Sentimientos encontrados. Parte 2.

La casa en el bosque

El festejo no se hizo esperar, regresaron con el resto de la familia a la casa, en donde compartieron bocadillos, charlando y felicitando a los futuros novios. Por lo mismo fue un poco difícil quedarse a solas. Fue hasta la madrugada, cuando fueron a casa de los padres de Yuki para dormir, al fin pudieron hablar.

―Esa mirada que tenías cuando nos dieron la invitación… ¿estabas asustada por ti misma o tenías miedo de que yo fuera a negarme? ―preguntó Yuki.

―En parte me asustaron ―Andrea mordió su labio inferior. Con nerviosismo empezó a hablar muy rápido―. Pero… ¡es que ellos fueron demasiado aprisa! Sólo pensábamos anunciar el compromiso con tu familia cercana, y ellos no sólo invitaron a toda mi familia, sino que planearon nuestra boda, y hasta nos hablaron de darles bisnietos… ¡no entiendo cómo no saliste huyendo!

―¿Con quién crees que hablas? También me asusté un poco, no lo niego, pero… ―Yuki hizo una mueca entre su sonrisa―… te quiero, Andy-chan. Mi familia te adora, tu familia me aprecia mucho… ¿tienes idea del tesoro que tenemos? La mayoría de las parejas suelen tener desaprobación de los padres, cuñados en contra de la boda e incluso dudas entre ellos. Yo no quiero nada de eso, yo quiero exactamente lo que tenemos.

―Tienes razón. Perdón por dudar, pero ―Andrea le miró con una sonrisa pícara―, creo que tu plan de hacer el amor conmigo tendrá que esperar dos noches más.

―¿Qué?, ¿por qué? ―reclamó Yuki.

―Nadie de la familia nos permitirá irnos a un hotel a esta hora. Además, sería sospechoso si nos fuéramos.

―¡Oh, por favor! Un pequeño adelanto, ¿sí?

―¿No puedes esperar dos noches?

―¡No quiero esperar dos noches! ―reclamó Yuki. Dejó salir un gruñido de frustración y al fin dejó caer la cabeza hacia atrás, como si lo hubieran derrotado―. Bueno, está bien, pero tendrás que compensarme por esta espera. ―Acercó su cara a la de ella y la señaló con el dedo―, usted, señorita, va a tener que ir a comprar ropa seductora para usar en nuestra noche de bodas.

―¿Qué? ―Andrea dejó salir una risa nerviosa.

―Un negligé sería suficiente ―Yuki habló con picardía. Andrea apretó los labios en una sonrisa, le dio un beso a Yuki en los labios y asintió.

―Está bien.

―¿Qué? ―Yuki echó a reír, abrazándola. Él lo había dicho sólo por molestarla y esperaba que ella reclamara, pero la idea de que ella conseguiría un negligé para lucir en su noche de bodas fue una agradable sorpresa que no esperaba.

Haruto había llegado a Kioto un día después que su familia. Sabiendo que Sakura no se negaría a presenciar la boda de Yuki y Andrea, la invitó como su acompañante. Durante el viaje esperó pacientemente a que su conversación diera pie a hablar de nuevo de sus sentimientos, pero, cuando al fin lo logró, la respuesta de ella no fue nada satisfactoria.

―No quiero fastidiarte con esto Sakura, pero, realmente quisiera saber, ¿crees que no soy atractivo?

―Por el contrario ―respondió ella con una sonrisa―, creo que eres muy guapo.

―Y alguna vez me dijiste que te gustaba mi personalidad… no entiendo.

―Perdona, Haruto-kun ―Sakura habló con pesar―, es que Kotarou…

―Ya veo ―Haruto suspiró―, ese amigo tuyo te gusta mucho más.

―Kotarou ―Haruto sintió un pinchazo en el estómago al ver que el rostro de Sakura se iluminaba sólo de mencionar su nombre― es atractivo en forma diferente. Es muy fuerte, y es valiente.

―¿Crees que yo no lo soy? ―insistió Haruto.

―Haruto, si lo que quieres saber es por qué el me gusta y tú no, te lo diré ―Sakura le miró con una sonrisa triste―. Él es más como yo.

―¿En qué sentido?

―Es muy romántico, le gusta soñar despierto ―de nuevo el rostro de Sakura se iluminaba―, lo he escuchado hablar de que, cuando tenga una novia, le gustaría llevarla a pasear en la playa tomados de la mano, que cuando se case quiere llevarla a una cabaña en el bosque en un carruaje jalado por caballos...

―El hecho de que yo no mencione nada de eso no significa que no lo haría ―reclamó Haruto, malhumorado.

―¿En verdad? ―Sakura hizo un gesto de escepticismo―. Haruto, tú necesitas a una mujer más sobria y madura, alguien que esté al mismo nivel de tu intelecto, con quien puedas hablar de ciencia y tecnología. Conmigo no podrías hablar más que…

―Contigo he hablado de ciencia ―interrumpió Haruto perdiendo la compostura―, y me intereso en el manga del que tanto hablas…

―Haruto, lo siento ―Sakura se puso de pie―, pero yo quiero a Kotarou… yo quiero a alguien que me haga parte de un sueño romántico, no de un sueño terrenal.

Y Sakura se fue a sentar lejos de él en el tren. Haruto pasó el resto del viaje sintiendo que el pecho se le llenaba de plomo.

Se hospedaron en un hotel cercano y, después de dejar sus pertenencias, fueron hacia la propiedad de los Tsuyuri. Andrea de inmediato atrapó a Sakura para que la acompañara a hacer algunas compras y Haruto aprovechó que Yuki y él estaban a solas para hablar con él sobre Sakura.

―Andy ya me había comentado de esto. Tengo que corroborar lo que ella te dijo, no te imagino con Sakura. Ella es atolondrada, escandalosa y nunca la verás con los pies sobre la tierra.




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