Señora Delacroix

37. Decisiones

Maratón 3/ ¿?

 

Bajo y camino, la puerta se abre y sale Sandra, ella me sonríe mientras pasa por mi costado.

―Hola, Lucian.―Saluda a mis espaldas. 

Me giro y veo como le besa la mejilla, pero lo había hecho demasiado cerca de sus labios.

―No puedo creerlo...―Susurro, niego y camino hacia la entrada de la casa, abro la puerta y lo primero que veo al entrar es a Noah jugando con Eliot y Tracy mirándolos con aquella sonrisa tierna en sus labios.

―¡Lizzy!―Exclama Noah en cuanto notó mi presencia.―¡El matrimonio te sienta de maravilla, porque cada día estás más guapa!―Dice con demasiado entusiasmo, sonrío al ver su gran sonrisa, Noah era la persona más entusiasta que conocía, tanto que contagiaba a todos con aquella sonrisa tan despreocupada.

Tanto que olvidaba lo qué él le había hecho a mi amiga...―¿Qué haces aquí?―Digo con toda la indiferencia del mundo, pues seguía recordando que él había sido el causante de las lágrimas de mi amiga.

La sonrisa de su rostro no desapareció y por un momento, me sentí extremadamente culpable de tratarlo así.―Tracy me invitó.―Su sonrisa se agrandó aún más, tanto que se llegó a aparecer a la del Joker... espeluznante.

Alcé ambas cejas, mirando a Tracy, ella se encogió de hombros.

―Creo que hay otra cosilla de la que tenemos que hablar.―Susurró ella.

―Mami.―Sentí como Eliot rodeaba mis piernas al instante.―Tío Noah no se irá, ¿verdad?―Dice con mirada triste.

Miró a Tracy y a Noah, ambos me sonríen.―Lo único que espero es que no estén utilizando a mi hijo para salvarse de esto.

―¿Nosotros?―Habla Noah, exageradamente, asombrado.―Nos dueles, Lizzy; nos dueles.―Dice pareciendo demasiado triste como para no creerle.

―¿Noah?―La voz llega de mi espalda.

―¡Hermano!―Noah camina hacia él y Lucian lo encuentra, ambos se abrazan.―Vamos a tu despacho; para ponernos al día.―Acto seguido, desaparecen en el pasillo.

Me giro a Tracy quien está animadamente jugando con mi hijo, me cruzo de brazos y la observo, siempre seria.

―Eliot ha estado más animado.―Informa ella sin girarse hacia mí.―Lástima que pronto viene una nueva quimioterapia.―Susurra mirándome con pesar.

―Muy pronto se acabará todo esto.

―Más o menos en un año más.

Asiento.―Tenemos que ser persistentes.

―Y fuertes...―Mira a Eliot jugar en los pasillos con sus autos de juguete.―Cuando se recupere, lo llevaré a Disneyland.―Sonríe.―Se volverá loco de tanta felicidad.

―Yo sólo quiero verlo feliz y recuperado.―Asiente.―Por cierto, tenemos que hablar.

Ella suelta una carcajada.―Nunca olvidas nada, ¿Verdad?

―No, jamás.―Niego y ambas nos sentamos en un sofá, observando a Eliot.

―No es que estemos juntos...―Habla después de unos minutos.

―¿Pero?

―Pero siento que no puedo estar muy lejos de él...

―¿Eso te asusta?―Pregunto observando como Eliot habla con sus autos.

Asiente.―Es humano y va a cometer error tras error y yo... yo no soy tan fuerte, ¿Sabes?―Parecía una pequeña niña perdida y asustada.

―Pero de eso se trata la vida, ¿No?―Ella me mira por un momento.―De temer constantemente, pero de tener el suficiente valor como para arriesgarte...―Ella sonríe de lado.―No te digo que lo perdones, sólo te estoy diciendo que pienses que es lo que te hace feliz... y si es Noah quien te hace feliz...―Me encojo de hombros.―Entonces vale la pena todo lo que suceda después de eso.

―Noah... dijo que este sería su último intento.―Sonríe tristemente.―Al principio pensé que sería un gran alivio, pero... he sentido su ausencia, sin sus sonrisas o sus estúpidos regalos cursis, es algo triste y me pregunté si podía vivir con aquella ausencia por el resto de mi vida.

―¿Encontraste la respuesta?

―Estoy dudando de aceptar aquella propuesta para irme del país.

―¿Tan mal fue tu respuesta?

―No quiero vivir igual que mi madre, atemorizada e infeliz porque tomó decisiones que no deberían haber sido.

Menciona ella perdida en un mar de recuerdos.―Nadie quiere repetir los mismos errores de sus padres.

―Cuando visitaba a mi madre en aquel hospital, cuando ella me narraba aquellas historias con aquel hombre misterioso, me sentía realmente triste, porque al final, murió sin vivir aquella vida que deseaba.

―¿Nunca lo conociste? ¿A tu padre?

Su mirada se perdió en algún punto fijo del piso, luego su mirada se posó en la mía y volvió su mirada a Eliot.―No.―Suspira.―En fin, no quiero estar en mi lecho de muerte y lamentarme por lo que hice y lo que no.―Niega.―Es por eso que... necesito descubrir que sucederá más adelante...

―¿Lo intentarán?

Asiente.―Al menos, eso quiero pensar.

―Si te vuelve a hacer llorar, yo te juro que lo mato, porque no puedo decirte que no lo hagas, porque son sólo tú puedes decidir lo que es bueno para ti.

―A veces olvido que eres una madre muy, pero muy sobreprotectora.―Asiento.―No sé lo que haría sin ti.

―Absolutamente nada.―Ella se acerca hacia mí y pasa sus brazos por alrededor de mi cuerpo.

―Estoy completamente agradecida de tenerte en mi vida.―Susurra contra mi cuello.

―Puedo decir lo mismo.

 

 

***

 

Miro como miro a Tracy y Noah marcharse y suspiro, Lucian, a mi lado entra a Eliot quien se había acurrucado a dormir en sus brazos.―Ellos serán felices.―Susurra a mi costado.

―Ella merece su final de cuento.―Ambos entramos y caminamos rumbo a la habitación, pues el día al fin había terminado.

Lucian abre la puerta de la habitación de Eliot, ambos besamos su frente y salimos rumbo a nuestra habitación.

Me siento en la cama para desatarme el moño que me había hecho hace unas horas atrás, siento unas manos posarse en mis hombros y pronto, comienzan a moverse en un masaje relajante y seductor.―Odio discutir contigo.―Besa una parte de mi cuello desnudo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.