Seremos Estrellas

★ CAPÍTULO 5 ★

OLIVIA

Vine a Madrid para escapar de Jean, escapar de su amor insano.

Al recordar lo que dijo Patrick, no pude evitar pensar en Jean, porque esa noche marcó un antes y un después.

No quise volver a la cafetería ya que pensé que Patrick se habría asustado de mi reacción después de lo que dijo.

En estas 2 semanas que no volví al café no pude evitar pensar en él, llevaba conmigo esa inseguridad de no poder mirar a los ojos, pero lo hice con él, pude ver sus ojos y eso me dio miedo, pero a la vez paz. El trasmitía algo que era difícil de descifrar, como si fuera un rompecabeza. Estaba llena de inseguridades que me convencí que nadie me volvería a querer, por el desastre que soy. Porque siempre que las personas veían a través de mí, siempre tenían algo con que lastimarme, creían que señalar a una persona por sus defectos estaba bien, lo que no sabían, eran que los defectos de uno pueden hacerte más daño a uno mismo que las propias palabras de las personas quien te lo recuerdan.

Estas 2 semanas me la pasé en casa, hice algunas compras para decorar mi habitación. El móvil empezó a sonar en la mesita de noche. Vi la pantalla y era mi mejor amiga, Estefany. Ella jamás supo lo que me hacía Jean, jamás supe como decírselo, sabía que ella era la única en ese mundo que no me juzgaría, pero aun así tenía miedo.

—¡Livi! ¡Te fuiste hace 2 semanas y no me has llamado! ¿De seguro ya me remplazaste no? O de seguro conociste a un chico más guapo que Jean.

—Estef, Sabes que jamás te cambiaria, porque eres mi amiga incondicional. Y no, no he conocido ningún chico. —no quería sonar triste, porque sabía que Estefany empezaría con su interrogatorio.

—¡Ay por dios, Livi! Entiende que lo que tenías con Jean, no era bueno. El siempre juzgaba todo de ti.

—Lose Estef. —no quise decir más porque tenía razón.

Aunque me hubiera gustado darme cuenta de esto hace mucho tiempo

—Bueno Livi, ¿cómo va todo por ahí? ¿Es primavera, verano, otoño o invierno? ¿Ya te acostumbraste al cambio de horario?

Sí, hoy era uno de esos días donde Estef se había comido un cotorro, pero nunca me cansaría de contarle mis travesías y más aún porque estaba en Madrid.

—Todo va muy bien por aquí. —mentira. —Aquí es verano todavía —anhelaba que ya fuese otoño. —Y bueno sobre el cambio de horario, me cuesta todavía.

Estuve hablando con Estef hasta que me di cuenta que ya se había dormido, son 7 horas de diferencia de aquí hasta donde ella está, así que entiendo que ella hizo su esfuerzo para al menos escucharme.

Conocí a Estefany en la secundaria, ella era muy alegre, muy animada, eso creía hasta que pude conocerla más a fondo. Dicen que las personas que más se ríen son las que están más rotas por dentro. Por más cosas que nos pasaron, jamás nos dejamos solas.

Ella es parte de mi felicidad, tiene una parte de mi corazón, ella es mi amuleto de la suerte, ella era mi chicle, ella y yo éramos inseparables, ella era sincera y bondadosa, ella era todo lo bueno en este mundo.

Pero aun así no pude hablar, no pude contarle sobre los golpes, sobre las noches donde conocí a la ansiedad, pero que gracias a ella jama se convertido en depresión. Tal vez estaba sola, pero no me sentía sola, y todo gracias a ella

★★★

A la mañana siguiente, salí temprano de casa. Antes de venir a Madrid, no le conté a nadie, excepto mi tía, que ya había dado un examen a la distancia para ingresar a la universidad. Por suerte ingrese, así que me sentía un poco más tranquila lo que iba hacer aquí.

En 3 días iba a empezar ya la universidad, estaba nerviosa, no sabía si la carrera que había escogido estaba bien. Así que fui a comprar algunas que sabía que iba a necesitar. Odiaba el verano, porque siempre hace que me ponga roja, aparte que no puedo hacer nada por el calor, ni siquiera puedo dormir bien.

Regrese a casa, mis tíos no estaban, de seguro habían ido a trabajar. Termine de preparar el almuerzo, tome asiento en el sofá de la terraza con el plato de comida en la mano y mire al cielo. El cielo era muy azul, sentí que podía tocarlo. Y pensé que el amor que tenía hacia Jean era como tocar el cielo.

Que equivocada estaba

Estuve toda la tarde en la terraza, vi el atardecer, y me hubiera gustado quedarme así por siempre.

A veces nos refugiamos en personas que son como las estaciones. En la primavera todo florece. En el verano todo brilla, pero empieza a quemar. En el otoño se empieza a volver oscuro y no hay árbol que te proteja. En invierto es todo negro, los días lluviosos, y los truenos que son los sonidos de cómo se parte un corazón.

★★★

Estos 3 días pasaron muy rápidos, estando aquí, el tiempo pasaba rápido. En mi primer día de universidad llamé a Estef, ya que me sentía nerviosa, ella me reconforto y me dijo que todo iba a salir bien, y era normal sentirse así en el primer día.

Tomé por primera vez el autobús, me di cuenta que estaba repleto de gente. No había ningún asiento libre, así que me agarre de una barandilla. No sabía cuánto iba a tardar en llegar, pero trataba de mantenerme tranquila.

Hasta que sentí que alguien se pegaba mucho a mí, pensé que fue a casualidad, pero ese hombre no se separaba de mí. Las demás personas no veían lo que este hombre me hacía, hasta que alguien empujo a este hombre.

Era Patrick. No sé qué hacia el aquí, pero me hizo sentir protegida.

—¡Oye imbécil, he visto lo que le has estado haciendo a ella! —grito fuerte.

El hombre n tuvo otra, y se bajo del bus, mientras la gente le gritaba.

Por fuera quería llorar por lo que acababa de pasar, pero a la vez no quería que sintieran pena por mí. Patrick me hizo bajar del autobús, y sabía que todavía no estaba ni cerca de la universidad.

—Estas bien? ¿Segura que no quieres denunciarlo por lo que te hizo? —tenía una voz muy suave, muy sutil, pero a la vez se sentía molesto por lo que me hicieron.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.