Puede que nunca nos veamos de frente; que sigamos indiferente a mi existencia y tus lágrimas.
Puede que te refugies en la distancia mientras que en mi mueran las esperanzas de algún día verte.
Puede que trates de olvidar y finjas no escuchar tus remordimientos. Pero ¿en verdad podrás? ¿lo harás?
Quizás sea yo quien tarde o temprano vaya hasta ti con un absurdo pretexto y finja comprenderlo todo aunque no sea cierto.
Quizás seas tú quien un día cualquiera vengas a hasta mi guiada por tus penas y cual si nada hubiera pasado yo tu rostro avergonzado levante y tú mis lágrimas seques.
Puede que por siempre no sientas nada y el neutral de tú corazón lo ocupe yo.
O puede que sea el mío, al final de tanta espera, el que se enfríe y endurezca asemejándose a la Antártida en tinieblas y ni tu sufrimiento ni el mío me ayuden a revivirlo.
O tal vez, termine siendo el olvido la medicina para nuestros corazones heridos. O sea el tiempo el que nos ayude a admitirlo; no estábamos listos: ni tú para ser madre ni yo para estar vivo.
(DAMWDS)