DRAKE
Se me escapó por segunda vez. Volvió, fue a visitar a su maldita mejor amiga y corrió más que yo en mi forma de lobo. Me estuve preguntando cómo narices hizo eso y se me ocurrió, la bruja le ha dado algo. Fui a su casa y...
-¡Maldita bruja, que cojones le has dado a mi pareja, se me ha escapado por tu puta culpa!
-¡Ni se te ocurra volver ha hablarle a mi pareja así Drake, me da igual que seas el alfa o el puto rey de España, o aunque seas mi mejor amigo, como le vuelvas ha hablar así, te juro que renuncio, justo después de pegarte un hostión.
Me obligo a calmarme, nadie me habla así pero reconozco que me he equivocado insultando a su pareja de vida.
-Lo siento, por favor, ¿Puedes decirme si algo de lo que le has dado le ha hecho escapar de MI?
-Si, un amuleto que...- dejo de escuchar. Estoy temblando de rabia. Me doy la vuelta y doy un portazo. Si la encuentro pero vuelve a tener el amuleto, tampoco la podre alcanzar. Me voy de allí para no meterles un guantazo a cada uno por haberme quitado lo que es mío. Ella es mía.
Los dos días siguientes me los paso buscándola, en una radio de 400km, y cuando no estoy en el bosque, estoy en el gimnasio de mi casa dándole golpes al saco de boxeo. Ya lo he roto tres veces.
Derrepente se me ocurre una idea. Galen, un pueblo de aquí al lado. Es en la direccion en la que ella estaba corriendo. No creo que esté allí, demasiado cerca. Voy a preguntarles a unos amigos que me deben varias. Decido ir a pata. Me debería costar una hora larga. Voy a ir con tres miembros más, creo que tengo una corazonada, pero que ellos vayan por el lado contrario del pueblo que yo. Por el camino solo pienso en lo que voy ha hacer. Está vez no me paro a ver el paisaje, aunque es hermoso. Llego a Galen, es como la una de la mañana. Muy tarde. Me dirijo a un hostal que está al lado de un club que normalmente es muy ruidoso, ahora está mudo. Que raro... Doblo la esquina y la veo con cuatro personas más. Es ella. Estoy seguro. Lleva un vestido negro ajustado que le sienta de puta madre y unos tacones plateados que hacen juego con su bolso. Su pelo, como siempre, suelto. Se me corta la respiración. Es la segunda vez que le veo la cara, ella aún no me ha visto. La primera vez estaba sucia, pero ahora que la veo bien... Definitivamente será mía. ¿Quienes son esos tíos? Como la toquen... Espera, los está llevando a casa. Me parece que alguien se ha pasado con los tragos. Espero a que lleve a todos casa, y hago mi entrada triunfal. Ahora sí que me ha visto.
-No sabía que trabajabas como repartidora, Amber.
Se da la vuelta y ve a mis tres hombres.
-Justo a tiempo chicos
Estoy distraído, así que no me doy cuenta cuando me empuja y hecha a correr hacia el bosque que lleva a la manada.
-¡A POR ELLA!
Nos transformamos todos menos ella. Aún así es rápida, pero sin el talismán no tiene mucho que hacer. Casi ha llegado. Me lanzo encima de ella y la derribo. Que bien huele. Me distraigo oliendo la UN PUTO SEGUNDO. Lo que tarda ella en darme una patada en los huevos y salir corriendo. Aún en forma de lobo... Auch. Estoy fuera de juego durante unos segundos, me recupero, tengo su rastro, no la voy a perder, no por tercera vez. ¿Por qué aún no se ha transformado? No lo entiendo...
"Y aun así es capaz de librarse de mi y de tres de mis mejores hombres..."
Ni yo me lo creo. Corro tras ella y la atrapo. Está vez no pierdo el tiempo. Le doy un golpe que me arrepiento al momento de haberselo dado y la dejo inconsciente .
"Ya te tengo lobita"
Tras ese pensamiento, inicio el trayecto a la manada, con su nueva luna.
Llegamos 3 horas y pico más tarde por el casi inexistente peso extra y porque tenemos que ir corriendo. Obviamente la llevo yo. Durante todo el trayecto le estuve oliendo el pelo. Ya se que suena raro pero... ¡Dios, que bien huele! La verdad es que me empezé a preocupar, ¿Por qué no se despierta? Tras llegar a la manada, a las cinco más o menos, llamé a un médico y la llevé a mi casa.
Despertó justo antes de que la pueda poner en la cama. Me mira con esos ojos azules en los que me podría perder. Está bastante atontada. No se suelta, eso me tranquiliza y me gusta. Se pega a mi pecho inspira mi olor y se duerme, me veo incapaz de soltarla. Será... ¿Amor? No. Aún no. Me siento en una silla y la recuesto entre mis brazos. Así me duermo. A pesar de todo me siento en el cielo. La he tenido que cazar, ahora es mia. Me preguntó que cara pondrá cuando se despierte (cuando esté en sus cabales) y vea donde y con quién está. Seguro que no será de alegría. Solo tengo una pregunta. ¿Por qué cojones no se ha transformado? Esque no tiene sentido.