Adrián
Llegué a casa a tiempo para la cena, subí rápidamente a darme una ducha, ya Eloise debía de estar en el comedor con Nina y mi padre, cuando abrí la puerta me lleve la sorpresa de mi vida, ella estaba solo cubierta con un juego negro diminuto que no dejaba nada a la imaginación. Mi cuerpo reaccionó rápidamente, me despoje de la camisa y me acerqué a ella, la tomé entre mis brazos y la besé con pasión.
- Debemos cenar - paso sus brazos por mi cuello.
- Primero el postre, luego cenamos - ella sonrió con picardia.
- Pero solo me lo estaba probando pero me queda muy chico este conjunto - negué y la pegue a la pared.
- Te queda perfecto - me estaba volviendo adicto a Eloise, la despoje del conjunto y termine de desnudarme, hice que rodeará mi cintura con sus piernas, cuando entré en ella la miré a los ojos, estos momentos con ella no tenían precios, ambos nos entregabamos no sólo físicamente si no que también era nuestra alma.
Me levanté de la cama y me pusé mis pantalones, iría a la cocina me sentía culpable, Eloise se quedó dormida sin cenar, no bastó una vez para que quedáramos satisfechos.
Bajé las escaleras y al llegar a la cocina mi padre estaba sentado en la mesa, tenía un vaso de wisky y estaba sumido en sus pensamientos.
- Papá - él levantó la mirada y me sonrió, me pude dar cuenta que estaba preocupado - ¿Pasa algo?
- Nina es lo que pasa - frunci el ceño y me senté enfrente de él, tomó su bebida - Debe operarse Adrián, el cardiologo me dijo que esta propensa a un infarto o varios pero ella puede morir - lo vi cerrar los ojos, tomé su mano entre las mías.
- Debemos convencerla.
- Ya me cansé de decirle que todo saldrá bien pero se niega a intentarlo ¿sabes que es lo peor? Nina quiere vivir, creo ese es su miedo, morir en la mesa de operaciones.
- Encontraremos un modo de hacer que se opere - papá me miró con una mirada enigmática.
- Por ella haré lo que sea Adrián no me importa el qué, solo por salvar a mi hija - frunci el ceño y lo vi levantarse sin decir nada más.
Sus hombros iban caídos pero se giró.
- El sábado es el cumpleaños de Eloise, su familia hará una cena y estamos invitados, el domingo será la boda, la haremos en la playa, las hermanas de Eloise ya estarán organizando la decoración.
Asentí y me quedé preocupado al ver a mi padre derrotado por primera vez.
- Padre - él se detuvo, sin decir palabra me acerqué a él y lo abracé fuerte - Eres el mejor padre que existe, sea lo que sea que te toque hacer por salvar a Nina tienes mi apoyo - él se tensó.
- Prometelo Adrián.
Frunci el ceño, temia que mi padre hiciera una locura con su propia vida por salvar a Nina.
- ¡Prometelo!
Cerré los ojos y lo abracé más fuerte.
- Lo prometo papá - él se soltó de mi abrazo y revolvió mi cabello como cuando era niño.
- No te preocupes Adrián, te aseguro que quiero ver correr a muchos chiquillos hijos tuyos y quien no quita también de Nina en esta casa - sonrió y salio de la cocina.
Esperaba que papá no me estuviera mintiendo porque no quería vivir mi vida sin ese viejo terco que me estaba enseñando a pelear por lo que más amaba, haría real mi boda antes del domingo para que nuestra boda delante de Dios fuera completa pero primero hablaría con Eloise.