Ser Madre

Capitulo 29

Paulina Mendoza:

Llegó a la casa y la encuentro en un total silencio, como si no hubiera nadie viviendo aquí, solo se escucha el parloteo de la Hortensia, mi lora también los extraña.

Ha pasado una semana desde que los gemelos se fueron con José, solo se llevaron algunas cosas lo más necesario como dos cambios de ropa y sus pijamas.

Entro a mi cuarto y veo todavía algunas cosas de ellos en mi peinadora, sus colonias, talco y cepillo para peinarles sus cabellos, desde que se fueron no nos han llamado, sé que José se los prohibió, no tengo que ser bruja para saberlo, aún recuerdo cuando mi hermana los trajo por primera vez a la casa, eran unas pequeñas personitas con sus cabellos negros y esos ojitos negros que parecían pepitas de pechiche.

Sus pequeñas boquitas las hacían cucharitas como queriendo llorar porque el ruido de todos nosotros los asustaban, claro eso fue en día porque en la noche los que no nos dejaron dormir con sus ruidos, que manera de llorar la de esos gemelos, sus pulmones estaban bien desarrollados.

Desde ese día venían a quedarse con nosotros dos veces a la semana, hasta que mi hermana enfermo con cáncer, y ahí fue que se quedaron definitivamente aquí.

La noche antes de irse les hicimos una merienda de despedida toda la familia se reunió para decirles cuanto los amamos y que siempre estarán en nuestros corazones aunque no estemos viviendo en la misma casa.

Solo al día siguiente fue nuestro trago más amargo, cuando tuvimos que verlos partir, junto con Fabricio iban cogiditos de la mano de mi hermano, uno a su derecha y el otro a su izquierda, mis padres se encerraron en sus habitaciones para no verlos dejar esta casa, los gemelos eran la alegría de nuestro hogar, tras la partida de mi hermana, ellos con su presencia mitigaron un poco el dolor de no tenerla con nosotros, porque teníamos unos pedacitos de ella.

Ahora con su ausencia solo nos hacen dar cuenta de que tan grande y vacía se puede sentir este lugar.

Jaime me llamo temprano en la mañana para contarme que los gemelos están todos decaídos, y nos extrañan, pero no pueden visitarnos porque el padre está muy ocupado, y el pobre anda buscando trabajo porque lo perdió por venirlos a busca a ellos, que infeliz ese los quiere manipular, para que no lo dejen y ellos se queden con él por lastima.

Lo único bueno es que los investigadores que Jaime contrato ya tienen algunas cosas oscuras de él, no me dio detalles solo me pidió que confiara en él, que cuando tuvieran algo sólido, me ayudaría a pedir la custodia total y definitiva para que los gemelos se queden con nosotros.

Sé que algo no me quiso contar, porque lo escuche como dudando si decirme o no, y al final se detuvo, solo para dejarme en ascuas.

Está bien debo ser consciente que me está ayudando, y no debe exponerse, si José descubre algo, lo podría acusar de filtrar información, y él debe guardar la confiabilidad de sus clientes en este caso los gemelos.

Lo que pasa es que los extraño, ahora que no los tengo siento como si fueran parte de mí, los seres más importantes en mi vida, todo este tiempo ellos ocuparon el primer lugar en todo lo que pasaba a mi alrededor.

Me acuesto en mi cama, cierro mis ojos y pienso en sus caritas sonrientes, y cuando me decían te quiero tía Pau, se ruedan mis lágrimas por mi rostro, no puedo evitarlo todas las noches lloro su ausencia, nadie lo sabe lo hago en la soledad de mi cuarto, inclusive eh perdido el apetito, ya no tengo casi hambre, estoy casi en huesos, en una semana que no están conmigo.

¿No sé cómo podre seguir adelante, sin ellos?

Y todo el tiempo que nos queda por delante, según Jaime este proceso es un poco largo, pero el confía que lo ganaremos.

Cierro mis ojos y escucho a lo lejos en mis recuerdos buenas noches tía Pau.

Jaime Rodríguez:

Tengo tantas cosas entre mis manos, que me estoy volviendo ocho, el cuñado de Paula, observar que todo vaya bien con Leo, para comprar las acciones de la Farmacéutica, revisar los informes diarios de los pasos de Camila y mi padre, ellos todavía no pueden enterarse de nada, cuando todo explote en sus caras, descubrirán que no tienen ni un centavo literalmente, ya que mi padre perderá cualquier derecho de pedir algún bien de mi madre y el dinero que se han estado robando todos estos años, lo perdieron gracias a Lion.

Tenemos que actuar como si no supiéramos nada, inclusive Salí con Camila a cenar el domingo, no puedo seguir sacándole el cuerpo, se vería sospechoso, inclusive le compre una cartera de diseñador, para que estuviera contenta, no sabe que es lo último que sacara de mí, andaba toda melosa e insinuosa, después de enterarme que he estado compartiéndola con mi padre, siento una total repulsión hacia ella.

Como diría un amigo mío, esa mujer me perdió.

La que realmente me preocupa es Paula, cuando he conversado con ella en video llamada la veo toda ojerosa y más delgada, sé que el no tener con ella a los gemelos es un duro golpe, esos niños se ganaron por completo su corazón.

Lo peor es que no puedo contarle todo lo que realmente está pasando con los niños, una es mi confidencialidad de Dr. Paciente, y la otra es que todavía la investigación está en curso, y todavía hay mucha suciedad que sacar de José Sornoza.




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