Dylan había llegado a su casa acompañada de Josh, quien a pesar de la insistencia de la chica para entrar, el joven prefirió retirarse para plantear qué pasaría con la película y tal vez, solo tal vez, considerar lo que sus amigos le habían dicho.
A pesar de la desmotivación inicial de Josh al salir del colegio, al final de la tarde lo vio con más energía. Algo que alegró de sobremanera a la señorita Becker.
Al entrar se encontró a su padre, cenando como siempre una ensalada. Este solo giró para saludar y prosiguió su cena, o al menos eso aparentaba. Pues veía con análisis a su hija pasar por la cocina.
—Papá, ¿Paso algo malo?
—Sí.
Dylan intentó descifrar a qué se refería su padre, pero este solo echaba sus miradas analíticas.
—¿Estás enojado por qué llegué tarde de nuevo?
—...
—¿Eso es un sí?
El hombre con su ya característica personalidad, le ofreció sentarse a comer con él.
—¿De qué tienes hambre? ¿O ya comiste?
—No he comido, ¿Papá? ¿Cuál es el problema?
Armando Becker ignoró a su hija y se dedicó a levantarse para ir al refrigerador:
—¿Tienes ganas de algo salado o suave? Te puedo cocinar brochetas o algo como...
—¡Papá! —gritó. —Respóndeme ¿Qué pasó? Solo llegué a casa y...
Dylan calló, y lo entendió —¿Es por el chico qué llegó conmigo?
—¿Están saliendo?... —Armando Becker lanzó la primera pregunta, aunque momentos después hiso cómo si nada hubiera pasado y cambio de tema. —¿Quieres comer carne? Te haré brochetas.
—No cambies el tema. —Exclamó la chica. —Claro que no estamos saliendo. Acabo de terminar con Jester. No es prudente.
—¿Cómo se llama? —insistió Armando.
—Josh Mcboy, es el chico que...
—¿...Él de la pelea?
—Sí...
Aunque su padre se sorprendió, se calmó al instante, veía extraño que su hija llegará con alguien a la casa, siendo que, ni con sus amigas era tan cercana. La única persona que había conocido era Du Jester, su ahora exnovio, quien nunca le había agradado del todo.
—Sabes, la curiosidad mató al gato. Ya no haré preguntas.
—¿Por qué? No es nada malo papá, solamente... Pues me acompañó, y ya.
—Platícame de otra cosa, que me pone celoso. —El rostro de la chica cambio.
Dylan se enojó y se fue de la cocina. Aunque para Armando en ningún momento él había dicho algún comentario inoportuno. Pero si para su hija, quien al escuchar la palabra "celoso" le había enfurecido.
"¿Celoso? Si durante más de 10 años nunca me prestó atención para ahora venir con "celos". Carajo". —pensó la señorita en la caminata hasta su cuarto.
Armando decidió dejarla ir, hasta que descubriera cuál había sido su comentario hiriente, o en su defecto que se calmara.
—Admito en voz alta, que si mis sospechas son ciertas, ese chico y Dylan terminarán... No lo sé... Ay hija, tampoco me dijiste que querías cenar. —dijo Armando sentándose de nuevo en la mesa mientras seguía pensando en su hija.
...
Todos los estudiantes estaban en el auditorio. Dylan se encontraba en una esquina esperando su señal para entrar y hacer la aparición junto a sus cuatro compañeros líderes.
—¡Dylan!
—Hola Dani.
Daniela Radón, amiga íntima de Dylan, se acercó a ella.
—¿Dónde has estado? Ya no vas al comedor. Si esta pasando algo dilo, Danny y yo extrañamos comer contigo.
—La verdad, es que me siento muy expuesta estando dentro del comedor.
—Pero... ¿Estás bien?
—Si, la verdad sólo me estoy distrayendo. —un breve silencio apareció, que fue cortado por la misma Dylan. —Dani, quiero hacerte una pregunta. ¿En algún momento he escogido por ti en alguna decisión?
Daniela Radón solo se quedó esperando, sin saber qué decir... —Yo...
—Alumnos de este bello instituto, como su director y casi padre adoptivo, los he convocado para que vean con sus propios ojos.... ¡El rally de líderes!!
En frente de toda la preparatoria, alrededor de 250 alumnos expectantes y ansiosos, salieron luces de colores por todo el auditorio junto a la característica aura que emanaba el director.
—Ya hay flyers en cada salón y ya se mando un correo a todos los alumnos de la institución. La siguiente semana durante cinco días, se hará un mega evento diario para reforzar sus dotes de liderazgo y trabajo en equipo. —una pantalla salió del telón del auditorio.
—La premisa es que cada uno escoja a un líder con quien crean que pueda aportarles algo bueno. Ya sea porque se sientan identificados con ellos o por su relación de amistad o compañerismo. Busquen quien crean puede ser el candidato ideal para liderarlos en busca de obtener el gran premio... Una ida a la playa ¡Exentos de cualquier clase!
El público gritó eufórico mientras el director, se lucía en el escenario. Entre la multitud, Josh Mcboy buscaba a sus amigos Tachi y Ángel para dialogar, quería pedirles disculpas por todo lo ocurrido el día de ayer.
—Cinco de ustedes fueron elegidos para ser los líderes, ya fuera por inteligencia, aptitud o competencias. Quiero darles la bienvenida a los cinco líderes con quienes ustedes. Podrán convivir...
Josh se encontró con Tachi, quien no parecía muy feliz de encontrarlo.
—Tachi.
—Josh.
—Vengo a pedirte disculpas... Lamento mucho...
—Mira Josh, no estoy enojada contigo simplemente ayer exploté.—a pesar de sus palabras, el tono de voz que expresaba la chica indicada que efectivamente estaba enojada.
—Tachi... Yo...
—Está bien, si estoy enojada, pero creo que no te estás dando cuenta de la realidad. Dylan Becker está ayudándote a ti, no ayudándonos. Y si lo hace es solo porque te tiene lastima, a nadie de los del club de cine le habla, y mucho menos parece tener interés en hablarnos.
—Tachi, yo...
El director habló: —Y ahora, presentaremos a cada uno de los Líderes a dar unas palabras: Con ustedes Michael Carrión.
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Editado: 07.09.2023