Sentimientos de una pentathleta

Capítulo 12. Un picui en mi rifle

Una tarde de un sábado, en la práctica de tiro deportivo, tomando el rifle y preparándome para disparar, comencé a escuchar un canto precioso, más que los cantos de una orquesta, era un pájaro de nombre «Picui», el cual me hace recordar a mi abuela «Papá Manuel», quien vivió encantada por sus sonidos resonar por los aires. Cuando era una cursante de secundaria, viendo videos de la Heroica Escuela Naval Militar, se escuchaba a lo lejos sus chiflidos, me conmocionó, me recordó a mi infancia dura con la partida de mi abuelo paterno. Es decir, ver a los infantes de marina con sus hermosos uniformes de camuflaje, sus pistas de adiestramiento y aún más observar a las damas de marina, era tan extasiado. Yo sabía que había nacido para la escuela naval y ella para mí, pero me equivoqué. En fin… Volviendo a la clase de tiro, justo recordar al abuelo y a mi amada naval, ¡Dios mío! Casi se me salen lágrimas de mis ojos, lloré, pero no lo exteriorice, sí, lloré en mi interior y un cauce de dolor ante un pasado y futuro incierto se adueñó.

Así que me atrevo a decir que un picui se enredó en mi rifle, sí, solo en el mío, pues este pájaro sabía que necesitaba de él, lo suficiente para agradecer un pasado, valorar el presente y vivir el futuro con esperanza. Fui una pentathleta tan llena y revuelta de emociones encontradas.

Así que escribo lo siguiente porque lo deseo:

«Papá Manuel, recuerdo cuando partiste de aquí, papá llegó a casa dando la noticia desgarradora y yo escuché el llanto doloroso de mamá que partía el alma. Papá besó tu cabello y yo antes de que te enterraran te acaricié el cachete. Recuerdo que cuando estabas en las últimas, un pajarito chiflaba, era la primera vez que conocía a ese pájaro, ahora cada vez que lo escucho chiflar me acuerdo de ti abuela, y más cuando lo escucho en Pentathlón. Yo sé que solo ríes y me dices “Mami, estoy bien”. Mamá Ana, una tarde en el Pentathlón, en la clase de tiro deportivo viendo el cielo nublado, vi los árboles debajo de las nubes, te hablé diciendo que la última vez que nos vimos fue el día del niño, yo era una niña de 9 años llena de miedos e inseguridades, pero que ahora era una mujer que iba venciendo y que al fin había cumplido mi sueño de ser pentathleta y casi lloraba pero disimulé. Ser pentathleta va para ti abuela porque te amo y te extraño. Me despido de ti como lo mereces, pero quiero que sepas que por mi parte nunca serás olvidado y que te honraré cada día de mi existencia».



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En el texto hay: experiencias, metas, militar

Editado: 11.05.2023

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