—Bienvenidos. Se preguntarán. ¿Por qué los reuní sin previo aviso hoy saliendo de clases?
—No lo hacemos, en cada puerta está pegado un Flyer donde nos comprometieron a algo que nosotros ni sabíamos. —levantó la voz Evan Charms. Los cinco líderes del rally de liderazgo estaban enfrente del director. Aunque había distintas reacciones, similares eran las miradas de todos... Miradas de confusión.
—Uy, mucha agresividad —exclamó el director a Evan sonríendo. Después de ese comentario, Evan dio un paso atrás y se resignó a escuchar sus palabras.
—Verán jóvenes, no les quería decir porque parte de este aprendizaje es entender que su fama habla por ustedes, y muchas veces, en un mundo laboral, los escogen porque creen en ustedes y no porque quieran. Después de todo, sus acciones hablan...
El director agarró el flyer y lo comenzó a leer:
—"Michael Carrión", quien ha sido dos veces capitán de un equipo, creo que tu liderazgo es obvio a kilómetros. ¿O no?
Michael solo sonrió con orgullo.
—"Alexa Borrel", no está demás decir que todos los músicos de esta institución te admiran, y por eso eres la líder del club de música.
—Bueno, hay otro club de música además del mío, pero...
—Pero nada, ustedes dos juntos terminan siendo líderes de más de la mitad de los alumnos.
—Si ese fue el parámetro. ¿Por qué yo estoy como líder? —mencionó Dylan Becker viendo a sus compañeros. Beatriz reafirmó con una mueca.
—Tengo la misma duda director. —prosiguió Beatriz —Si bien, soy parte del equipo de Natación...
—Como subcapitana —corrigió el director.
—Si... No creo que tenga algo de especial.
—Entiendo que duden del porqué fueron seleccionados... Pero no les diré por qué.
El director señaló a Evan Charms mientras los veía.
—Yo estoy seguro que el joven Charms sabe el porqué... Es un alumno brillante. ¿No te gustaría explicarles la razón detrás de mi elección?
—No.
El director se le quedó mirando y solo se resignó. —Miren. No importa el porque, piensen en el para qué. Las votaciones de equipo se enviarán al terminar las clases, para que los jóvenes chismean entre ellos. Yo sé que mañana en la mañana verán los resultados de este ejercicio. Los cinco tienen mucho liderazgo, les irá bien...
Nadie de los alumnos habló, solo se quedaron pensando.
—Si vieron el flyer. Ahí explica que mañana a las 12, se cierran las votaciones y todos los alumnos sin excepción deben de escoger a uno de ustedes como su líder, al terminar llevaré a todos los alumnos al auditorio. Se darán las indicaciones la siguiente semana. Es decir, en 5 días comenzará. Por mientras descansen y platiquen. ¿Alguna duda?
—Yo tengo una. —levantó la voz Evan Charms. —¿Qué responsabilidades tiene el líder?
—Todas.
—¿Cuánta autoridad tiene el líder?
—La qué el líder crea tener.
Evan Charms se calló y comenzó a reflexionar sus palabras. Todos y cada uno se quedaron pensando en las palabras del director. Hasta que sin dar explicación, los corrió de su oficina.
Afuera, en el pasillo, los cinco alumnos se miraron de frente.
—¿Qué opinan chicos? —preguntó Alexa Borrel observando a sus compañeros.
Beatriz fue la primera en responder:
—Me interesa, quiero ver que pasa.
—A mí igual. —confesó Michael —¿Dylan... Evan...?
Evan expresó: —Me evito el gusto de contestarte, pero si quieren una respuesta. Supongo que mañana veremos qué sucede.
—¿Dylan? —pregunto Michael.
—Supongo que aún es muy temprano para decidir.
Pasaron algunos instantes y todos se retiraron, Dylan, quien había dejado su mochila en el salón donde estaba el club de cine, desbloqueo su teléfono y lo levanto para mandarle un mensaje a Josh. Quería saber si seguía en el salón para ir por su mochila.
Observó la hora.
—Ya es muy tarde. —Dylan, corrió rápidamente hacia el salón. Creía que ya no debía haber nadie en el edificio. Pero al llegar encontró a Josh Mcboy sentado escribiendo en una libreta.
—Hola Dylan.
—...
—Hola Josh. ¿Dónde están todos?
—Se fueron a sus casas.
Por el tono de voz y la postura cabizbaja que tenía el chico, Josh solo se quedó observando su cuaderno.
—¿Pasó algo? —preguntó con cautela Dylan
—Pues...
La chica observó como el joven intentaba levantarse el ánimo, recogiendo su mochila.
—¿Te quedaste esperándome?
—Dejaste tu mochila.
—Gracias. De verdad —dijo aliviada de ver sus pertenencias intactas.
—Se hace tarde. —suspiró el chico mientras metía su cuaderno en la mochila —Yo creo que hoy no sé hará nada. ¿Vendrán por ti?
—No, me iré sola, no vivo lejos, como quiera.
—¿Quieres que te acompañe?
Aunque Dylan no necesitaba del acompañamiento, sentía cierta lástima por el chico, así que solo agradeció el gesto y abrió la boca con toda la intención de rechazarlo.
—Está bien. —la misma Dylan se sorprendió por la traicionera boca que tenía. Pero no hizo ninguna otra mueca.
Salieron del salón y se dirigieron a la casa de Dylan por los pasillos solitarios de la preparatoria.
—Discúlpame por hacerte venir. Hoy no salió como esperaba.
—Esta bien, a mi tampoco me habían avisado sobre el rally —Dylan caminaba erguida, pero Josh solo hablaba con cierta tristeza. Le ganó la duda y por segunda vez preguntó: —¿Qué pasó con tus amigos?
Josh dudo si contarlo, pero solo se dejó llevar mientras platicaban. —Se enojaron, porque he tomado muchas decisiones en las que no están de acuerdo.
—Pero son tus decisiones, ¿No?
—Bueno, me refiero a que he estado tomando decisiones por ellos. Como quedarse a esperarte o hacer un corto sin consultarles. Además de muchas cosas más.
—Mmm —Dylan, por un momento reflexiono sobre lo que decía, era cierto hasta lo que había visto. Pero ella no había sido diferente cuando salía con Jester, siempre hacía las cosas sin consultarle. Nunca se había planteado si con sus amigas había pasado algo parecido. Mañana le preguntaría a Daniela.
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Editado: 07.09.2023