¿serás acaso tú?

Capitulo 8 Madre, tenemos que hablar

Cada día que pasaba, Sebastián y yo éramos más unidos reíamos mucho, disfrutaba demasiado de su compañía me sentía única y especial a su lado pero como dicen el mundo no es de color de rosa o como te lo pintan, el problema para salir con el tenia nombre y apellido y era mi madre. La amaba demasiado y es como mi mejor amiga como para ocultarle algo. Mi mamá y yo somos tan unidas como para ocultarle algo. Es muy comprensible con migo pero hay veces donde se comporta demasiado como mamá me sobre protege demasiado y de eso no me quejo la entiendo perfectamente pero debería comprender un poco más la edad que tengo soy mayor para tomar mis propias decisiones y afrontar las consecuencia de ello. Pero así lo comprendía es mi madre y por ello si quería salir con un chico tenía que obtener su permiso y su aprobación si como antes. Fui educada muy a la antigua. Todo como antes. Tenía que obtener su permiso y para ello tenía que llevarlo a mi casa pero ¿Con que excusa?

Ya se me ocurriría algo.

El día llego, ambos íbamos camino a mi casa le había inventado la excusa a mi madre que era un compañero de clase y que ambos íbamos a realizar una tarea. Lo podía ver claramente nervioso.

-Tengo miedo que pueda pensar tu madre sobre mí.

-No te preocupes ella es diferente, suele ser buena onda con mis amigos, no tienes nada que temer.

Llegamos mi madre amablemente le ofreció de comer ambos comimos en silencio y llego el momento y la temida frase de Madre, tenemos que hablar mi madre me miro asustada y se sentó en la mesa.

-¿Qué pasa?

Sebastián hablo con voz temblorosa

-Me gusta su hija y quisie..era salir con ella

-Ohh solo es eso, chicos me espantaron

-Claro que no me fascina la idea de que Laura tenga novio, pienso que se distrae mucho con la escuela sobre todo. Pero ya que me tuvo la confianza para contarlo y no quiero que lo haga a mis espaldas si, le doy el permiso.

Ambos nos miramos sorprendidos, nunca creí que mi madre me fuera a dar tal permiso.

Pero al hacerlo mi cara se iluminó y casi sentí que los músculos de Sebastián se relajaron de inmediato soltó aire que no supe que estuviera conteniendo. Yo también suspire de alivio y sonreí. Sin duda este era un buen comienzo de carrera y iba a ser un excelente año sin duda alguna.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.