Seremos Estrellas

★ CAPÍTULO 8 ★

OLIVIA

Era la mirada de Patrick. Se veía un poco estresado e irritado, pero cuando me vio a los ojos, vi como su semblante cambio.

Estef me llevo hacia una mesa, la misma mesa donde lo conocí. Me puse pensativa, no dejaba de pensar en la miraba de Patrick, su mirada transmitía algo.

—Livi, ¿estas bien? Desde que entramos, tu rostro cambio bastante.

—Ah, solo que el café me parece muy bonito. —empecé a morderme los labios por los nervios.

—Cierto, es un lugar muy bonito, pero estas mintiendo Livi, porque te estas mordiendo los labios.

Ay no, no sabía cómo iba a decirle que el chico que se encontraba en el mostrador, era el chico que conocí hace 1 mes y hace 2 semanas me salvo.

—Está bien, has ganado…

Se lo iba a contar todo, hasta que Patrick se acercó a nosotras.

—Buenas noches, ¿que desean pedir? —su voz era suave y me hacía perder todos los sentidos y cuando digo todos, es porque me quede en blanco hasta que Estef me llamo.

—Hey Livi, ¿qué pasa?

Estaba nerviosa, pero no tenía miedo. Siempre que estaba con Jean, me sentía nerviosa y a la vez con miedo. Porque temía hacer algo que lo molestara.

Pero aquí, con Patrick. Todo ese miedo que vivió en mi durante algunos años, se esfumo cuando el me miro.

—Eh, solo quiero un café con leche. —sí, un café con leche. Me encantaba el café con leche. Por más que sea el más clásico, para mí era satisfactorio.

Vi como Estef no dejaba de mirar a Patrick, hasta que…

—Oye, yo te conozco, fuiste tú el que me ayudo con la dirección que le pregunte, el de la cara de mil demonios. —oh no—. Que pequeño es el mundo. Oye Livi, él fue el chico que vi pasar y le pregunté donde quedaba la dirección hacia tu casa.

—Oh, que casualidad. —dije en voz baja y vi que Patrick se veía un poco incomodo. No dijo nada solo asintió y se fue.

 

PATRICK

Que hace ella acá. Sentí que mi corazón latía muy rápido, nunca había tenido este sentimiento hacia alguien. Trate de calmarme, no quería darle esperanzas a ella. No quería lastimarla, porque me jure que no volvería a creer en el amor y no iba a romper esa promesa.

Mis padres se juraron amor eterno muy jóvenes, y cuando papá enfermo, ella le prometió que no volvería amar a nadie más. Porque solo se ama de verdad una vez en la vida.

Luego que ella rompiera su promesa y terminara casándose con otro hombre, deje de creer en el amor. Me jure que no amaría a nadie en este mundo, de que servía amar a alguien si siempre terminan rompiendo esas promesas.

Fui a preparar el café que pidieron, y no podía dejar de mirarla desde el mostrador, sentía que mi corazón se perdía en su mirada. Negué con la cabeza tratando de borrar su recuerdo de mi cabeza, tenía que seguir ignorando a mi corazón, pero era inevitable cuando ella estaba cerca.

Vía como su amiga se levantaba de la mesa para atender una llamada y salía del café. Fui hacia la mesa a llevarle su café, y me di cuenta de algo, que ella ni yo no habíamos preguntado nuestros nombres, pero cometí el error de leer su nombre en el vaso de su café. Olivia.

Ay no

Deje el café en la mesa y ella me dio las gracias, trate de no poner ninguna mueca, y me fui muy rápido hacía en mostrador. Empecé a verla de reojo mientras ella tomaba su café. Se veía en el rostro de Olivia, que su amiga estaba hablando con un desconocido afuera del café. Hasta que su amiga entro de nuevo al café y escuché su conversación a lo lejos.

—Oye Livi, te dije que encontraría a mi Pablo. —entendí a lo que se refería y aguanté la risa.

—Obvio que lo encontrarías, pero por favor tómalo con calma. —Olivia tenía razón, a veces no siempre es lo que esperas.

—Está bien, mamá. —vi como su amiga miraba a Olivia, me di cuenta que Olivia era de esas amigas que te regañaban como una madre.

Ellas estuvieron charlando un buen rato, mientras yo seguía atendiendo a más personas. Eran aproximadamente las 8 de la noche cuando ellas se levantaron y se dirigieron al mostrador a pagar.

Mientras su amiga pagaba la cuenta, se dio cuenta que había algo que el lugar se sintiera incomodo. Trata de esquivar mi mirada hacia Olivia, igual que ella hacia mí. Hasta que su amiga habló:

—¿Ustedes se conocen? —nos señaló a los dos.

Me di cuenta que Olivia no le había contado nada, eso me hizo sentir un poco relajado, así lo mejor será mentir.

—No. —dije muy seguro, pero el rostro de Olivia cambio bastante.

Dije que no quería lastimarla, pero ya lo había hecho.

—No, vámonos Estef. —dijo Olivia enojada, apunto de llorar.

Olivia tomo la mano de su amiga, sacándola del café. Su amiga trataba de preguntarle qué había pasado y ella solo negaba que no había pasado nada.

No sabía lo que había hecho, decidí mentir porque era lo mejor y no quería darle esperanzas, pero siempre tomo las decisiones equivocadas.

Cerré el café y fui a casa. Me sentía enojado, quería tirar todo lo que se atravesaba en mi camino, pero no servía de nada hacerlo. Mi hermano no estaba en casa, supuse que había salido. Fui hacia mi habitación, volví a sentir el dolor de cabeza, me juré que no amaría a nadie por el resto de mi vida. Lo había jurado, pero siempre había una voz en mi cabeza que me decía que dejara de reprimir esos sentimientos. No pude más y solo me lancé hacia la cama para calmar ese dolor.




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