Sentate,tenemos que hablar

CUARTO ACTO

(Mariano está sentado en el sillón del living, tomando un whisky. Un vaso en la mano y la botella en la otra. Atardecer. Entra Jorge).

Jorge y Mariano

JORGE: ¿Qué te pasó? ¡Me llamaste totalmente alterado! (Mira alrededor). Y esto es un desastre.

MARIANO: No sé qué hacer...

JORGE: Adivino. ¿Te llamó Carlos?

MARIANO: Carlos me importa un cuerno. De Carlos no sé nada y, desde esta tarde, tampoco me importa. No intentes adivinar porque no lo vas a poder creer. Es por Damián...

JORGE: ¿Qué te pasó? A ver... ¿Damián repite historia?

MARIANO:(Pensativo). Es un domingo muy raro hoy. ¿Sabes por qué le dicen “día de descanso”? En teoría es el día que Dios descansó, el séptimo día. (Bebe). ¿Sabías por qué descansó? ¡Porque no tenía hijos! Por eso pudo descansar...

JORGE: Adán y Eva eran hijos de Dios, al menos eso tengo entendido.

MARIANO: (Reflexivo). Es verdad. Se descuidó un domingo nomás, y arruinaron todo. ¡TODO! ¡Un descuido y los hijos te joden! No te imaginás lo complejo que es ser padre a veces.

JORGE: Sí, lo imagino, por eso me hice la vasectomía. (Lo agarra del hombro). ¿Qué pasó? Me estás preocupando.

MARIANO: (Señala el sillón). Sentate. (Jorge se sienta). La historia la repite, pero no como pensé. Prefería la novia atea y embarazada antes que esto.

JORGE: Debe ser muy grave, ya que repetiste unas mil veces “todo menos eso”..

MARIANO: (Se frota la frente) Damián...

JORGE:(Lo frena con la mano sorprendido). ¡Pará! No lo puedo creer... (Se rasca la cabeza). Y no lo imaginé nunca de él. ¡Es gay! ¿Seguro?

MARIANO: (Sorprendido) ¿Cómo sabés?

JORGE: (Posa como Sherlock Holmes) Elemental, mi querido Watson. Me dijiste que repitió la historia, pero la chica no está embarazada. Así que no hay chica, hay chico. Y si hay chico es porque es gay... como vos... (Se estira en el sillón). Eso es bueno.

MARIANO: (Lo mira fijamente frunciendo el ceño). ¿Bueno? (Grita). ¡¿Qué tiene de bueno?! 

JORGE: Primero, a tu edad ya ser abuelo debe ser feo. Segundo, no te vas a tener que preocupar jamás por si su pareja está embarazada. Tercero, te está por dar una lección de vida. Aunque seguramente ustedes todavía no saben nada ¿Le dijiste a Carina?

MARIANO: No, se muere. Es homofóbica, tiene comentarios muy hirientes. Dice que los homosexuales son una “abominación” o “castigo de Dios”. (Se sirve más) Y esos son los comentarios leves.

JORGE: Es verdad, me había olvidado de que tuviste que dejar de escuchar a Virus porque no quería música gay en la casa.

MARIANO: Me había olvidado. (Deja la botella en la mesa ratona).

JORGE: ¿No vas a poner mantel o posavasos?

MARIANO:(Indiferente). Y no, en teoría no sé nada. Damián no me dijo nada, encontré una nota que le escribió Lara. Decía que nos cuente que es gay y tiene novio y que le... (Cierra los ojos). ¡Y tiene novio! ¡Tan chico! ¿Podés creer?

JORGE: Sí, lo creo. Yo tuve mi primera novia a su edad. Vos a su edad ya tenías esposa.

MARIANO: ¡No es lo mismo! (Se agarra los pelos mirando el piso). ¡Me quiero morir! ¡Encima vos me decís que es bueno!

JORGE: (Se quedan en silencio un rato. Toma un vaso y se sirve whisky. Moja los labios). Será cuestión de hablar con Damián. Debe tener pánico ahora mismo.

MARIANO: (Hace fondo blanco). No puede ser. Esto es mi culpa. Seguramente lo sacó de mí.

JORGE: No creo, calmate. No existe un factor genético, si no los homosexuales no existirían. Aunque puede ser karma.

MARIANO: ¿Eh?

JORGE: Nunca aceptaste lo que sos. Y ahora estás obligado a aceptar a tu hijo. Aceptar eso que nunca quisiste asumir, que escondiste tantos años... Es como si el destino, universo, o algo de eso, te pusiera a prueba.

MARIANO: Ay... El ateo hablándome del karma... (Sarcástico). Este día tiene de todo...

JORGE: No es el fin del mundo.

MARIANO: Lo tengo que parar. ¡No puede ser que se arruine la vida así!

JORGE: (Sorprendido). Mariano... Así... ¿Cómo?

MARIANO: Pasé toda una vida fingiendo para que ellos crezcan en un ambiente sano. De pronto quiere tirar todo lo que les enseñé por la borda. Toda la moral que inculqué.

JORGE: Mariano, escuchate. Me estás asustando. Hablás como tu padre.

MARIANO: ¡Pienso en su bien!

JORGE: ¿Por su bien? ¡Tu papá hizo exactamente lo mismo por tu bien y no sos feliz! Si hasta hace unas horas estabas mal porque tu amante te dejó y ahora se te pasó porque estás mal por Damián. ¿Una vida así querés para tu hijo? (Gritando). ¿Una vida de esconderse y quedarse con esa cara de amargado
que te caracteriza? (Silencio. Mariano piensa). ¿Te gusta esta vida o preferís la de Carlos?

MARIANO: ¿Qué me intentás decir? 

JORGE: ¿Querés que tenga tu vida o la de Carlos?

MARIANO: (Gritando). ¡Para mi hijo quiero una vida normal! ¡Quiero que sea feliz!

JORGE: (Sin levantar la voz). Repito, ¿sos feliz?

MARIANO: ¿Qué tiene que ver eso?

JORGE: Lo que me contestes ahora va a ser lo que determine esta historia. ¿Sos feliz?

MARIANO: ¡No! Pero no quiero que Damián crezca en una sociedad donde todo el mundo lo va a señalar como raro y lo van a condenar constantemente. (Los ojos se le llenan de lágrimas) No sé cómo voy a hacer para convencerlo de que no es gay.



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En el texto hay: teatro, amor, lgbt+

Editado: 02.06.2023

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