Perder todo y seguir el camino del perdedor
viajar por los rincones de un mundo que me rechaza
y saludar al portero que marca mi salida.
¿Un recuerdo?
¿De los más tristes que hayas tenido?
El vacío que se me formó en el alma
Al escuchar aquellas palabras
De la persona en la que deposité
La confianza que juraría
En algún momento
Guardarme para toda la vida.
Aun así,
pasé por esa puerta y salí hacia mi destino.
Parecía tan malo como toda mi vida, pero saqué
Un cigarrillo de mi bolsillo y saludé al primer
diablo que vi pasar.
Parecía ver la demencia en mis ojos.
Me importaba(n) tan poco...
Me sentía con el corazón en una mano
y la muerte en la otra.
La música ayudaba en esos casos,
como los gatos,
te hacen compañía y te dan,
en cierto modo,
un poco de amor.
Me cansaba ver la falsa decencia de la gente,
La vida era de todo menos decente,
Ni siquiera los impuestos eran decentes.
La gran burocracia intachable no era más que un montón
De morbosidades con traje.
Supongo que es lo único que puedo decir por ahora.
La decencia es muy indecente.