Señora Delacroix

23. Recuerdos, golpes y lágrimas

Comienzo a preparar la cena mientras escucho las risas de Lucian y Eliot desde la sala de estar e inconscientemente, sonrío.

5 minutos después, siento una fuerte fragancia a cítricos y a dulce, unos brazos me abrazan desde atrás.

― ¿Qué harás de cenar?― susurra contra mi cuello.

Un escalofríos recorre mi espina dorsal y niego, tratando de no pensar en qué tan cerca está de mí.

― Comida.― dije con una sonrisa.

Ríe y su aliento choca en mi cuello.― Muy divertida , ¿No?― habla en un susurro mientras comienza a besar mi cuello y sus brazos me afirman más contra él.

Dejo el cuchillo con el que cortaba las verduras, a un lado y me sostengo en el borde del mueble.

― Lucian.― hablo despacio, porque el cuello siempre ha sido mi debilidad.

― Mmm.― dice mientras mordisquea y besa aquella zona.

― Lucian.― llamo otra vez.

Sus manos comienzan a recorrer mi cintura, ascendiendo hasta casi tocar mis pechos.― ¿Sí?―habla mientras parece entretenido con mi cuello.― Acabo de encontrar tu punto G.

Río.― Detente.―trato de apelar a su razón.

― ¿Por qué?― sus manos siguen recorriendo mi estómago, mi cintura y mis caderas.― Sé que te gusta y que lo quieres tanto como yo.

― Idiota.― me giro sin previo aviso y beso su mentón. ―Controla tus hormonas, hombre sin piedad hacia el género femenino.― advierto.

Me abraza, ocultando su rostro en mi cuello y siento como ríe.―¿Hombre sin piedad hacia el género femenino?

― Por supuesto.― asiento contra el hueco de su cuello y hombro.

― ¿Por qué?

― Porque, obviamente, no tienes piedad... arrasas con todo pensamiento coherente de cualquier mujer que esté a tu lado.

Me aleja.― ¿Eso te incluye?

Sonrío.― Gracias al cielo, Delacroix, cree un repelente ante tus encantos.

Me sonríe.― ¿A sí?

― Por supuesto, he trabajado por 2 años para ti, ¿Qué esperabas?

Ríe.― Algún día caerás ante mis encantos.

― El día que suceda, las gallinas volarán y los perros hablarán.― besa mis labios y antes de que pueda profundizar aquel beso, lo detengo.― Alto ahí, vaquero, ya dije que te controlaras, además, jamás haría algo como esto con Eliot estando por ahí.

Suspira.― Ya entendí.― comenta mientras a regañadientes, me suelta.

― Bien, ahora déjame cocinar.― asiente y se aleja, mientras toma asiento en una de las sillas de la cocina con una muy perezosa sonrisa en sus suaves labios.

― ¡Mami!― Eliot grita mientras escucho sus pasos aproximarse.― ¡Mami!

― ¿Qué sucede?―pregunto mientras le doy la espalda.

― ¡Mami!―vuelve a llamar y escucho la risa de Lucian.

― Dime, Renacuajo.― digo mientras me doy la vuelta y lo observo.

Eliot estaba desnudo y lo peor, era su rostro. Tenía puesto en sus labios el lápiz labial de color rojo de Tracy, sus mejillas y parte de su frente estaba pintada con rimel y lápiz de ojos, a eso debíamos sumarle los polvos y la base que llevaba esparcido por todo su cuerpo.

Un jadeo se escapa de mi garganta al verlo y Lucian libera la gran carcajada que estaba aguantando.

― ¿Crees que me veo bien así?

Lo que seguía sin entender era el porqué de su desnudez.

― Cariño,...―hablo sin saber qué decir o, en el peor de los casos, hacer.― Te ves guapo, pero...― ¿Cómo le dices a un niño que no está en edad de maquillarse?

― ¿Pero qué?

― Pero aún no estás en edad para hacer estas cosas.―camino hacia él y me acuclillo.― Además, ¿Quién te enseñó hacer esto?

― Sólo miré lo que tía Tracy y tú siempre hacen.− Sonrío.

― ¿Y por qué la desnudez?―se encoge de hombros.

― Estoy expresando mi libertad.― se aleja.

― Ve a vestirte.―ordeno suspirando.― Puedes enfermarte.

― ¡¡¡¡¡Oh!!!!!―exclama mientras cubre su boca.― ¡Es cierto! ¡No quiero ir más al hospital!― y sale corriendo hacia su habitación.

― Iré a limpiarlo.―declara Lucian saliendo detrás de él.

 

***

 

 

No había nada más que me pusiera histérica que Tracy llamara a las 7 am para decir que debía estar lista en 30 minutos.

Hoy era domingo.

El día en donde oficialmente, anunciaremos nuestro compromiso.

― ¿Era Tracy?― pregunta Lucian a mi costado, me giro para mirarlo.

― Sí, debo vestirme, ¿Crees que puedas quedarte con Eliot?― se estira y bosteza.

― Por supuesto.― se apoya en el respaldo de la cama mientras se sienta.― Por cierto, la fiesta comenzará a las 8 de la tarde, en el día será una comida, brindis y todo eso con lo más cercanos.― estira la mano y pone un mechón de mi cabello detrás de la oreja, sonríe.― Así que, pueden llevar los vestidos a la casa de mi padre, las gemelas están ansiosas de verlas y poder prepararse con ustedes.

Asiento.―Entiendo.― me levanto para ir a ver a Eliot, quien decidió dormir en su cuarto.― Por cierto, te dejaré todo listo para que no tengas problemas con la ropa de Eliot.― entro y lo veo dormir plácidamente, me acerco y beso su frente, luego voy a su armario y comienzo a preparar su ropa, para hoy y su traje para la noche.

Camino con todo hacia mi habitación.― El traje de Eliot.―le digo mientras lo cuelgo en el perchero de mi armario.― Y lo que hoy se pondrá.― dejo todo en la silla.

― Mujer, deja ahí y ve a vestirte.― asiento, mientras comienzo a buscar mi ropa.


 

***

 

 

― Bien, ya me voy.― entro a mi habitación y veo a Lucian recostado.― Recuerda, si sucede algo, me llamas.― ríe y asiente.― Tracy, Joanne, Sara y yo, llegaremos alrededor de las 2 de la tarde.

― ¿Y qué harán?

Me encojo de hombros.― Ni idea, solo sé que quieren estar conmigo.

― Las mujeres y sus complicaciones.

― Sí, bien, adiós.― me acerco y beso su frente.

Antes de alejarme completamente, Lucian sostiene mi brazo y me empuja hacia él.

Lo siguiente que siento son sus labios encima de los míos.




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