Adrián
Agarre la botella de wishky, llene mi vaso y lo tomé de un solo, me volví a servir el siguiente vaso.
- Así que piensas dejarnos sin licor- me giré y papá estaba sentado con las piernas cruzadas y con una gran sonrisa en su rostro
- Lo necesito - seguí llenando el vaso.
- Sientate Adrián y deja ese vaso, es una orden, me vale que seas mayor, soy tu padre y mientras viva me obedeceras - sin ánimos de pelear me sente, papá miró mis pies desnudos, mi cabello revuelto y mi camiseta mal abrochado -Eres un desastre ambulante.
Me pasw la mano por el rostro.
- No cometas mis mismos errores Adrián.
Negué.
- Tu no sabes papá - me tape el rostro con las dos manos.
- Adrián, mi matrimonio con Alice no fue color de rosa toda la vida - levante el rostro y miré a papá - Sabes que mi matrimonio fue arreglado con tu madre - asentí, mi padre se acomodo en su silla y empezó a recordar su pasado - Yo era orgulloso Adrián, quería hacer mi fortuna con mis propias manos, Alice tenía su dote para el matrimonio - soltó una carcajada - Era una vaca, un burro y una gallina, ella era tan dulce, pero con carácter. Yo siempre di por hecho que como era mi esposa estaría para mi toda la vida aún con mi indiferencia, mi frialdad, mi falta de tiempo.
Esta casa la construí para ella, pero solo cambie el tamaño de la jaula - mi padre se levanto y se sirvió una copa, se sento y me miro directamente a los ojos - Las mujeres son como las plantas, hay que regarlas diario, abonarlas. A medida que mi fortuna creció lo hizo mi arrogancia - tomo un trago- Estaba perdiendo a Alice y yo no lo sabía - sonrió con tristeza - Lo conocio a él - miré a papá, pensé que jamás el me contaría esa parte que por años enterré en mi memoria - Cuando supe que ella sentía algo por él, sentí que mi mundo se vino abajo, en esta misma sala me sente y pensé, ¿De qué me sirve tanto dinero si la pierdo a ella?. Callé que sabía que tu mamá se miraba con otro hombre, ella era tan buena madre que sabía no te dejaría y eso mi querido hijo para mi fue una ventaja sobre él. Pensé lo que realmente yo quería para mi vida y solo había algo por encima de toda mi fortuna: ella, así que decidí cambiar, empecé a agradecerle por los alimentos que me preparaba, ella se sorprendía, al despertar antes de levantarme le daba un beso, la llamaba en el día para saber como estaba y como se sentía. La halagaba por su peinado, le decía cuanto me gustaba su risa, en fin empecé a manifestarle a Alice todas las cosas que me encantaban de ella, yo estaba luchando por mi felicidad Adrián, peleaba por la mujer que amaba y que siempre estuvo junto a mi, pero yo no valore hasta que estuve a punto de perder.
Alborote mi cabello una vez más, no quería perder a Eloise, moría de celos y de miedo de solo pensar que él se la llevaría para siempre.
- ¿Y como hiciste para aceptar que Nina...- èl me miró con una sonrisa.
- Cuando él le pidio que se marcharán juntos, todo lo que yo había sembrado en mi matrimonio los últimos meses dio su fruto, Alice dijo no, aunque tenía miedo que yo no la aceptará por su embarazo.
Alise la tela de mi pantalón y toque la prueba de embarazo que tenía en mi bolsillo.
-Cuando veías a Nina ¿No sentías los celos de saber que era de otro y no tu hija?
Papá sonrió.
- Cuando veía a Nina yo solo veía a mi hija, por ella haría cualquier cosa con solo verla feliz, algún día le diré la verdad que no soy su padre de sangre, pero si lo soy del corazón porque ella es una verdadera Santos.
Mi padre se levantó pero clavo su mirada en mi.
- Deja de actuar como tonto y acepta lo que sientes por Eloise, deja el mutismo en el que vives y empieza a regar esa bella flor que tienes a tu lado, otro hombre puede decirle al oído lo que tu no haces, deja de mantener la trompa estirada y la cara amargada, esa muchacha merece sonrisas- típico de papá no decir boca.
Camino hacia la puerta.
- Si un día me meto en tu vida y en la de Nina, espero que entiendan que es por que los amo y no deseo que pasen por el dolor que yo pasé.
Don José
Entré a mi cuarto y me sentw en mi comodo sofá, llevaba el vaso de wishky en mi mano, apure el trago y cogi el sobre grande que hice me subieran a mi cuarto, no deseaba que nadie lo viera, leí el nombre impreso en el sobre: Damien Arévalo, sonreí cuando lo volví a poner en la mesa, me beberia el whisky y revisaria la información, creo que ni el servicio secreto hubiera conseguido la información como la gente que trabajaba para mi.
Adrián
No desvié la mirada cuando Eloise entra al comedor, se veía feliz.
- Buenos días - me levante rápidamente y la ayude a sentarse - Hoy amanecí con mucha hambre, puedo comerme un caballo - asentí era lógico ahora comería por dos.
Me fui a la cocina y llene su bandeja, este día había preparado yo el desayuno, no diría nada de su embarazo, no la quería perder, mi padre fue inmensamente feliz con mamá y nosotros, Eloise y yo podríamos serlo con el bebé.
- Toma - servi su abundante desayuno, Eloise abrió los ojos sorprendida.
- No era tan literal Adrián, hiciste que la pobre cocinera preparará mucha comida- negué.
- Yo te prepare el desayuno - ella me miró extrañada, pero con una linda sonrisa me dio las gracias.
Mi padre nos veía con una amplia sonrisa, él sabía que yo seguiria su consejo, no iba a permitir que Damien Arévalo me arrebatara a Eloise porque estaba descubriendo que me estaba enamorando de ella o quizás ya lo estaba.