Señorita Prejuicios [1/2]

II - Du Jester

Du Jester había llegado en el peor momento de la escena. Dylan vio a su novio y se levantó del suelo rápidamente para detenerlo. Ella sabía que pasaría. 

—¿Qué te pasa inútil? ¿Qué demonios haces?

El grito fusionado a la ruda voz, tensó el ambiente en el comedor, sólo para ver al imparable Du Jester acercarse hacia el chico en frente de su novia.

—Je, espera, esto es un malentendido —se entrometió Dylan ante la inevitable pelea de su novio y ese chico.

—¿Malentendido? Estabas tirada en el suelo llena de comida. ¿Qué estoy malentendiendo?

Jester movió a un lado a su novia, dejándola algunos centímetros lejos solo para plantarse enfrente del joven. La diferencia de cuerpo y estatura era sorprendentes, Du Jester parecía una bestia a comparación del chico a su lado. Su altura junto a la esencia que derramaba cada uno, parecía como quien estaba a punto de comer un cordero. Alguien moriría hoy.

—¿Cuál es tu nombre?

—Josh Mcboy —el joven comenzó a hablar mientras su cuerpo temblaba.

—Mcboy, dame una razón... para no matarte ahora.

El silencio recorrió la sala, nadie se atrevió a respirar en ese momento. Josh Mcboy estaba contra las cuerdas, y solo atino a decir:

—A los reos les gustan los grandes como tú.

El comentario generó risas alrededor, que por unos pocos momentos desconcentraron a Jester, este solo se volteó para ver múltiples caras y expresiones. No se había dado cuenta que estaba en medio del comedor con todo un público viendo. En ese momento nunca lo racionalizo, pero inconscientemente supo, que si no sé paraba a observar alrededor, ese chico habría sido molido a golpes sin poder mediar palabra.

De entre la nada, un joven alto y de igual estatura a Jester apareció: Michael Carrión, estudiante de tercer grado, capitán del equipo de fútbol americano y excapitán del equipo de natación. Michael se puso en medio de los dos chicos, y sin dudar ni un segundo, fijó la mirada en el capitán de béisbol.

—Es suficiente Jester.

—¿Suficiente? Es un hombre muerto.

Los dos capitanes se miraron sin distraerse esperando la acción del contrincante. Aunque para los ojos de todos, eran dos bestias en una pelea colosal sin un ganador claro. Michael sabía que el victorioso de un encuentro violento, sería él. Jester también lo tenía claro.

La brutalidad de la situación y la energía que transmitía Jester estaba sobrepasando al capitán de Futbol Americano, y con temor de que se fuera de las manos, Michael se posicionó para detenerlo en caso de que intentara hacer algún movimiento.

—Jester, no le hagas nada, no es lo que crees.

Dylan se metió a la conversación abrazando uno de los brazos del beisbolista, un intento en vano de pararlo para muchos de los chismosos, aunque para Dylan, más que pararlo era para que pusiera los pies en la tierra.

—Aquí no —exhortó la señorita a su novio.

Jester se quedó mirando al chico llamado Mcboy. No estaba nada feliz de verle la cara, lo supo en su mirada, era un niño estúpido.

—Dejaré este problema aquí.

Tanto Michael como Dylan se sorprendieron y se relajaron solo para que Jester retomará la palabra:

—Afuera, saliendo a última hora de la preparatoria. Te moleré a golpes, más te vale estar cuando llegue.

Michael tensó su cuerpo, y se preparó para atajar al titán de béisbol. A sus ojos, en cualquier momento rematará para atacar, pero Jester solo se volteo y se fue caminando hacia una de las mesas en el comedor. Esta estaba repleta de gente mirando con duda todo este problema. La mesa a la que se acercaba era para la gente más popular del colegio.

Michael lo observó sentarse hasta regresar a la realidad. Solo para ver a Dylan Becker recogiendo la comida tirada en el suelo.

—Becker, ¿Estás bien?

Michael se agachó para ayudarla, pero solo escuchó lamentos débiles que lo pararon al momento. Hubiera jurado ver algunas lágrimas caer. No la culpó, había sido un momento difícil.

Ella agarró toda la comida tirada, entre ellas la charola y un papel rosa mojado. Becker solo se fue hacia el baño sin decir nada.

Michael buscó con la mirada hacia el joven que había comenzado este pleito, pero no lo vio por ningún lado:

—¿A dónde se fue? —se preguntó a sus adentros.

El chico de tercer grado solo se giró para dirigirse a su mesa. Unos pasos al frente paró, solo para voltear y dirigirse a un grupo sentado en una mesa. Todos lo miraban absortos. Michael regresó la mirada logrando que todos desviarán sus ojos a otro lado. Todos por excepción de una estudiante. Con rudeza, se acercó y preguntó al aire:

—Ese chico, ¿Es su amigo?

Nadie de los presentes quiso hablar, la única chica que aún le logró sostener la mirada la desvió.

—Les pregunté algo.

La autoridad ejercida por Michael hizo dudar aún más a los jóvenes. El capitán se decepcionó, estaba por hacer un último intento para preguntar, pero antes de poder decir una palabra uno de los chicos de la mesa habló.

—Sí, es nuestro amigo.

—¿Cuál es tu nombre?

—Tachi, así me dicen.

Una joven de voz nerviosa y débil, había sido la única que le sostuvo la mirada.

—Tachi, ¿Dónde está él?

—No lo sé —se apuró a decir. Honestamente, Tachi sí sabía donde se encontraba, pero su lealtad y amistad le impidió hablar, solamente quería ayudarlo.

¿Valía la pena?

—¿Segura? —sin saber de dónde sacó valor Tachi para mentirle, Michael alzó medianamente la voz para quitarle esa seguridad y que dijera la verdad.

—¡No lo intentes Carrión—del otro lado se escuchó la fuerte voz de Du Jester hacia Michael. —¿Qué cambiará si te dice algo? Ese niño está muerto.

Michael calló, solo dejó de presionar a la chica, y se encaminó a su mesa, volteando a la mesa de Jester observándolo fijamente, y posteriormente todas las mesas. A pesar de eso, había varios lugares vacíos en el comedor. Gracias a esa observación, se preguntó dónde estaban las otras personas con autoridad para detener a Jester. Se sentó en su mesa con su equipo de fútbol americano, y acercando su cara al oído de una señorita, le dijo con cautela:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.