Serás mía

MEJOR IMPOSIBLE

AMBER

Despierto. Me duele la cabeza, mucho. Abro los ojos y lo primero que veo es un rostro de la que debió ser una bella mujer, pero el tiempo le ha pasado factura.

-Henry, la niña ha despertado-dice con una sonrisa en su rostro

-¡Menos mal, pensaba que se nos moría en casa!-refunfuño un poco.

-¿Donde estamos?-pregunte con mi voz quebrada por el esfuerzo.

-Estamos en Galen, no te preocupes pequeña, cuidaremos de ti.

Galen, creo que eso estaba a unos 500km de mi aldea, recuerdo haber leído sobre el, un pueblo tranquilo y unos habitantes amigables, la distancia no es la mejor pero me vale, al menos no he muerto por culpa del dichoso talismán...

Un momento, ¿Donde está el talismán? Busco a mi alrededor y al lado mío, en una mesita de noche está el talismán. Menos mal.

-Muchas gracias por ayudarme- dije con un intento de sonrisa

-No te preocupes, aquí cuidamos de todos, más tarde, cuando te hayas recuperado, nos explicarás lo que te ha pasado, ¿verdad?

Asentí y cerré los ojos. Los párpados me pesan una tonelada, no me cuesta mucho dormirme.

Doce horas más tarde...

Me despierto y miro por la ventana del lado de la habitación. Es casi de noche. ¿Pero cuánto he dormido?

-¿Hola?- mi voz ya no temblaba y me encontraba mucho mejor.

-Buenos días bella durmiente, espero que no te moleste, pero te he cambiado ese vestido que llevabas, no te preocupes, está lavándose te lo podrás llevar en nada. También te he arreglado el pelo, lo tienes hermoso, por cierto.- es otra vez la señora mayor

-Hola, gracias por todo, pero... ¿Ustedes quienes son?

-Somos los señores Gerny, Clara y Simón, ¿tu bonita?¿Y por cierto, cómo llegaste a esa carretera?

Utilizar mi verdadero nombre no era una opción así que tuve que pensar rápido.

-Me llamo Katherine, escapaba de mi padre abusivo anoche, por favor, ¿Me puedo quedar con ustedes?-era mi única esperanza.

-Ay cariño claro que sí, se lo duro que es eso- esta mujer tiene un corazón de oro.-Se lo diré a Henry ¿Quieres que te enseñe el pueblo? Henry se ha ido a trabajar y no vuelve hasta más tarde.

-¡Claro! ¡Muchas gracias por su hospitalidad! Algún día, se lo devolveré.

Han pasado dos días desde que llegue a este pueblo. Tengo un trabajo en una biblioteca local y les estoy ayudando a los señores Gerny a pagar sus hipotecas. Más feliz no puedo estar. Estoy pensando en establecerme aquí. Esconderme a simple vista. Nadia creerá que estoy tan cerca de ellos. "No, es peligroso, está gente no lo merece"

Es verdad, estoy demasiado cerca, me sorprende que la manada no haya buscado aún aquí, la gente de este pueblo me ha brindado mucho apoyo, y cuando tenga algo de dinero ahorrado, me iré más lejos, tal vez cruce el pacífico, para eso aún me falta dinero. Ahora mismo estoy en la biblioteca, me queda una hora para que se acabe mi turno, adoro este trabajo, es tranquilo y la gente es amable, no puedo pedir más.

-¡Hola Katherine!- me saluda una chica pelinegra.

-¡Hola Nat!- la conocí cuando Clara me enseñó el pueblo. Es una chica de mi edad que me ha caído bien desde el primer momento, creo que le caería bien a Aisha... Cuanto la hecho de menos.

-¿Te vienes esta noche conmigo, Jackson, Matt y Claire? Vamos a ir al club a tomar algo y a bailar.

Claire y Matt son novios, Jackson y Nat son hermanos y yo soy la nueva integrante del grupo. Me siento muy acogida por ellos, son todos super amables y divertidos. Me compré un móvil la primera noche que estuve aquí, les di mi número y creamos un grupo de WhatsApp. Me alegro de tenerlos como amigos.

-¡Claro! ¿Nos vemos cuando termine?-pregunte.

-Si, nos vemos allí, me alegro de que vengas.

Es que es un amor de persona.

La tarde transcurre sin muchos incidentes, y llega mi hora para irme. Voy a casa de los señores Gerny a cambiarme, me pongo un vestido negro por encima de las rodillas ajustado y unos zapatos de tacón plateados y salgo hacia el club.

Cuando llego me encuentro a mis amigos esperándome en la puerta.

-¡¡Hola Kat!!- dice Claire, que es la primera que me ve.

-Hola- dicen los demás al unísono. Entramos en el club y pedimos una ronda de chupitos. Como loba, tengo más tolerancia al alcohol, así que al terminar de beber, están todos borrachos como una cuba y yo sigo como si nada. Busco en mi bolso mi móvil, la una de la mañana, hora de irse. Por suerte el pueblo es pequeño así que podemos ir andando. Los acompaño a todos a casa, y luego voy de camino a la mía, no está muy lejos, diez minutos cortos.

Me quedan dos míseras calles. Dos. Y ahí lo veo. Me ha encontrado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.