Sentir

Prostituta

Podrán pasar 10 mil años
Podrán pasar 10 mil vidas
Jamás me voy a olvidar de aquél primer feroz día

Era una habitación casi oscura
El humo de cigarrillo y la música disimulaban mi pánico

Tenía 23 años, una madre desalmada, un padre ausente y un hijo mío, solo mío...
La vida se acomodó para que mis días fueran negros, y para que algo tan básico como un plato de comida para mi niño se hiciera extremadamente difícil de conseguir.

No había tiempo para pensar
No había espacio para la moral
No me cuestioné

La hora llegó
Un hombre pagó
Era alto, refinado, bien vestido, piel morena, de unos 40 y bastante más

Me tocó suave, me besó lento, halago mi cuerpo, pagó y se fue.
Quede tendida en aquella cama grande, me vi en el espejo desnuda y me vi tan puta, que lloré
Seque mis lágrimas, arreglé mi cabello, me perfume y regresé...

No sentí vergüenza
No sentí dolor 



#22680 en Otros
#6847 en Relatos cortos

En el texto hay: encuentros, histora corta, desamores

Editado: 21.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.