¿será un amor efímero? +18

Capítulo Tres: Deseosa de él.

 Sábado, 03 de diciembre de 2022. 

 

 Keaton soltó un largo suspiro mientras la comida estaba lista, había comprado los medicamentos pedido por la doctora, tenía la idea de ponérselo en jugos a Ruby para que se los tomara, preferiblemente de cerezas, lechoza, melocotón y caralomba que eran sus favoritos.

 

 Había terminado de preparar un vaso de zumo de naranja que iba a comer con unos panqueques, a Ruby le había preparado waffles con jugo de cerezas con su medicina disuelta en ella.

 

 Se sentó en la mesa tranquilamente, pensando en cómo iba a convencer a Ruby para hacer ejercicios, ¿Quizás una apuesta? A ella le gusta competir.

 

 Dió un salto cuando escucho el equipo de sonido que estaba en la sala principal sonar a todo volumen, el televisor también se prendió con la misma música y la radio que estaba en la cocina, y por último el televisor que tenía ella en su habitación. Eso solo podía significar una cosa, Ruby tenía que trabajar.

 

 Ruby tenía un trabajo envidiable para cualquier persona floja, cómo ella, trabajaba para una empresa de fotografía que se manejaba de manera online, dándole los trabajos de la misma manera y el trabajador, en este caso Ruby, se tenía que presentar el día y la hora para tomar las fotos, ¿La mejor parte? Normalmente eran fiestas y Ruby se la pasaba comiéndose los pasapelos, también tomaría, pero siendo un trabajo Ruby no se permitia comer.

 

 Fui a darle un vistazo, Ruby se estaba estirando mientras daba un bostezó. Se veía tierna, para él. La vio quejarse para hecharse nuevamente en la cama.

 

 —Ruby —solto una risa.

 

 Apagó el televisor de la habitación de ella para que Ruby pudiera escucharlo, cosa que no hizo falta, ya que al Ruby escuchar menos ruido que antes se paró como un resorte de la cama.

 

 —¡¿Qué hora es?! —pregunto, ya parada junto a él. 

 

 Él sonrió, entendiendo que el sistema estaba operado para que cuando dejara de sonar era el aviso de que ya se le estaba haciendo tarde, chica lista, pero eso no pasaría mientras él estuviera ahí, Ruby iría temprano a trabajar porque él haría que fuera temprano, apagaría todos los aparatos y le diría que es tarde.

 

 —Las 10:00 —dijo dando el mismo leves asentimientos. 

 

 —¡¡Dios!! —chillo, pasándose la mano por la cara, en señal de frustración —¡¡Es tardimismo, tenía que estar ahí a las 09:14!! 

 

 —Debes darte prisa entonces —al terminar de hablar, se mordió la lengua manteniendo los labios cerrados de forma que no soltará la carcajada que se estaba aguantando.

 

 Vio a Ruby saltar hacia el baño que se encontraba en su habitación, espero a que la puerta estuviera bien cerrada de forma que cuando saliera de la habitación no escuchará los sonidos que habían en la sala y la cocina.

 

 Al salir de la habitación corrió a apagar primero el de la sala que era el que sonaba más alto y posteriormente el de la cocina.

 

 —Uff, todo controlado —se sentó en la mesa, soltando una carcajada —Ella es tan perfecta...

 

 Mentira, tenía mil y un imperfecciones, más errores de los que se podían contar con los dedos de las manos, pero era humana, tenía un corazón de oro.

 

Los animales son más puros que está mierda que es el ser humano, los animales pelean para defenderse al sentirse atacados, el ser humano, en cambio, lo hace por placer propio. Al final, el ser humano es peor que cualquier animal.

 

 Tenía solo diez años la primera vez que escucho a Ruby decir esas palabras. También, fue el inicio de que la empezará a ver con otros ojos. Para él, Ruby era hermosa, a su manera, con imperfecciones y defectos.

 

Para cuándo terminó de comer, lavo el plato y envase que ensucio, acomodo un envase con los waffles de Ruby picados en trozos de pequeños, agrego unos trozos de manzana y dos termos, uno con jugo de cereza y el otro con agua.

 

 —¡Estoy lista! —exclamo Ruby, saliendo de su habitación. 

 

 Ruby llevaba un vestido color morado de tirantes, le llegaba hasta la mitad de los muslos, con un pequeña abertura en el lado derecho de la pierna, escotado en la espalda, unas sandalias de tacón grueso, plateadas, tapándole los dedos del pie, unas argollas y un collar plateados. Tenía aplicado maquillaje y se notaba que solo se había peinado el cabello, por último llevaba un bolso color morado, del mismo modelo que había llevado a la fiesta que fueron el jueves.

 

 —Por mirarme tanto es un punto para mí —él no se dió cuenta que se había quedado embobado mirándola hasta que ella le dijo esas palabras.

 

 —La próxima en babear por mí serás tú —le prometió, acercándose a ella.

 

 —¿Voy bien? —pregunto, mirándolo a los ojos.

 

 —Estás hermosa... —susurro, plantandole un beso en los labios —Toma, llévate esto —le dió una lonchera donde tenía los waffles y el juego.

 

 —Gracias... —se dirigió al mesón de la cocina donde tenía un paquete de pan de sándwiches, agarro uno le unto mantequilla y salió, no sin antes lanzarle un beso a Keaton —¡Extrañame!

 

 —Siempre... —hizo un gesto con las manos de que agarraba el beso que le lanzó Ruby y se lo puso en la mejilla.

 

☃️☃️☃️

 

 Cuando Ruby llegó al lugar miró la hora, aún era temprano.

 

 08:45 horas.

 

 Había llegado con tiempo de sobra, ahí lo supo, todo había sido una estrategia de Keaton para que saliera temprano.

 

 Sonrió con malicia antes de bajarse del carro con su equipo de fotografía.

 

Si así quiere jugar, pues juguemos. 

 

 —Rubycieta —Ruby volteo los ojos al escuchar aquella voz y el apodo.

 

 —Eden Reid —la miró de arriba a abajo —Tan falta de estilo como siempre.




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