Explore toda la casa, me gustaba. Me sentí atraída por la música que sonaba, parecía que era tocada en un piano, camine despacio, me detuve en la puerta y miré una hermosa joven tocando el piano con pasión, no conocía la música pero se sentía triste y cada pieza era tocada con mucho sentimiento.
Me mordí el labio, no sabia quien era, iba a girarme, pero su voz me detuvo.
- ¿Quién eres? - me giré y me encontré con los ojos verde esmeralda que caracterizaba a esa familia.
- Soy Eloise... - dude un momento - Eloise Santos.
Ella solto un gritito y se puso de pie, se me acerco y sus ojos me recorrían de arriba hacia abajo.
- Soy Nina - extendió su mano - La hermana menor de Adrián, aunque ya debes de saber de mi, perdona, pero casi no he hablado con mi hermano de ti - enredo su brazo en el mio - Eres diferente a... - se mordió el labio - Lo lamento, casi no conozco a chicas de mi edad, la mayoría de mis pláticas son con papá - sonrió - Así que tenme un poco de paciencia - comenzamos a caminar por el pasillo - Me agradas.
- Gracias - ella me guió hacia una comoda silla - Me gustó tu melodía.
Ella desvío la mirada.
- Gracias, tocó cuando necesito escapar de mi misma.
Era joven, bella, no entendía de que deseaba escapar.
- Me siento feliz por Adrián, se ha librado de esa víbora - me miró a los ojos - Yo espero conocer a alguien que me ame y abandone todo por mi, como lo hizo Adrián, dejo su aburrida vida por ti.
Bajé la mirada, todo lo nuestro era una farsa.
- Nina - levanté la mirada para ver a Adrián acercarse a nosotras, abrazo a su hermana con mucho cariño, me daba cuenta que él la quería mucho
- ¿Estás bien?
- Lo estoy - ella me miró - Y muy feliz por ti, me agrada Eloise, has elegido bien - Adrián toco el rostro de su hermana.
- Lo sé - paso un brazo por sus hombros - Espero se lleven bien.
- Cuenta con eso - ella nos miró con una linda sonrisa - Iré a recostarme para estar como nueva en la cena - se me acerco y deposito un beso en mi mejilla - Deseo de corazón que seamos las mejores amigas - recorrió el pasillo, Adrián no apartó su mirada de su hermana.
- Me ha agradado - él frunció el ceño, se sento a la par mía.
- Ella es preciosa y no me refiero solo a su fisico, es una mujer maravillosa con un gran corazón - sujeto mi mano entre la suyas, millones de mariposas alzaron vuelo en mi estómago y revoleteaban dentro de mi como locas - Eloise le has gustado a mi familia - miro mi mano donde estaba el anillo - Papá no ha dejado de hablar maravillas de ti - cuando me solto sentí un vacío tan grande.
- Tu familia es maravillosa - él sonrió.
- No todos piensan lo mismo - desvío la mirada -Mi padre puede tener dinero, pero su comienzo fue muy humilde, trabajo duro para llegar donde está sin olvidar de donde vino - se paso la mano por su nuca - Alexa nunca les ha caído bien, ella no ha puesto de su parte la verdad.
Asentí, su móvil sonó, él lo saco y frunció el ceño,pude darme cuenta que estaba luchando consigo mismo, lo puso en silencio y lo volvió a guardar en su bolsillo, nos quedamos en silencio por un momento.
- He pensado que descansaremos por tres días - lo miré sorprendida para él no existían las vacaciones, no le gustaba dejar el restaurante en manos del personal, sonrió cuando vio mi expresión de sorpresa - Quiero tener un poco de paz, en estos días no hay eventos, así que deseo que lo pasemos en casa con mi familia y también quiero conocer a la tuya.
Me agradaba la idea de que él deseara conocer a mi familia, esperaba que él le cayera bien a mi familia.
- Eloise... - calló cuando la muchacha del servicio le llevó el teléfono inhalambrico, lo vi dudar, pero al final decidio tomar la llamada, me miró apenado y se separó de donde estábamos. Aunque alcance oír algo.
- Alexa, no me llames cuando estoy en la casa - me levanté y decidí seguir explorando la casa, me extrañaba la actitud de Adrián, estaba segura que la llamada por el móvil tenía algo que ver con ella y él decidió no atenderla, quizás era porque estábamos en casa de su papá.
Giré el rostro y pude ver a Adrián aún con la llamada, me encogi de hombros y continúe con la exploración.
El lenguaje corporal de Adrián me decía que no estaba nada cómodo con la llamada, ¿el motivo? lo desconocia. El giró su rostro y su mirada conectó con la mía, suspiré y decidí seguir mi camino, quizás lo de ellos era un pleito sin importancia.
- Lo siento - me giré y lo vi acercarse.
- No te preocupes, ambos sabemos que es tu novia - seguí caminando.
El no respondió y camino junto a mi en silencio, yo era curiosa y moría por saber que pasaba, pero no le preguntaría.
- Hija - sonreí al ver a don José acercarse - ¿Te ha gustado la casa?
- Es preciosa.
- Me alegra escuchar eso, se que no mientes, espero que pronto la puedan llenar de niños.
Me quedé helada, don José quería nietos.
- Papá, estamos recién casados, no hemos pensado en hijos aún.
- Deberían, ya estoy viejo y no quiero morir sin conocer un nieto, me harías feliz mi querida Eloise.
Suspiré esto se estaba poniendo difícil, algo me decía que don José no nos dejaría tranquilos por el nieto que quería.