Seremos Estrellas

★ CAPÍTULO 12 ★

OLIVIA

Después de ver a Patrick llorando, pude entender su dolor, tal vez no sabía cuál era, pero los dos llevábamos consigo un dolor. Un dolor con el que hemos vivido mucho tiempo.

Apenas solo habían pasado casi como 2 meses desde que vine a Madrid. Estos casi 2 meses, han sido muy largos. Así que decidí llamar a mi hermana. Busqué en mi móvil el nombre de Emma y la llamé.

—¡Olivia!, al fin te acuerdas que tienes una hermana. —Emma estaba molesta porque no había llamado hace un tiempo.

—Emma, yo se que me extrañas. 

—Ay Livi, dime, que sucede. Te das cuenta que aquí son las 3 am. —cierto, no me di cuenta de la diferencia de horario.

—Perdón, no me había dado cuenta. —no me había dado cuenta de la hora.

—No te preocupes, siempre estoy aquí para escucharte, hermanita.

—Bueno, solo quería saber como estaban ustedes por allá.

—Livi, no sabes mentir. Dime que sucede.

Era muy mala para mentir.

—Hace un tiempo conocí a un chico aquí, trato de entender que es lo que le pasa, pero cada que el abre su corazón, me da miedo. No de lo que es él, si no de como yo reacciono ante los problemas de los demás.

—Guao, Livi. Bueno, creo que hay que saber una sola cosa en todo esto. Tiempo. El tiempo va a definir que es lo que el quiere decir, pero recuerda que a veces alguien puede salir lastimado. No todo es perfecto, no todo es bueno, no todo es color de rosa como se muestra en los libros o cuentos, en toda historia no hay un final feliz. Lo único que puedes hacer es escuchar tu corazón, y escuchar el de él.

—Entonces lo que me tratas de decir es que, si trato de ayudarlo en su dolor, yo también puedo salir lastimada de ahí.

—Sí, todos tenemos distintos problemas, y podemos sacar esos problemas de distintas formas. Unos prefieren contárselas a alguien, otras prefieren escribirlo y desahogarse, otras lloran, otras se refugian en cosas que los hacen sentir seguros. Todos tenemos distintas formas de sacar ese peso de nuestro corazón.

—Gracias Emma, en verdad necesitaba escuchar tus consejos.

—Siempre estaré para ti en cualquier momento, Livi. Ahora si me tengo que ir, ya que mañana tengo exámenes.

—Esta bien, te quiero, adiós. —me despido de ella.

Dejo en móvil en la mesita de noche, me dirijo hacia la ventana, dejando entrar el aire a mi habitación. Recordé que en una caja había puesto todas las fotos que tenia pegadas en mi antigua habitación, así que abrí la caja y empecé a sacar las fotos y recuerdos que tenía. 

En aquella pared blanca, empiezo a pegar las fotos. Mientras recordaba el día de cada foto tomada, encontré una foto con Estef, fue en nuestro primer día de escuela, otra foto fue en vacaciones con mi familia, y la última foto que encontré fue de mi último cumpleaños, todavía recuerdo ese día.

Eran las 8 de la noche, mientras mi familia esperaba a que yo bajase, yo estaba escribiéndole a Jean, estaba esperando a que apareciera. Estef entra a mi habitación sin tocar la puerta.

—Livi, te estamos esperando, ¿Qué sucede?

Me encontraba a de espaldas, no quería llorar en el día mas importante de mi vida.

—Él no va a venir, Estef. Él me prometió que iba a venir, el me lo juro. —Estef vino hacia mí y me abrazo.

—Livi, escúchame, no puedes seguir así, no puedes seguir viviendo así, escúchame por una vez, por favor. Tienes que terminar con esto, con él. Te quiero y quiero que estes bien, pero cada que te veo llorar, haces que mi corazón también se rompa.

Me hubiera gustado escuchar a Estef al menos una vez.

—Gracias Estefany. —la abracé más fuerte.

Ella limpio mis lagrimas y me ayudo a bajar, mis padres y mis hermanas se encontraban alrededor de la mesa. Me puse enfrente del pastel, vi como encendían las velas y apagaban las luces de la sala. Cuando empezaron a cantar la canción de Feliz Cumpleaños, fue inevitable llorar por la emoción de estar cumpliendo 18 años, pero en el fondo también lloraba por otra cosa. Llego el momento de soplar las velas y pedir mi deseo. Lo único que paso por mi cabeza en ese momento fue: Ya no quiero seguir sufriendo.

En el fondo se cumplió, pero no de la mejor forma.

Al día siguiente tenia que ir a la universidad. Había dejado de lado mis trabajos y me di cuenta que la próxima semana empezaban los exámenes, se me habían olvidado por completo, definitivamente tenía un lio en la cabeza.

Desperté muy temprano de lo normal, mientras organizaba algunas tareas, decidí bajar a la cocina para comer algo, hasta que vi una puerta de la cual yo no había entrado, me dio curiosidad y me acerque hasta la puerta, lentamente gire la llave que estaba en el pomo de ahí y lo abrí. Me di cuenta que en ese lugar guardaban cosas que ya no utilizaban, hasta que vi una guitarra ahí. Josh el novio de Emma, sabia tocar la guitarra, el me enseño un poco, pero a mi se me complicaba ya que mis dedos eran muy pequeños, pero aprendí lo básico. 

Saque la guitarra de ahí, trate de desempolvarla y tosí un poco luego de limpiarla, era una guitarra muy bonita y era de color azul. La llevé hasta mi habitación y me propuse a aprender a tocarla, ya que hace mucho que no lo hacía. Antes de salir de casa hacia la universidad, le pregunte a mi tía, de quien era esa guitarra, y ella me dijo que era de Cris, su esposo. Le pregunte al tío Cris si me prestaba su guitarra y el me dijo que me la obsequiaba.

Ya en la universidad, fui hacia mi aula directamente, mientras subía las escaleras vi a lo lejos a Patrick, se veía pálido y parecía que no había dormido nada. Quise acercarme, pero recordé las palabras de Emma, quería respetar su espacio, no quería incomodarlo, en algún momento él podrá abrir su corazón, pero no ahora. Tenía que fingir que no sentía nada por él y simplemente ser su amiga. Pero esto sería lo más difícil que haría en mi vida.




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