Eloise
Cuándo salí de la ducha me dirigí al vestidor, miré toda la ropa que había llevado pero a la que le diría adiós. Adrián había cuidado mi supuesto embarazo siendo la persona que se escondía detrás de la ropa ancha y con las gafas, él no lo dijo pero todo lo que hizo es porque él estaba aceptando un hijo que no era de él, eso me hacía admirarlo y darme cuenta que me estaba valorando a mí.
Miré al fondo y vi la maleta que me había dado Lena cuando me mude a la casa de Adrián, me acerqué y la abrí, sonreí al ver la ropa nueva y de mi talla, toda bonita y en una bolsa había ropa interior sexy.
Saqué la maleta y escogí lo que me pondría hoy, y la ropa interior sería para la noche era demasiado reveladora y esperaba le gustará a Adrián.
Después de mucho tiempo me tomé mi tiempo en arreglarme, miré las gafas y las guarde en un cajón, ya no las necesitaba, Adrián había demostrado ser alguien que valoraba más allá de las apariencias aunque le costó llegar a serlo pero lo logro.
Me miré en el espejo y me gustó como me quedaban los pantalones que elegí, iría a ver a mis hermanas.
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Don José
- siéntese - Lena me indicó una silla, miré hacia todos lados era una magnífica biblioteca. Miré a Elena quien se veía muy bonita debía ser el embarazo.
- Desde está noche Damien llamará a Eloise - negué.
- Ya no es necesario - ambas hermanas se miraron entre ellas.
- ¿A qué se refiere?
- Esos dos ya consumaron su matrimonio, no quiero problemas entre ellos por celos - ambas hermanas se taparon la boca emocionadas.
- Nuestra Eloise ya no es virgen - enarque una ceja, eso explicaba la felicidad en el rostro de Adrián, el muy pendejo era posesivo y celoso con Eloise, así que el saberse ser el primero lo andaba bailando en una uña - ¿Cómo sabe que eso pasó? - Lena frunció el ceño - ¿Lo espía?
Solté una carcajada podía ser todo menos un fisgón.
- Mi hijo me lo dijo indirectamente está mañana, ustedes par de diablillos tenían a mi hijo engañado en que Eloise sería madre, así que todos los días le preparaba toneladas de comida a la pobre pero hoy solo preparo un pan tostado, un vaso de jugo, me sorprendí y le pregunte donde estaba la tonelada de comida a lo que respondió que había descubierto que no había bebé - ambas hermanas enarcaron una ceja - Lo felicite por haberle preguntado y me respondió que no precisamente así se había enterado del embarazo y puso una cara de pendejo con suspiros y todo así que me di cuenta lo que paso ahí.
Ellas se quedaron calladas un momento.
- Bien, Don José hasta aquí llega nuestros esfuerzos por ayudarlos, ya ellos van por su cuenta - asentí -Creo la boda puede ser el domingo ya que nuestro cumpleaños es el sábado, pueden venir a cenar todos los de su casa son bienvenidos.
- ¿Y el joven Damien?
- Anda con Don Víctor en las empresas que tiene, en más de alguna Damien mostrará interés y podrá aprender.
Frunci el ceño, sabía que ninguna le gustaría a Damien pero eso sólo yo al parecer conocia.
- Señoras fue un placer haber formado una sociedad con ustedes, lastima que llegó a su fin - me puse de pie pero les comenté - Alexa ya no será un problema para Eloise la he quitado del camino.
- ¿Cómo así? - preguntó Elena.
- Ella quizo hacer daño a la pequeña Eloise pero no lo permití - Lena se puso de pie y sin decir palabra me abrazó.
- Gracias Don José, usted es como el padre que debimos tener, me siento feliz por que Eloise lo tiene a usted, Elena y yo tenemos a Don Víctor que pelea por nosotras como usted pelea por Eloise.
- ¿Y su padre?
Elena me abrazó y se apartó.
- Está preso, pero nunca fue un buen padre- apreté las manos de ambas hermanas - Un día le contaremos nuestra historia Don José.
Pase mis dedos por mis ojos y los seque ahora entendia porque peleaban por ellas, tuvieron que aprender a defenderse porque no había quien lo hiciera por ellas.
- ¿Y su mamá?.
- Nuestra madre fue una víctima más de nuestro padre, así que hemos aprendido a pelear por nosotras mismas y lo que hizo por Eloise se lo agradeceremos para siempre.
Asentí y salí de la biblioteca, era increíble como uno le tomaba cariño a la gente, me dolía saber que hubo un hombre que desprecio a esas tres chiquillas que aunque eran unas diablillas, tenían un corazón de oro.
En lo que a mi me respectaba yo estaría para Eloise siempre y porque no, también para esas dos increíbles chicas que hacían lo imposible por ver feliz a su hermana, me atrevería a decir que mi familia había crecido porque las trillizas las consideraba parte de mi familia, sólo faltaba alguien pero de eso me encargaría muy pronto.