★ CAPÍTULO 15 ★

OLIVIA

Estef me llevo al centro comercial, ya que necesitaba un bañador. En verdad la playa me traía malos recuerdos, algunos de esos recuerdos todavía los sueño.

Mientras Estef me ayudaba a elegir un bañador, yo no podía dejar de pensar en lo que había pasado ese día en la enfermería, tener a Patrick cerca era muy diferente a como lo imagine, por primera vez no tuve miedo a que alguien se me acercara.

Estef llega hasta donde estoy, me enseña en bañador de dos piezas, es muy bonito, pero, no creo que me quede tan bien.

Quería tratar de no avergonzarme por mi cuerpo, la verdad es que era muy acomplejada e insegura. Estef era la persona que siempre hacía que mi autoestima subiera. Pero había recuerdos que no dejaban mi cabeza de las veces que Jean me hizo sentir mal en un momento de mi vida.

Aquel día fuimos a la casa de verano del mejor amigo de Jean, Simón.

Simón era una persona muy buena, y siempre me pregunte porque estaba siempre al lado de Jean si Jean era lo contrario. Simón era muy amable, respetuoso y a veces me ayudaba cuando Jean se molestaba conmigo.

Simón nos invitó a su casa a pasar el fin de semana en aquel verano. Mis padres siempre se oponían a que saliera con él. En especial mi padre, siempre me preguntaba si el me alzo la mano en algún momento, yo le dije que no. No quería mentirle, pero si les decía a mis padres lo que él me hacía, definitivamente iba a acabar mal.

Aun así, termino mal.

Llegamos a la casa de Simón, nos recibió amablemente. Mientras bajamos del auto, Jean se fue directo a una de las habitaciones, dejándome sola con las cosas en el auto. Simón solamente lo miro y me ayudo a sacar las cosas del auto.

—¿Han discutido, cierto? —sí, siempre es así con Jean.

—Sí, porque mi ropa de baño es de dos piezas. Solamente por eso se ha molestado. —estaba furiosa, no podía vestirme a mi gusto nunca. Él siempre tenía un comentario hiriente que hacía que me dejara de interesar como vestirme.

Simón no sabía que Jean me había golpeado una vez, sabía que, si lo hacía Jean se iba a enojar conmigo, y también tenía miedo de que nadie me creyera que él me había golpeado.

—No te preocupes Livi—dijo mientras me sonreía—en una de las habitaciones hay ropas de baño para que elijas. Pero no puedes dejar que Jean se moleste por eso, eso no está bien. Tú tienes derecho a vestirte como a ti te plazca, nadie puede hacerte sentir menos por eso. Aprende a quererte también Livi, sabes que esto no está bien. Sabes que yo puedo hablar con Jean para que entre en razón.

—Gracias Simón, pero Jean no te hará caso, déjalo como esta.

Entre a la casa, y vi que era muy hermosa, definitivamente yo no quería venir hoy, poque quería quedarme en casa a escribir en mi laptop. Escribir me hacía sentir menos agotada. Escribir me hacía sacar todas las cosas que pasaban por mi cabeza y me hacía desestresarme. Mientras escribía, sacaba muchas emociones y sentimientos reprimidos que en un momento no pude sacar. Pero que todos esos sentimientos y emociones reprimidos fueron por Jean.

Fui directo hacia una habitación, dejé mi bolsa en la cama y fui hasta la habitación donde Simón me dijo que había ropas de baño. Entre en la habitación y abrí el armario. Vi muchos bañadores, de muchos colores y modelos. Todos eran muy bonitos, mucho más bonito que el que traía.

Había uno de color negro, era de una sola pieza, solo que esa tenía un escote en la parte de atrás, y era muy grande. Cosa que sabía que a Jean no le iba a gustar.

O era el bañador de una sola pieza con un escote en la parte de atrás, o el bañador que traía de dos piezas.

Decidí ponerme el bañador negro. Me acerqué al espejo que estaba ahí, me di cuenta que el negro hacia verme un poco más delgada. Me encantaba como me quedaba, me sentía cómoda así. Me dirigí hacia mi habitación y vi que Jean estaba sentado en la cama esperándome. Alzo la mirada y me vio de pies a cabeza y sonrió. Se acerco hacia mí y no dejaba de mirarme, ya sabía hacia donde estaba yendo si no decía nada. Poso su mano en mi espalda y vi como su sonrisa se desvanecía mientras su mano bajaba por mi espalda.

—Que mierda te has puesto Olivia. —vi cómo me volteaba para ver mi espalda descubierta por el bañador—. No te vas a poder esa cosa, es muy provocativo, y sabes que yo no voy a poder parar lo que siento si no te quitas esa cosa. —tenía razón, yo era quien lo provocaba, yo era siempre la que tenía la culpa.

Vi cómo se fue de la habitación furioso. Me fui hacia el baño, no era capaz de ver mi rostro en el espejo. Empezaron a caer las lágrimas de mis ojos, no podía seguir así, no podía seguir culpándome de todo lo que él ha ocasionado en mí.

El despertó en mí, inseguridades.

Inseguridades que nadie me las devolverá, porque empezó a robar cada parte de mí. Empezó a destruir, que empezó siendo un pequeño caos y que ahora es una guerra dentro de mí. Y no hay ningún sobreviviente.

Salí del baño y me vestí. Me puse nos shorts no tan cortos y una blusa casual. Tome mis lentes de sol para que así no se vean mis ojos hinchados después de llorar y un sombrero para protegerme del sol.

Esos 3 días que pasé ahí, simplemente fueron peleas y discusiones porque hubo un momento donde Jean me quería tirar una bofetada, Simón apareció y lo vi como casi me pega.

—Oye imbécil, que te pasa. —vi como Simón tomaba a Jean del brazo para evitar que me pegué.

—Tú no te metas, ella no me obedece, y si no lo hace, con golpes lo hará. —Simón no dudo en golpearlo en el rostro por lo que Jean dijo.

—¡Como te atreves a tocar a una mujer! Me he dado cuenta que siempre la controlas, controlas su forma de vestir, su forma de hacer cualquier cosa, no la dejas ser ella misma, piensas que manipulándola ella es feliz. Te dijo que no amigo, aunque no puedo llamarte amigo después de esto y todo lo que has ocasionado en ella. No vez que la estas maltratando, eres un desgraciado, no mereces el amor que ella te da, no mereces nada de ella. Así que luego de esto, te olvidas que soy tu mejor amigo. No puedo tener a un amigo que no respeta a las mujeres, y más aún que las golpea y las humilla.