AMBER
Drake se va de la habitación y yo aun estoy asimilando lo que acaba de pasar. Me ha dado el mejor beso de mi vida. Y yo se lo he devuelto. Yo. La misma que se prometió hace 2 días que la odiaría. Y me ha gustado. No. Si. Mucho. Me toma quince minutos decidirme para saber qué he sentido, llego a la conclusión de que las mariposas que sigo sintiendo en el estómago no son imaginarias. Y la humedad en mi ropa interior tampoco. Por dios.
¿Que es lo último que ha dicho? Entrenamiento... Mierda. Espero que no tenga nada que ver en transformarse. Porque si es así... Bueno ya me las arreglaré.
Pensando en apenas unos minutos antes, cuando me rompí la pierna. Fue...no sé. Aparte del dolor momentáneo, cuando me recogió entre sus brazos y le oli... Me sentí como en casa. Me sentí como si fuera mi destino, como si perteneciera allí. Bien se quedaba corto. Y con el beso de ahora... Ya no se si me quedan ganas de huir. ¿Y si el me acepta tal y como soy?¿No me obligará a hacer algo que no quiera?
Lo discutiré con la almohada. Eso y porque se ha empeñado en que entrene con la manada. Estoy cansada.
Voy al baño, me doy una ducha y envuelta en una toalla busco un pijama en el armario. Hace frío, opto por una de mangas largas azul oscuro. Cepillo mi pelo como siempre antes de dormir y voy a la cama. Creo que rompo el record de quedarse dormido antes. Es literalmente tocar la almohada con la cabeza y caer rendida.
Y aun así, justo antes de cerrar los ojos pienso en lo bien que se sintió su beso y en lo bien que se sentiría ahora mismo su brazo rodeándome la cadera y su cuerpo rodeándome. Le culpo al sueño. Caigo rendida.
Despierto y no se que hora es. ¿Anoche puse una alarma? ¿Cómo? Miro en la mesilla y encuentro un reloj. No, definitivamente no he puesto ninguna alarma. Son las putas ocho menos dos minutos. Joder. No me da tiempo a ducharme. Me cambio y me pongo lo primero que pillo. Unas mallas azules oscuro y una camiseta azul clara. No me puedo creer mi suerte. Al menos no pareceré un payaso. Me pongo los calcetines sin fijarme mucho y encuentro unas zapatillas de deporte. Voy al baño a cepillarme porque no me da tiempo a maquillarme ni de coña. Joder miro al espejo y parezco un león electrocutado. Mal día para tener un nudo como la copa de un pino. Batallo con mi pelo y lo anudo en una coleta. Miro al reloj. Las ocho y cinco. Mierda. Corro hacia la salida y me encuentro a el compañero de mi mejor amiga, el beta Rody.
-Tarde Luna- ¿Luna? ¿Desde cuándo he pasado de ser Ámber a Luna?- y mal.-Mira divertido a mis calcetines. Mierda llevo uno rojo y otro verde fosforito.
Mira ya ni me importa.
-¿Hacia dónde tenemos que ir? Y no me llames Luna, con Ámber es más que suficiente.
Escucho una voz que no pertenece a Rody.
-Primero, tienes suerte de que yo también llegue tarde, segundo, si, te tiene que llamar luna si no quieres terminar con la cabeza a dos metros bajo tierra, tercero, esos calcetines nada que ver y último sígueme y corre si quieres llegar, Rody esto último también va por ti.
Creo que ya ha terminado su discurso y me doy la vuelta. Y entonces noto como me coje de la cintura y me arrastra hacia el. Noto mi espalda en su pecho y mi culo en su gran erección.
-Que culo te hacen esas mallas, y por cierto, no creas que me he olvidado sobre lo que me dijiste de tu relación pasada. Cuando averigüe quién es, le arrancaré la cabeza y lo usaré de llavero. Eres mía. Nadie te toca.
Me quedo paralizada durante unos segundos asimilando sus palabras hasta que me suelta. Rody nos mira divertido.
Lo suelta todo de sopetón. Porque así es el alfa. Empieza a correr hacia el final del pasillo. Lo seguimos. Llegamos a un jardín enorme que incluye bosque. De hecho no estoy segura de que sea jardín.
-Buenos días manada, perdón por el retraso.
La respuesta es un aullido común de unos cincuenta lobos y lobas. Aparecemos detrás suyo y nos unimos a la manada. O al menos eso era nuestra intención. Rody lo consigue, mientras tanto, a mí me agarra del brazo, pero no con fuerza, agradezco eso.
-Quedate a mi lado-gruñe en mi oído.-Eres mía.-se vuelve hacia la manada y anuncia.
-¡Atención!- silencio sepulcral. -les presentó a su nueva luna. Respetenla y seanles leales o afrontad las consecuencias. ¿Alguna queja o duda?- silencio total.-bien, comencemos con el entrenamiento.
-En parejas uno contra uno, luna, conmigo-anuncia Rody
-¿Forma?- pregunto alguien entre la multitud de la manada. Espero que sea humana. Aprendí artes marciales, muchas, en todas ellas soy experta, odio decirlo pero, soy realmente buena luchando cuerpo a cuerpo. Tengo fuerza y soy rápida. En cambio, si es en forma animal solo me queda rezar. Escucho la respuesta.
-Humana.-anuncia Rody. ¡TOMA!
-¡SI!-Grito sin querer. Mierda
-¿Has dicho algo luna? -dice Drake.
-Nop nada, perdón.
Se gira, el no luchará, ejercerá de árbitro entre las peleas.
-Bien, serán peleas paraja tras pareja, es decir, primero luchará una pareja, cuando haya vencedor la siguiente. No habrá dos a la vez. Quiero comprobar algunos niveles de lucha.-dice mirandome. Hijo de puta. Bien, hora de machacar a un beta.
La primera media hora me la paso calentando músculos mientras Drake arbitra en las batallas. Van pasando los minutos y cada vez quedan menos parejas. Me da a mí que seremos los últimos.
-Y ahora les toca a luna y beta. Es la última pareja.-anuncia Drake cuando Ruby una hembra de la manada derrota a Henry.
Entramos en el terreno de batalla.
-Normas, la batalla termina cuando uno se someta, también puede acabar por K.O. Está estrictamente prohibido hacer cualquier movimiento que ponga en riesgo la vida del oponente. Dicho esto, ¡Luchad!
Rody se pone en posición, yo le imito, pero cambiando ligeramente mi postura. Me permitirá contratacar más rápido en caso de que me ataque primero. Cosa que hace. Se abalanza contra mí rápido, como si quisiera acabar lo antes posible. Se olle murmuros como: la va a machacar, nadie ha vencido nunca al beta escepto el alfa... Me encanta su optimismo. Vamos a darle una espectáculo.