Beatriz León:
<Vamos a seguir con la historia de Beatriz León y Julio Santana, por ahora pauso las otras dos para unirlas todas en los últimos capítulos, como se darán cuenta todas están entrelazadas>.
Aquí estoy de mañanita esperando bus, por suerte comienzan a pasar a las seis y media de la mañana, caso contrario no alcanzaríamos a llegar mi Emi y yo a la Fundación a tiempo para que le realicen los exámenes que le mando la Dra. Zambrano.
Le hago señas al señor chofer para que pare, luego subo con Emilio en mis brazos, pago a la subida y el me da mi cambio, y busco un asiento vacío, pero no encuentro ninguno a esta hora el bus está lleno de estudiantes tanto de la Universidad, como los que van a la Escuela y el Colegio.
Toca ir parada, que más queda, justo me estaba resignando cuando un joven me ve, y se coloca de pie,- siéntese señora que usted va con un niño en brazos, yo puedo ir de pie, -gracias joven, ¡no sabe cuánto se lo agradezco! Mi Emilio se ve pequeño pero pesa, -me lo imagino, no se preocupe por mí, yo me quedo en el terminal, -gracias de todas maneras.
Veo al joven, creo que Universitario por su atuendo y mochila, aún recuerdo cuando yo también estudiaba en mi amada Venezuela, cuando mi madre me levantaba temprano para ir a la prepa y luego a la Universidad, todo los años que estudie y saque mi título, cuando me gradué de enfermera, son tantos lindos recuerdos, que no puedo evitar tener añoranzas de esos buenos momentos.
Pero como dice mi madre, los buenos recuerdos son alimentos para el alma, cuando la situación actual es difícil, para recordarte que de todo ahí en la vida, y solo tienes que seguir luchando para estar preparada para los buenos momentos que nos esperan.
Y eso es lo que mantiene en pie, caso contrario hace rato hubiera desfallecido, no es fácil empezar de nuevo en un lugar que sientes que no es tuyo, no es porque tú lo quieres así, es por ciertas personas que te miran con desprecio, miro a mi Emilio ojala él no tenga que pasar por eso.
Llagamos a la Fundación, esta vez el camino se me hizo más corto, será porque ya lo conozco, y no estaba como ayer con el miedo de que me pasaran.
Me voy levantando despacio, estos buses andan a mil y tengo miedo a caerme, -señor parada en la < Fundación San Miguel > por favor, -ya señora, espere que me parqueo bien para que baje, -gracias.
Así lo hago bajo despacio, gracias al señor chofer que me espera con paciencia, otros te gritan muévase que no tengo su tiempo, de todo hay en la viña del señor.
Después camino hasta la puerta, hago la cola correspondiente, el recepcionista me pide los datos de Emilio y luego me indica donde tengo que ir, justo va pasando una enfermera y le dice que me acompañe al laboratorio que yo no conozco, ella sonríe y me dice –claro venga conmigo señora, -gracias señorita este lugar es bastante grande, creo que me perdería fácilmente, -yo me perdí varias veces los primeros meses que comencé a trabajar aquí, -en serio –sí.
Caminamos por varios pasillos, y llegamos al laboratorio la enfermera me acompaño hasta donde estaba otra enfermera organizando los turnos, -hola Carola buenos días, puedes ayudar a la señora tiene agendado unos exámenes para el niño, -hola buenos días claro, ¿Cómo se llama el niño? –Buenos días, él se llama Emilio Santana.
-Pase y tome asiento, aquí está, ya la llamo cuando sea su turno.
Me voltea y le doy las gracias a la enfermera que me acompaño, -gracias señorita por su amabilidad, -no ahí porque darlas es parte de mi trabajo, aquí no solo atendemos la salud del paciente, también queremos que se sienta cómodo y bien atendido, tratamos al paciente como quisiéramos nos trataran a nosotros.
Es el primer lugar que escucho eso, -ese es el eslogan aquí, la Presidenta nos lo recuerda cada vez que tenemos capacitación.
Igual gracias por su ayuda, -no hay de que, bueno ahora me voy cuides señora, -así lo are muchas gracias niña.
Después de despedirme de la enfermera, tomo asiento cerca de la puerta de laboratorio para escuchar, cuando llamen a Emilio.
-El niño Emilio Santana, pase al laboratorio por favor, -me levanto inmediatamente, y me dirijo a la puerta del laboratorio, cuando la enfermera que me atendió, me pide al niño, la observo antes de preguntar, ¿para que lo quería? –yo lo tengo mientras usted le da las muestras de heces y orina a la enfermera, y unos datos extras que ella le pedirá, de esa manera se le hará más fácil.
Disculpe, es que me pareció extraño.
-No se preocupe, démelo que yo mientras tanto lo voy preparando para hacerle la extracción de la sangre para el examen de bilirrubina.
Emilio ve con la niña, que yo voy a dejar esto sí, mami ya regresa si, espérame sentadito haya, -le señalo la silla donde le toman la muestra para el examen de sangre.
-Sí, ya voy mami.
-Que buen niño eres Emilio, además creo que un niño muy valiente, tú quieres mucho a mami, -sí, mami linda.
Sonrió mientras Emilio se va con la enfermera, y esta lo enamora para sacarle sangre, dirijo mi mirada ante la enfermera que tengo frente mío, la cual sonríe cordialmente, -no se preocupe Carola es un ángel con los niños.
Si me di cuenta, Emilio no es muy accesible con las personas desconocidas, -esto será rápido, deme las muestras que le tomo al niño y dígame donde vive y un número de teléfono para llamarla para agendarle las citas del niño y sobre todo un mail para enviarle los resultados y como dije antes las fechas de los turnos del niño.
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Editado: 14.11.2024