Adrián
Entré al cuarto, encendí la lámpara de mi mesita de noche, miré a Eloise que dormía profundamente, por lo menos no se quedó a dormir con el tipo, me fui a darme una ducha.
Cuando regrese quedé de pie al lado de Eloise, ella me tenia confundido. No entendía por que sentía tanta molestia al imaginarla con ese hombre que no lo conocía, pero me caía mal.
Suspiré y me acosté en mi lado de la cama, miré el techo un buen rato, llevaba casi cinco años de noviazgo con Alexa, estaba molesto por que la encontré con su supuesto primo en su departamento, estaban en el sofá bebiendo una copa de vino, ella no me esperaba ese día.
Ambos se sorprendieron al verme, Alexa se levantó y me presento al famoso Jonathan su primo, pero no era tonto, él se mostró confundido por un momento para luego tomar el papel del supuesto primo, no dije nada solo me di la vuelta y salí de su departamento, todo eso pasa el día que Eloise aceptó hacerse pasar por mi esposa.
La escuché murmurar y luego sentí como me paso su pierna por las mías y luego su brazo por mi pecho, acomodó su cabeza en mi hombro, claramente estaba profundamente dormida, cerré los ojos, me gustaba el olor de su cabello, la recordé con su cabello rubio suelto.
También la abracé y me dispuse a dormir, se sentía bien tener a Eloise en mis brazos, un interrogante más en mi vida, no estaba acostumbrando a dormir abrazado, a Alexa le molestaba porque no le gustaba sudar cuando dormía, pero Eloise parecía no molestarle, de hecho su cuerpo se aferraba más al mio, sonreí y cerré los ojos, mi primera vez durmiendo abrazado a alguien.
Cuando desperté me di cuenta que ahora era yo quien la tenia aferrada a mi cuerpo, estábamos en la famosa posición de cucharita, sonreí, me agradaba despertar así.
La sentí moverse e hice una mueca debía separarme de ella, ya estaba por despertar.
Me pasé la mano por el pelo y quede boca arriba viendo el techo, el tipo ese debía disfrutar despertar con Eloise en sus brazos era tan suave, sintiendo el delicioso olor de su piel y de su cabello, frunci el ceño, no sé que mierda me estaba pasando hasta para mis oídos mis pensamientos sonaron tan cursis, me levanté y suspiré me alegraba que Eloise no se enteró que mi cuerpo estaba despierto cuando su trasero estaba pegado a mi ingle en la posición de cucharita, algo que iba a remediar con una ducha bien fría.
Eloise
Mi corazón latía apresurado, Adrián me tenia abrazada, sentí su erección en mi trasero, me quedé quieta, no deseaba que él se apartará de mi, sentí un vacío cuando se separó quizás se sintió culpable al darse cuenta que tenía abrazada a otra mujer y no a su querida Alexa, cerré los ojos cuando lo escuché levantarse, me quedé quieta escuchando el agua caer.
Era tan difícil amar a alguien y no ser correspondido.
Mi móvil sonó con mucha pereza lo tomé, era mi hermana Elena.
- Buenos días Eloise, espero no haberte despertado, te llamó por que hoy haremos un almuerzo de bienvenida para Damien - frunci el ceño, hice memoria y si podía asistir hoy era el último día que tenía libre.
- ¿Cuándo llegó?
- Pasada la medianoche, déjame decirte que es muy guapo - lo último lo susurró, sabía que tendría problemas si la escuchaba Max -¿Contamos con tu presencia?
- Le diré a Adrián para que v..... - Elena no me dejó terminar.
-No sería conveniente, lo asustaras, se sentirá acorralado Eloise, piensa es una comida familiar, primero conquistalo. - suspiré las mismas palabras de Lena.
- Está bien, ahí estaré - colgué y salté del susto al ver a Adrián en la puerta del cuarto de baño.
- ¿Dónde estarás? - me miraba serio.
- Mi hermana me ha llamado que desea verme - sonrió y hubiera jurado que era de burla.
- Tu Hermana, vaya, hoy no es tu mamá - frunci el ceño, creo que aún seguía dormida porque me sonaban burlesca sus palabras y Adrián no tenia por que hacerlo, yo no era importante en su vida.
- Si, deseo aprovechar este último día libre que tengo para estar con mamá y mis hermanas - él no respondió sólo se puso la camiseta y se dirigió a la puerta, cuando la abrió se giró y me miró con una mirada enigmática y salio.
Me encogí de hombros, cuando estaba lista para irme, tocaron la puerta del cuarto, me sorprendí ver entrar a don José.
- Buenos días Eloise - le sonreí y me acerqué para saludarlo con un beso en la mejilla.
- Buenos días don José - él se sentó en el sofá y me miró por un momento.
- Dime Eloise, ¿estas bien con mi hijo?- me senté enfrente de don José.
- Si, lo estamos - su mirada era profunda sentía que estaba analizando mi alma.
- Espero se enamore de ti querida - lo miré sorprendida, nos había cachado, estos tres días no habíamos podido fingir bien, se suponía que estábamos casados por que nos amábamos como locos - Soy viejo, pero no tonto querida, conozco a mi hijo, se que no hay boda - desvié la mirada.
- ¿Desde cuando? -él me sonrió.
- Desde siempre Eloise - me iba a levantar para hacer mis maletas no tenia caso seguir ahí - Sientate querida - me mordí el labio - Me doy cuenta que tú lo amas -cerré los ojos fuerte - Así que cuando te conoci decidí que iba a callar por que eres la mujer que mi hijo necesita. He notado que Adrián sin darse cuenta aún, se está apartando de Alexa y eso mi niña es gracias a ti, así que déjame decirte que tienes en mi un aliado, espero conquistes el amor de mi hijo, me harías muy feliz al convertirte en su verdadera esposa, seguiremos fingiendo.
- Pero no tiene caso...
- Claro que lo tiene Eloise es por Adrián que lo haremos para librarlo de Alexa, me imagino no te gustaría que me hijo fuera infeliz toda la vida cuando tú pudiste ayudarlo.