Señora Delacroix

41. Resultados

Eliot yace dormido en mi regazo, la radioterapia estaba haciendo efecto.

Lo miro y acaricio su mejilla. 

Tratando, desesperadamente, obtener la fuerza que necesitaba en este nuevo proceso.
 

 

***

 

Acuesto a Eliot en su cama y al instante se acomoda para seguir durmiendo, suelta un quejido que supongo que es por la fatiga que está sintiendo justo en este instante, suspirando, beso su frente y salgo despacio de su habitación.

 

2 semanas después

―Mamá.―Observé a Eliot que no dejaba de mirar su cuchara.―No tengo hambre.

―Al menos, come la mitad de tu plato.―Digo preocupada al verlo así.

―No quiero...

―Eliot, debes comer un poco.―Dice Lucian sentándose a su lado.

―Pero, papá...―Su voz se quiebra y comienza a llorar.―No tengo hambre.―Dice entre llantos.

―¿Qué sucede?―Me giro al ver a Joanne mirando hacia Eliot.

―Joanne.―Digo sorprendida, porque últimamente ha estado fuera de la ciudad, viajando de un lado a otro, pues ha estado visitando a su familia.

Me levanto y camino hacia ella, la extrañaba tanto.―Te extrañé.―Su perfume extremadamente dulce se sumerge por completo en mis fosas nasales.

―Yo también, las llamadas y videollamadas no fueron suficientes.―Dice en cuanto me suelta.―Eliot, cariño, no me saludarás.―Eliot sorbetea sus mocos y seca sus lágrimas, la observa y hace un puchero, mientras asiente.

Eliot se levanta y camina lentamente hacia ella, luego de unos segundos, corta la poca distancia que queda y se abrazan.―Lita.―Lo escucho susurrar y entonces comienza a llorar con más fuerza.

Me estremezco al escuchar sus sollozos, Lucian se levanta y se acerca a mí, sus brazos se posaron en mis hombros, atrayéndome hacia él.

Besa mi frente.―La extrañaba.―Susurra mientras observamos aquella escena en donde Joanne, comenzaba a llorar con mi hijo en brazos.

―Ahora, apuesto lo que quieras a que no querías seguir comiendo.―Dice Joanne.

Eliot baja la mirada avergonzado y asiente.

―Anda, vamos a comer, yo te ayudaré.―Joanne lo guía a la mesa y ambos se sientan, y como un pequeño niño, mi hijo es guiado para seguir comiendo.

―También la extrañaba.―Susurra Lucian sonriendo al ver aquella escena.

―Lucian, cariño.―Llama Joanne.―Ven a terminar de comer.

―Por supuesto.―Camina hacia ella y besa el dorso de su mano, luego se sienta y sigue comiendo.

Sonriendo, camino hacia la mesa y me siento al lado de Lucian.―¿Y cómo está tu familia?

―Bueno, falleció un primo y tuve que hacerme cargo de todas las ceremonias, los funerales siempre fueron mi punto débil.―Suspira mientras se sirve una taza de café.―Luego fui a visitar a una tía abuela, Dios, la mujer tiene casi 90 años y camina como si tuviera 20, una gran energía vital.―Sonrío.

―Mi abuelo, por ejemplo, ya lo ve usted, viaja de un lugar a otro sin inmutarse y yo, viajo por unos días y siento que me estoy muriendo.―Exagera Lucian.

Joanne asiente comprensivamente.―Es como si tuvieran un secreto para la vejez y pronto necesitaré saberlo, después de todo ya voy para los 54 años.

―¿54?―Pregunta confundido Lucian.

―Así es, cariño.

―Yo pensé que iba entre los 40 y algo.―Lucian parecía realmente confundido.

Joanne ríe y se ruboriza, suelto una carcajada al ver su expresión.―Niño, por el amor de Dios, me ruborizas.

―Hablo en serio, nunca pensé que tuviera 54 años.

―Pues, los tengo y todo gracias a que me he cuidado de maravilla.

 

***

 

Y es así como pasamos el resto del día, con Joanne, hablando y riendo, unas horas después llegaron Sara y los mellizos, junto con Tracy, ya que le envié un mensaje avisando de la llegada de Joanne. La tarde fue espléndida, pies estábamos todos reunidos, como una gran familia feliz.

 

***

 

Una semana más tarde y Eliot, hace 1 día atrás, había vuelto a caer al hospital. El doctor había dicho que no se podía retrasar la radioterapia, así que justo ahora, íbamos con el equipo médico a la sala en donde usualmente le realizan el tratamiento.

Eliot estaba dormido, producto al cansancio y justo antes de entrar despierta y trata de levantarse, pues no quería que le hicieran más aquel tratamiento que tanto daño y dolor le causaban.

―Debes resistir.―Hablé tomándolo por los hombros.―Cariño, sólo 2 días más y esto se acaba.―Aquello pareció animar más a Eliot, porque asintió y se dejó guiar hacia la sala.

 

1 semana después.

―Veamos.―Dijo el médico, mientras sacaba una pequeña linterna y examinaba los ojos de Eliot.―Abre grande.―Pidió al tiempo que mi hijo obedecía y abría la boca.―Tiene la lengua un poco seca.―Susurro.―Lo que más debe hacer es hidratarse.―Se levantó del todo y nos miró.―La reunión para acordar el día de la operación se hará mañana a las 11 de la mañana...

―De acuerdo, doctor.―Habló Lucian.

―Nos vemos.―Se despidió.

―El tiempo ha pasado muy rápido.―Susurré mientras guiaba a Eliot de la mano por los pasillos del hospital.―Ojalá y podamos encontrar a un donador a tiempo.― le dije, porque cuando le pedimos a Joe aquel transplante que necesitabamos para Eliot, alegó que no podía ya que estaba todo el asunto de sus hospitales y no sé qué más. Lucian, su abuelo y mi padre querían golpearlo, pero no lo hicieron porque estaban en público.

Lucian sólo asintió, lo observé por unos momentos y se veía callado y taciturno, y por unos segundos, sentí que algo sucedería, que algo ocultaba...

 

***

 

 

―¿Te sucede algo?―Pregunté en cuanto estuvimos solos en la habitación.

―¿Cómo?―Pregunta distraído.

―Has estado todo el día así.―Apunté mientras me quitaba la ropa para colocarme el pijama.―Distraído, pensativo al punto de estar taciturno.




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