Julio santana:
Ya ha pasado un mes, desde que nos mudamos donde don Alejo, toda ha ido mucho mejor, Beatriz y Emilio se ven más felices, este último ya tiene su piel sana, ya su cabello también le está creciendo, y no le quedaron cicatrices en el cuero cabelludo como pensamos al principio.
Gracias a la Fundación que le dio la atención médica y la medicina gratis, sino hubiera sido difícil para Beatriz y para mi costearla, era algo carita la condenada.
Lo bueno es que apareció lo que se había perdido, y no tuvimos que pagarlo, uno de los trabajadores la había guardado en otro lugar, y a los pocos días la vieron ahí, luego de eso el dueño nos pidió disculpas, y nos invitó a unas bielas bien heladas en señal de disculpas, todos aceptamos encantados, porque el calor es insoportable.
Y en el night club, las cosas están también tranquilas, lo único malo es que doña Luz está enferma, según me conto uno de los chicos, ya que él, la ayuda en la contabilidad del local.
Se puso malita ayer en la mañana y se la llevaron al hospital, para que vieran que tiene, parece que es algo grave, ya que no la dejaron salir hasta que no se hiciera unos exámenes, y saber a profundidad que tiene.
Igual esta noche me enterare, ya que en ese club todos son unos chismosos, y la vida de los jefes les parece entretenida, ya les he dicho que vivan sus vidas y dejen de ver la de otros, pero que voy hacer ellos son así.
Llegó y veo a mi hermosa mujer descansando junto a Emilio, este par son inseparables, ella se ha ganado su amor y confianza, se lo merece porque no lo pario pero lo está criando.
Me siento afortunado de la mujer que tengo, es inteligente noble y además muy bella, eso es innegable, todos los que nos conocen me dicen que cuide a la mujer que tengo, que es un tesoro.
Yo mejor que nadie se la suerte que tengo, o mi Dios me está bendiciendo por algo, y se lo agradezco.
Se ven como dos ángeles durmiendo plácidamente en esa cama, lo raro que mi Bea este durmiendo, ella siempre está haciendo oficio, es una hormiguita obrera, esta dale y dale todo el día, sino es con Emilio, está aprendiendo algo.
Los observo un rato desde el umbral de la puerta de la habitación, y después de verlos dormir por unos minutos decido, ir donde don Alejo a pagarle el arriendo del departamento, este lugar es acogedor, nos sentimos más cómodos y seguros aquí.
Me retiro sin hacer ruido, para dirigirme donde ese par de ancianos, que siempre están discutiendo, pero se aman como pocos.
Al salir lo primero que veo, es a mi antigua casera, que está saliendo de la casa que dejamos, parece que se le ha hecho difícil alquilarla.
Si piensa alquilarla como a nosotros que nos pidió tres meses adelantados, con uno pagado por anticipado, fue duro recogerle ese dinero inclusive le pedí que me diera quince días para darle todo, le di el 80% cuando nos instalamos y el otro 20% en la fecha acordada.
Me mira y voltea la cara, yo la pensaba saludar, ya que el saludo no se le niega a nadie, pero si ella se va a poner de esa manera, que le vamos hacer.
Sigo mi camino y llamo antes de entrar donde don Alejo, la que me responde es la señora Hilda, tan cordial como siempre, ella trata a Beatriz como una hija, ya que solo tiene un hijo varón, que está trabajando en el Oriente y viene muy poco.
Hola señora Hilda como está usted, -hola hijo, se puede decir que bien, a mi edad uno solo tiene achaques, y mi salud nunca ha sido buena desde que perdí a mi hija hace como treinta años atrás.
Tuvo una hija, pensé que solo tenía a Marcos, -Si Marcos es mayor, pero mi niña nació cinco años después que el, yo comenzaba con la diabetes, y tú sabes yo pensé que ese embarazo seria como el de Marcos, pero no fue así, no tome ácido fólico ni me hice chequeos en el Subcentro, según yo no los necesitaba, porque las mujeres de campo somos fuertes y sanas, y fíjate ese falso orgullo lo pague caro.
Lo siento mucho, no sabía que le había pasado algo como eso, yo amo mucho a Emilio, y no concebiría mi vida sin él y Beatriz.
-Eres un buen hombre muchacho, no cambies.
Espero que la vida no me fuerce a cambiar.
-La vida son decisiones, y uno tiene que vivir con las que uno toma, recuerda eso.
Tiene razón, venía a pagarle el arriendo del departamento que nos alquiló.
-Te lo recibo, porque Alejo no ha trabajado toda esta semana, y estamos algo cortos de dinero.
Quedamos que le pagaría, sino nos harían sentir mal, porque nos sentiríamos como unos aprovechados.
-De ninguna manera, Beatriz y el niños nos llenan nuestras vidas de alegría, talvez tu no lo sepas, pero Marcos está casado, y tiene una familia en el Oriente, y casi no puede visitarnos, además Tatiana es alguien muy especial, por decirte un nombre bonito y no llamarla (creída), se cree mejor que nosotros, y no le gusta venir acá con los niños, así que no ponemos a nuestro hijo en esa disyuntiva, y los dejamos ser.
Así hay muchas mujeres, que llegan a tener algo y se creen la gran cosa, por eso amo a mi Beatriz, ella siempre ha sido humilde de corazón, y muy generosa.
-Si mi niño recuerda siempre, tienes una mujer que vale oro, no la pierdas por tonterías o malos entendidos, y sobre todo no se dejen llevar del orgullo, ese sí que mata el amor.
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Editado: 14.11.2024