Seremos Estrellas

★ CAPÍTULO 16 ★

PATRICK

Pronto seria una fecha importante, no dejaba de pensar en mi madre, en lo que me quiere decir, pero se que querrá hablar sobre mi padre, y yo ya no quiero saber nada de eso. Todos estos años han sido difíciles, y al parecer a mi madre nunca le importo, luego que mi hermano se fuera de la casa, fue aun mas doloroso. Ya no tenía felicidad en mí, ya no había luz.

Jake y Estefany demoraron en llegar, trajeron unas bebidas, pero Olivia y yo no bebíamos. Mientras todos veíamos el atardecer, todo fue muy mágico, todo era tan tranquilo. Desde que llegué a Madrid, todo ha sido muy confuso, desde el momento en que conocí a Olivia, hasta este momento. Olivia estaba a mi costado, su presencia se sentía como ver el atardecer, todo era hermoso.

Antes de irnos, decidimos meternos al mar una vez más. Jugamos un buen rato en el mar, las chicas no dejaban de reírse, después de todo se hizo de noche. Mientras subíamos las cosas al auto, Jake y Estef se sentaron en la parte de atrás, y cuando Olivia y yo subimos, nos dimos cuenta que ellos se habían quedado dormido.

Estaba a punto de arrancar el auto, me puse en cinturón y me di cuenta que Olivia no lo tenía puesto. Me acerque a ella, tome el cinturón y lo puse. Estaba tan cerca de ella, que sabía que, si no dejaba de ver sus ojos, todo esto empezaría aquí, aunque ya me había dado cuenta, que esto ya había empezado desde hace mucho tiempo.

—Patrick… —hablo bajo.

—Ujum…

—Creo que debemos irnos, ya.

—Sí… —no podía de ver sus ojos.

—Si...

Me alejé lentamente de ella, hasta poner mi vista al frente del volante, puse las llaves al auto y arranque. Estábamos en medio camino, Olivia estaba leyendo un libro, y la veía de reojo, ella se veía mucho más hermosa cuando leía un libro.

—Si sigues mirándome vamos a chocar. —dice y eso me hace obedecerla.

—No… no te estaba mirando. —estaba tartamudeando—. Es que la luna hoy se ve hermosa. —mire por la ventana donde ella estaba.

—Cierto. —cerro su libro, y saco su móvil para tomar una foto al cielo.

El cielo se veía hermoso, la luna y las estrellas hacían este momento mas mágico. Me gustaría tenerla a ella así, como la luna que siempre me sigue a donde voy y que siempre me alumbra.

—¿Que te gustaría ser? ¿Una luna o una estrella? —le pregunte, mientras la veía de reojo.

—Una estrella, porque yo creo que las estrellas existen para que la luna no se sienta sola.

Ella era una estrella, la cual nunca me dejo solo. Yo era la luna que siempre brilla a pesar de la oscuridad.

Dejamos de hablar hasta que me di cuenta que Olivia se había quedado dormida. Cogí una manta y se la acerqué para poder abrigarla, encendí la calefacción y ella se acomodó aún más.

Llegamos a la casa de Olivia, bajamos todos de auto para ayudarlas a sacar sus cosas de atrás, Estef nos dio las gracias y entro a la casa con su amiga. Jake decidido manejar hasta dejarme en mi casa, nos despedimos y entre a mi casa. Ahí se encontraba Mike, se notaba un poco preocupado, pero evite preguntar.

—Patrick, debemos hablar…

—No

No quise escucharlo, no quería saber ya nada de mi madre, estaba harto de todo esto, fue inevitable que la cabeza me empezara a doler. Trato de respirar profundamente, pero Mike entra a mi habitación.

—¿Patrick, que sucede? —se acerca a mi porque yo tenia los ojos cerrados por el dolor.

—Nada, olvídalo, es solo el estrés. —quise que me dejara.

Mike se va a traer algo, hace que me recueste en la cama y me pone un paño en la frente. Mi hermano siempre ha sido muy buen conmigo, el me sigue cuidando como un niño pequeño.

—¿Patrick, estas comiendo bien? Te noto un poco pálido.

—Si, no te preocupes. —le digo que puede irse, ya que yo iba a descansar.

La cabeza no dejaba de darme vueltas, todo era tan raro en mí. No pensé en nada mas y me quedé dormido.

 

OLIVIA

Ya era lunes, otra vez. Quien no odia los lunes. Yo detesto los lunes, porque son muy aburridos y porque los lunes me tocaba con ese maestro que me vio resbalar y paso de largo. Sinceramente este no sería mi año.

Tomé un baño rápidamente, salí del baño con una bata mientras de mi armario sacaba un vestido floreado. No era de usar vestidos ya que sentía que todo el mundo me miraba y me sentía incomoda, aparte que Jean no me dejaba usar vestidos, decía que los que yo usaba eran muy cortos y que los hombres no dejarían de estar viéndome.

Mientras secaba mi cabello escuche mi móvil sonar, era un mensaje de Estef. De seguro me estaba esperando ya que el trabajo de su padre quedaba cerca de la universidad.

Me acerqué al espejo con el vestido floreado que escogí, puse un poco de música para alegrar la mañana.

Me acerque al espejo para poder maquillarme, de mi cajón saque un rímel y el rizador de pestañas. Tenía que ser cuidadosa al pasarme el rímel en las pestañas, porque siempre terminaba manchándome y al final parecía un mapache.

Tenía el volumen tan alto que no escuche quien se acercaba a mi habitación hasta que alguien abrió la puerta.

— ¡Ya llegué Livi! —en el momento que entró así, me asusto. Cerré los ojos y sabía que me había manchado—. Uy Livi, perdóname. —escuche su risita mientras tomaba asiento en mi cama.

Trate de limpiarme, pero aun así parecía un mapache, es por eso que odio los lunes. Apague la música, aliste mis cosas mientras salíamos de casa.

Llegamos a la universidad, Estef se despidió de mí, dijo que la empresa de su papá estaba a unas calles de aquí.

Llegue a mi aula, y veo como el maestro empieza la clase. Definitivamente la literatura era una carrera difícil, a muchos le pueden parecer fáciles, ya que puede ser simplemente leer, pero no, para mí era algo complicada, pero era algo que a mí me gustaba.

Mientras el profesor hablaba sobre la literatura latinoamericana, mi cabeza no dejaba de pensar en la última vez que vi a Jean, creí que era un sueño, pero se sintió tan real que por eso empecé a tener pesadillas.




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