― Mami.― Eliot me sonrió dulcemente y mi corazón se apretó un poco.― Está bien, quiero cortarme el cabello.― besa mi mano y la toma entre las suyas.― No te preocupes.
Lucian lo observa detenidamente y Tracy se gira para limpiarse el rostro lleno de lágrimas.
― De acuerdo.― susurro contra su cabeza.
― No te preocupes.― Lucian lo levanta en sus brazos.― Te verás apuesto.
― Eso ya lo sé.― le responde Eliot y Lucian ríe.
Entramos a la peluquería y Eliot se sienta en la silla que le ofrecían para comenzar a cortarle su cabello.
El peluquero comienza a pasar la máquina por la cabeza de Eliot y mi hijo observaba por el espejo como sus mechones caían y caían sobre sus hombros, parecía estar bien, pero su mirada reflejaba otra cosa. Porque yo lo sabía y Tracy también, a Eliot le encantaba mantener su cabello largo... para ser un niño, nunca pensé que se mostraría tan fuerte, al menos, más que nosotros.
― No puedo, iré a fuera.―me susurra Tracy bastante conmocionada.
Asiento.― De acuerdo.
***
Cuando todo el proceso terminó, el hombre le sonríe.― Te ves bastante apuesto.―acarició su cabeza y Eliot sonrió.
― Gracias.― caminó hacia nosotros y nos miró.
― Te ves hermoso.―lo abrazo y Lucian besa su cabeza y le dice lo orgulloso que está de él.
***
Estábamos en casa, la puerta suena y voy a abrir, Eliot me sigue y abrimos juntos.
Ahí estaba Sara con los mellizos, pasan y nos saludan.
Trevor se quita su gorro y quedo perpleja.
― ¿Te rapaste?― pregunta mi hijo.
Trevor asiente.― Por supuesto, somos amigos y quería estar igual que tú.― y lo abraza.― Ahora seremos dos.― dice mientras ambos ríen al mirarse por un tiempo.
― También quería hacerlo, pero mamá no me dejó.― comenta Mone un poco triste.
― No importa, Mone, las niñas deben tener su cabello hermoso como el tuyo.― dice Eliot para abrazarla.― Uno de nosotros tiene que tener un hermoso cabello, ¿Cierto, Trev?
― Si, si, si, ya se lo había dicho.― Trev la abraza y besa su mejilla.
― ¿Cómo pasó esto?― pregunto en cuanto vemos como los niños se van a jugar.
― Trev nos escuchó a Callum y a mí sobre lo que Eliot haría.― Sara se encoge de hombros.― Entonces, quiso hacer lo mismo para acompañar a su amigo, no sabes cuánto molestó para que lo llevaramos.― Sara sonríe.― Callum se veía bastante orgulloso de él.
― Es un gran chico.― abrazo a mi amiga y ambas nos quedamos observando a los dos niños con la cabeza rapada que jugaban con unos camiones.
2 meses para la boda.
Habíamos fijado fecha para la boda, sería el 22 de marzo; un día después de entrar en primavera.
Teníamos más tiempo para su preparación, más tiempo para cuidar de Eliot, quien se ha estado debilitando cada vez más con las quimioterapias y apenas llevaba 5, a pesar de todo, seguía manteniéndose fuerte, como si nada le sucediera.
― Debe ser corte de sirena.―habló Eloise.― Resaltará tu figura.
― No lo creo, pienso que debe ser algo más sencillo.―comenta Joanne.
Estábamos escogiendo el vestido de novia, eran tan hermosos, pero realmente estaba comenzando a creer que ninguno era para mí, pues de los seis que me he probado, ninguno me ha convencido.
Tracy, permanecía en silencio, observando cómo las mujeres mayores discutían del porqué sus elecciones.
― Siento que moriré en cualquier momento.― susurro luego de salir del probador con el vestido que había elegido Eloise.
― Te ves preciosa.―parecía feliz y satisfecha y yo me sentía como una vaca a punto de reventar.
― Te ves hermosa.―concuerda Joanne.
Tracy niega.― Elizabeth no está acostumbrada a usar algo así.―comenta caminando hacia mí.― Te ves bien, pero no te queda.―da una vuelta completa a mi alrededor.― ¿Qué me dice?, usted es la experta.― le pregunta a la mujer que estaba dirigiendo mi boda y experta en diseño, la señora Emma.
― Digo que tienes razón.―me mira de pies a cabeza.― Elizabeth es la clase de mujer que puede verse bien con cualquier tipo de diseño en vestidos, pero esta es su boda y debe verse perfecta.―coloca su dedo índice en su mentón, a modo de demostrar que está pensando.― Puede lucir bien con cualquiera, pero debemos encontrar el vestido indicado para ella.―todas asienten en concordancia.
― ¿Qué tal este?―pregunta Tracy apuntando a un vestido corte de princesa, con finos detalles de perlas y encaje, en un equilibrio perfecto entre sencillez y extravagancia... miré a Tracy y ella me sonríe.
Hace mucho tiempo, dibujé nuestros vestidos de bodas y yo siempre soñé con algo vagamente familiar al que tenía en frente.
― Es hermoso.―susurré.
― No creo que sea el indicado.―habla Emma no muy convencida.
― Se lo debería probar.―comenta Joanne bastante irritada por la actitud de Emma.
― Si eso es lo que quieren... ―se lo quita a Tracy y me lo entrega.― Ve, aunque estoy segura que será una pérdida de tiempo.
―ya veremos.― susurra mi amiga rodando los ojos.
Salgo y con mucho cuidado tomo la tela del vestido para evitar pisarla.
― Listo.―las llamo, se giran y Tracy me sonríe.
― Te ves hermosa.― Joanne cubre sus labios.― Realmente preciosa.
― Divina...―completa Eloise.
― Debo decir que me equivoqué.― Emma camina hacia mí y me mira por todos lados.― Impresionante, te queda perfecto.― levanta mis brazos y mide para ver si no había errores en la medición de él.― Realmente te queda perfecto, a la medida.―habla después de unos minutos.― Como si lo hubieran hecho únicamente para ti.―me sonrió.― Te ves preciosa.
Me miré en el espejo y observé cómo el vestido se acoplaba perfectamente a mis curvas, como sus pequeños detalles caían con delicadeza sobre mi cuerpo... era hermoso.