Serás mi señora

❦ ✿ Capítulo 2 ❦ ✿

 

Eliana.

 

Llego al hotel donde me quedaré por unos días, después veré que hago, me siento en la cama, me siento vacía, jamás pensé que mi vida cambiara tan drásticamente.

 

—No era para ti Eliana —me digo levantándome de la cama.

 

Me meto al baño y tomo una ducha, ya no voy a llorar, no voy a sufrir por un hombre ruin.

 

Al pasar los días seguí trabajando y estudiando, ya pronto terminaría mi carrera, pero me inclino por las decoraciones era un proyecto que le había propuesto al jefe de mi ex, pero con lo que ha pasado no se si quiera seguir con este, además no creo que él idiota de mi ex quiera que su jefe me apoye en eso.

 

—¿Qué te pasa? —pregunta Dasha. —te veo decaída. 

 

—Nada.

 

—Vamos Eli dime que es, sigues triste por lo que pasó.

 

—No —suspiro. —Es que tenía un proyecto en puerta y creo que se cayó —me encojo de hombros.

 

—Aún sigues buscando socio.

 

—Ya no importa Dasha, tengo que irme nos vemos mañana —ella asiente.

 

Voy a mi trabajo de medio tiempo, es algo que no me gusta, pero debo trabajar de algo para poder sobrevivir, mi único familiar que me ayuda es mi hermano.


 

Mi móvil empieza a sonar, lo miro extrañada ya que es un número desconocido y me he propuesto no recibir llamadas de índoles desconocidas. Podría ser de Ricky y no quiero saber de ese individuo nunca más.

 

Ignoro mi móvil y continuó con mi trabajo.

 

Al día siguiente es la misma rutina, ir a la universidad y regresar al trabajo.

 

—Buenas tardes es usted la señorita Eliana Ricalde —miró al hombre que me habla.

 

—¿Quien la busca? —pregunto.

 

—Soy representante de la empresa Eventos Gensen —lo miro más confundida. 

 

—Y que tengo yo que ver con ustedes —replicó de manera mordaz.

 

—Disculpe es que no me he explicado, soy gerente de Eventos Gensen con la cual el señor Ricky Grayson mantuvo algunas negociaciones con respecto a una temática suya, y me complace decirle que estamos interesados en ella, ya le hemos adelantado el veinticinco por ciento del pago a su socio —sus palabras me cae como balde de agua fría. 

 

—¿Cómo que le dio el veinticinco por ciento a mi socio? ¿Qué socio?

 

—El señor Ricky Grayson, no es su socio, creo que también mencionó que era su futuro esposo —en este instante siento que la ira se apodera de mi cuerpo.

 

—¿Cuándo y como sucedió esto? —cuestiono.

 

Si él se atrevió a robar algunas de las tantas temáticas que le mostré lo mató. 

 

—Hace un mes, el señor Grayson presentó una de sus temática y hace una semana presisamente fue aprobada su propuesta, el señor Grayson firmó un contrato —me informa. —es más, la estábamos esperando hace unos días para que empezará con los preparativos —llevo mi mano a la cabeza, estoy exasperada.

 

Como pudo Ricky firmar algo sin mi consentimiento, es que ni porque eramos prometidos debió tomar decisiones sin contarmelos. 

 

—Le voy a hacer esta aclaracion para que no se confunda, el señor Ricky Grayson y yo, no somos socios y no nos vamos a casar, además yo no he recibido ningún dólar de su supuesto negociado qué ustedes tuvieron con el señor Grayson —le aclaró. —no entiendo cómo es que ustedes hicieron un negociado sin que mi persona estuviese presente.

 

—El señor Ricky, nos notificó que él es su representante —se atrevió.

 

—Como le explico que el señor Ricky, no es nada de lo que dice, en ningún momento lo he nombrado mi representante, ni mi socio.

 

—De eso no se señorita Ricalde, lo único que le advierto es que si no se presenta mañana en la empresa sabrá de nuestros abogados, ya hemos dado un pago por adelantado y tenemos todo el derecho de demandarlos —mis cejas se arquean.

 

—¿Demandarme?

 

—Así es, por incumplimiento al trato laboral que firmó su socio. 

 

—¿Qué no es mi socio? —Grito.

 

—Tal vez debería hablar con él, aquí está la dirección donde debe presentarse el día de mañana —El hombre se retira y yo estoy qué echo humo por las nariz y por los oídos.


 

Como se atrevió Ricky, a recibir un pago que era mío, es que ni porque era mi novio debió aceptar algo.

 

—Señora Clara me deja salir hoy temprano, necesito arreglar un asunto —la mujer me mira. —Le prometo que mañana pagó las horas de hoy.

 

—Está bien Eliana, ve a arreglar tus asuntos. 

 

—Gracias —tomo mis cosas.

 

Esta va a ser la última vez que hable con ese cretino. Subo a un taxi y le doy la dirección donde trabaja Ricky. 

 

Al llegar entro a la empresa, la recepcionista me mira y luego mira a la mujer que está al lado de ella, esta se gira y entiendo porque me mira de esa manera. Me acerco a ellas. 

 

—Buenas tardes, se encuentra el señor Grayson —digo de forma educada.

 

—Eliana, ¿verdad? —habla la desvergonzada.

 

—Sí —le respondo.

 

—Te quería decir que lamento mucho lo sucedido, pero deberías pensar un poco en contraer matrimonio con… 

 

Suelto un suspiro y la miró. 

 

—Da igual, y gracias por tu consejo, aunque no te lo pedí, pero gracias —digo interrumpiendo su monólogo. —es más te lo regalo, cuando quieras puedes mudarte con él, unir tu vida a él; lo que quieras, gracias a ti me di cuenta que no vale la pena y me di cuenta que soy mucha mujer para un canalla como él —le sonrió. —te agradezco que te hayas metido en nuestra supuesta relación, me abriste los ojos y me libraste de ese insensato.




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