(Mediodía del domingo. Entrando en la casa de Mariano está el living. Un gran sillón de tres rodea una mesita ratona. Damián, con los pies en el respaldo y la cabeza colgando del sillón, y Lara, con los pies en la mesita, usan su celular. No lo ven).
Mariano, Damián, Lara y Carina
MARIANO: Buen día... (Histérico). ¡Los pies! ¡Chicos! (Nada). Hola. (Se saca la campera). Yo también los extrañé mucho, pero no griten por favor que me aturden. (Suspira). Les dije
algo… Lara, Damián... (Lara mira la puerta y ve a Mariano. Baja los pies de la mesita. Manda un audio. Damián se acerca el celular al oído. Ambos escriben, cada uno desde su móvil. Suena
el teléfono de Mariano, lo saca y lee). ¡Saluden bien!
AMBOS: (A coro). Hola, papá.
MARIANO: No me vieron en toda la semana y... (Ve que los chicos siguen con sus celulares. Suspira). ¿Para qué me molesto? (Frunce el ceño). ¡Damián! ¡La espalda va en el respaldo!
DAMIÁN: (Suspira y se acomoda). Estoy en algo importante, recién llegás, no molestes.
MARIANO: (Frunce más el ceño. Aprieta los dientes). Mirá... Nene...
CARINA: (Baja de la escalera. Lo interrumpe). Hola, bebé. (Lo besa dulcemente en el cuello. Mariano abre los ojos con sorpresa). Te extrañé mucho.
MARIANO: ¿Desde cuándo?
DAMIÁN: (Sin despegar la mirada del celular). Si no lo extrañan se enoja, si lo extrañan le parece raro. ¿Qué le pasa?
MARIANO: (Levanta la voz). ¡No es eso! (Vuelve a su voz normal. Levanta las cejas). ¿Desde cuándo me decís bebé? ¿De dónde lo sacaste?
CARINA: Así te decía cuando éramos adolescentes. ¿No te acordás? (Se acuesta en su pecho). “Bebé”.
MARIANO: (Acariciándole el pelo). Mirá de lo que te venís a acordar. Qué linda.
DAMIÁN:( sarcástico). ¡Qué lindos! ¡Qué bellos! ¡Qué cursis!
MARIANO: ¡Bueno, hasta que por fin me mirás a la cara!
LARA: Se quedó sin batería.
DAMIÁN: (Se levanta rápido). Sí, ya salgo, señores.
CARINA: Últimamente esta casa es un hotel para el señor.
MARIANO: (Desinteresado). Damián, esto no es un hotel, respetá la casa.
DAMIÁN: (Alterado). ¡Si estoy más tiempo que vos! ¿Qué te
importa qué haga? ¿Desde cuándo?
MARIANO: (Corre a Carina, señala a Damián con el dedo). Eh, tranquilo. Mi fin de semana ya fue malo como para estar soportando tu mal humor.
DAMIÁN: ¡Bueno, si yo soy el que está en casa! ¡Ustedes no! Además, no tengo la culpa de que no puedas cerrar un puto negocio.
MARIANO: ¡Bajá los humos, nene! ¿Qué vocabulario es ese con tu padre? ¡No soy tu amigo!
DAMIÁN: ¡No, no sos mi amigo! ¡Mis amigos saben cómo estoy, lo que me pasa, lo que siento! (Agarra sus llaves de arriba de la mesita y se para en la puerta). Vos para nada. ¡Dejame tranquilo!
(Sale).
MARIANO: (Enojado). ¿Y a este qué le pasa? Mi papá me hubiese pegado una patada que... Recién llego y ya me ataca. Lo mismo que el último viaje.
LARA: (Despreocupada). Son las hormonas, lo que los dinosaurios de su época llaman amor.
MARIANO: ¡No me digas dinosaurio! ¿Cómo están tan impertinentes ustedes? (A Carina). ¿Está enamorado? ¿Y por eso me trata así? ¿No tendría que estar feliz? ¿Y por qué se desquita conmigo?
CARINA: ¿Qué querés que te responda primero?
MARIANO: Elegí.
CARINA: Tiene 16 años. ¿Qué pretendés? Igual está raro desde que Lara se enteró hace un tiempo que está de novio. Lo escuchó hablar por teléfono.
LARA: (Corrige). Está conociendo a alguien.
MARIANO: ¿Quién será la afortunada? ¿Y por qué será que lo tiene mal? Voy a tener que hablar con él. ¿Vos, Lara, conoces a la chica?
LARA: Sí, la conozco... (Ríe). Bueno, es cosa de él. Si es alguien importante vendrá a casa. (Sube a su pieza). Nos vemos en la cena.
MARIANO: (Confundido). Bueno, no entiendo. ¿Qué les pasa a los dos?
CARINA: Alguna complicidad. Vos sos hijo único, pero yo tengo un hermano gemelo y la complicidad entre nosotros siempre existió. Y existe. Hablando de complicidad, llegó tu
amigo Jorge, está en la cocina con su esposa. Voy a buscarlo y nosotras nos vamos al gym. Ahí lo llamo.
(Sale Carina)
Mariano y Jorge
MARIANO: “El gym”... (Mira su celular). Ahora todo es inglés.
(Entra jorge).
JORGE: (En voz alta). ¡Socio! ¿Cómo andás?
MARIANO: (Se abrazan). Socio, tengo que contarte tanto. ¿Ya se fueron nuestras mujeres?
JORGE: ¿Nuestras?
MARIANO: Me dijo Carina que se iba al gimnasio con tu esposa.
Editado: 02.06.2023