminamos a la sala.
Suspira.― Deja de preocuparte.― se sienta a mi lado y coloca su mano encima de mi pierna.
Frunzo el ceño.
― Todo saldrá bien.― aprieta levemente ésa zona.― Hiciste lo correcto.― asiento.
― Eso espero.
― Sigues siendo la misma chica preocupona de hace 6 años.― me tenso repentinamente y me giro a mirarlo.
― Pensé que no recordabas aquello.―su semblante era pensativo y una leve sonrisa curva sus suaves labios haciendo que sus rasgos duros y firmes se suavizaran.
― ¿Cómo lo iba a olvidar?― apoya su rostro en mi hombro.― Me diste el valor para enfrentarme a mi abuelo.
― Estabas borracho y yo también.―puntualizo.― Casi todos nuestros encuentros eran con un par de copas de más.
― Pero jamás estuvimos completamente ebrios.― susurra despacio.― Recuerdo cada maldito segundo de ése verano.
― ¿Por qué no me lo dijiste la primera vez que nos vimos después de tanto tiempo?
― Porque pensé que no lo recordabas... Yo estaba seguro de que eras tú, ¿Pero tú? No podía arriesgarme a hacer el ridículo.―suspira.― Actuabas como si no me conocieras.
Río de incredulidad.― Al principio estaba segura de que, simplemente, querías aguardar las apariencias.― negué y me alejé.― Pero luego... pensé que lo habías olvidado.
― Supongo que ambos fuimos víctimas de los malos entendidos.
― Supongo que sí.―suspira.
Y pensar de que en ésa época ninguno tenía tantas responsabilidades como ahora.
― Mañana haré el anunciado en la prensa.
― Ya lo habías mencionado.
Asiente.― Es lo mejor, si se enteran de otra manera, habrán especulaciones.―vuelve a acortar las distancias entre nosotros.― Quiero hablar sobre la boda.―susurra en mi oreja, haciendo que su aliento cálido choque con mi fría y frágil piel de esa zona.― Se llevará a cabo dentro de dos semanas.
Me tensé.― De ninguna manera.― ¿Cómo podía proponer aquello.― Eliot ha comenzado sus quimioterapias, no esperes que me case con mi hijo en ése estado.―me levanté.― ¡Dios, ni siquiera se divertirá o algo.
― Mientras más pronto mejor.
Niego.― No, Lucian, no es lo mejor y no hay más discusión.
― Elizabeth, escucha.―se levanta y camina hacia mí, sus manos se posan en mis hombros.― No podemos esperar el tiempo que dure el tratamiento.― niega.― Podemos hacer la boda dentro de 2 meses.― se acerca más.― Pero no más... y la fiesta de compromiso será este fin de semana.
― El viernes tiene una quimioterapia.
― Lo sé, pero no durará mucho tiempo.
Asiento a regañadientes.― De acuerdo.
― Mi madre y las gemelas te ayudarán con los preparativos.
― Joanne, Tracy y Sara también lo harán.
Suspirando, asiente.― Supongo que tus padres no vendrán.
Me tenso.― No lo creo, aunque conociendo a mi madre, estaría encantada de verse relacionada con tu familia.
― ¿Quieres que vengan?
Niego.― No lo sé.― lo miro.― ¿Será por la iglesia?