Seremos Estrellas

★ CAPÍTULO 6 ★

PATRICK

Hoy comenzaba la universidad, ya no se me hacía difícil poder levantarme temprano, desde que quise volver a verla. Trataba de sacarme su recuerdo de mi cabeza, solo quería disculparme con ella porque era lo correcto, pero solo eso.

Me di un baño, me vestí y salí a tomar el autobús. Me sentía un poco nervioso, pero a la vez tenía una corazonada. Una sensación muy rara, pero que luego se esfumo cuando me empezó a doler la cabeza.

Me di cuenta que el autobús ya había llegado, se encontraba repleto y traté de tomarme de la barandilla. A pesar de haber tanta gente en este autobús, pude ver como un hombre se apegaba mucho a una chica, al parecer quería aprovechar que nadie lo estaba viendo.

Traté de mirar entre todas personas, y me di cuenta que la chica en el autobús era la chica del café. No dude en reaccionar y fui hacia allá.

Empuje al hombre con todas mis fuerzas.

—¡Oye imbécil, he visto lo que le has estado haciendo a ella! —el hombre me miro anonado, como si yo estuviera loco.

Toda la gente protesto hacia el hombre e hizo que se bajara del autobús.

Quise hablar con ella, pero vi a través de sus ojos que quería llorar, podía ver que a ella le daba pena llorar, se notaba como su rostro se tensaba y los ojos se le ponían rojos.

Así que decidí bajar del autobús con ella, y me di cuenta que bajamos justo en el café.

—¿Estas bien? ¿Segura que no quieres denunciarlo por lo que te hizo? —algo me decía que ella no lo iba hacer. Por un momento quise hacerlo por ella, pero no quería obligarla, tenía que respetar su decisión.

—No, no quiero causar más problemas, estoy bien. —se notaba como su voz se rompía cada vez más.

No lo pensé, solo tomé su mano y a pesar de que estamos en verano, ella parecía un invierno si la tocabas.

Cruzamos la calle, ella no sabía hacia donde la llevaba, pero su rostro cambio cuando entramos al café por la puerta trasera. Siempre tenía una copia de la llave, ya que Mike siempre se le perdían las llaves.

Ella no sabía lo que pasaba, así que apenas ella entro, cerré la puerta y la abracé. Sabía que era una completa extraña, pero en el fondo sentía que ya la conocía. Sentí como su corazón latía junto al mío, sentí como el mundo se había detenido solo teniéndola en mis brazos, sentí que mi calor la derretía.

Fue ahí donde la escuche sollozar es mis brazos, cada vez su llanto se hizo más fuerte, como si nunca hubiera llorado en su vida, como si nunca nadie la hubiera abrazado. Cuando se tranquilizó me separé de ella y vi su rostro, tenía los ojos hinchados y su pequeña nariz roja.

 —Te sientes mejor? —le pregunte mientras no dejaba de mirar sus ojos.

—Sí, gracias por salvarme. —no, gracias por salvarme tú.

Le dije que podía ir al baño a limpiarse, ella solo asintió mientras yo le preparaba una bebida.

Ella tomó asiento en la misma mesa donde la conocí. Me acerque con la bebida en la mano y se lo deje en la mesa, y vio cómo me sentaba al frente de ella.

—Gracias. —hablo en voz baja.

Estaba avergonzada por lo que había pasado, pero la verdad es que yo también lo estaba.

—Oye, quería pedirte perdón por lo que ocurrió hace 2 semanas, no medí mi tono de voz, no sabía que talvez pasaste por un mal momento. —vi como sus ojos querían volver a llorar, pero ¿por qué?

—Está bien, no fue tu culpa, la verdad es que vinieron muchos recuerdos a mi cabeza en ese momento y me sentí mal, no te sientas culpable por eso.

Como no me iba a sentir culpable, si por eso no dormí muchas noches, era la culpa que no me dejaba. Nunca me había sentido así, todo era nuevo para mí, pero en el fondo había algo.

—Está bien, bueno creo que ya se me hizo tarde. —mire mi reloj de mano y le pregunte a que universidad iba y me di cuenta que iba a la misma que yo—. Entonces podemos ir juntos. —ella asintió.

Salimos del café, cruzamos la calle y tomamos el autobús. Era extraño porque ahora estaba vacío, así que nos sentamos juntos. Le explique que llegaríamos en 10 minutos, al parecer ella no conocía el camino. Saqué mi móvil, y puse los audífonos, porque sabía que íbamos a demorar en llegar.

Vi cómo me miro de reojo, y le extendí un audífono para que se lo pusiese. Empezó a sonar una canción que me parecía ya haberla escuchado, pero me dolía la cabeza al recordar.

La miré de reojo y vi que ella estaba mirando hacia la ventana mientras que sonaba Coldplay – Yellow. Sentía que la canción jamás terminaría a su lado, pero en el fondo me decía a mi mismo que no debía encariñarme. Yo ya no confiaba en las promesas que, hacia la gente, no confiaba en el amor de los demás, yo ya no confiaba en nadie.

★★★

Llegamos a la universidad y me dio las gracias.

—¿Quieres que te ayude a encontrar tu aula? —no sabía que estaba haciendo, nunca me había ofrecido a ayudar a alguien. Lo peor es que ni yo conocía la universidad. Pero me hubiera gustado perderme con ella. O en ella.

—No, no te preocupes, pero gracias por lo de hoy. —la vi alejarse y desde ese momento sabía que no iba a olvidarme de ella.

Las clases iniciaron, pensé verla en algún momento del día, pero no, no pude. Sentía que cada vez que tenía un Deja Vu me dolía la cabeza, como si me fuera difícil recordar.

 

Llegué a casa, cuando empecé a sentir una presión en mi cabeza, la vista se me nublaba y la cabeza me dolía. Por la noche, hice algunas tareas que ya me habían dejado, pero no podía concentrarme por el dolor de cabeza. Era tan fuerte que solo fui hacia mi cama y me recosté.

Me quede mirando el techo. No sabía si estaba soñando, pero veía las estrellas, era como tocar el cielo. Luego de eso me quede dormido.




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