Serena: El torpe ángel aprendiz

2. Creando un plan

Si quiero lograr tener una vida simple como humana lo primero que debo hacer entonces es deshacerme del enemigo, ¿Quién es el enemigo en esta historia? Mi ángel custodio y tutor Jeremías, ¿Cómo le haré para que me deje en paz? Aun no lo sé, debo de pensar una estrategia, una muy buena.

El día anterior ha sido un desastre, durante gimnasia he recibido un pelotazo en el rostro, por suerte no me ha pasado nada, la próxima vez intentaré no ser portera. Por la noche en casa todo ha pasado con total tranquilidad, podría decirse que he estado encerrada usando el ordenador hasta altas horas de la noche viendo series sin sentido en internet desperdiciando gran parte de mi vida.

A quien engaño, tengo una maldita eternidad por delante, no me interesa que estoy haciendo con mi vida, ¡Por mí y hasta dejaría la escuela! Pero necesito sentirme normal por ende hago estas cosas, necesito ser una humana.

Mientras el profesor de filosofía explica cosas sin sentido sobre la argumentación yo garabateo en unas hojas de mi carpeta de dibujo una serpiente y una manzana, representando el pecado capital cometido por Adam y Eva. Apenas vamos en la primera hora y ya me estoy quedando dormida, luego de esta hora tendríamos "Trabajo y ciudadanía" donde, como cada clase, la profesora me preguntaría si ya encontré una carrera universitaria que me agrade.

El leve golpe de Megan me hace girar en su dirección, ella se sienta detrás de mí y junto a Dylan, me pasa una pequeña notita que está hecha un bollo y no dudo en abrirla para leer lo que tiene escrito.

"Fiesta en mi casa, ¿Vienes?"

Frunzo el ceño y miro de reojo a Megan pero ella señala a Dante, el estúpido y sensual Dante. El cumple con todas las descripciones de un chico cliché: es apuesto, rubio, de ojos verdes y posee un gran físico.

¡Joder Dante pones mis hormonas de adolescente como locas! ¡Está claro que te responderé con un sí! Pero tampoco se lo diré de esta forma, pareceré desesperada por su atención, Dante sonríe de lado, una maravillosa sonrisa la cual simplemente me derrite, joder Dante, ¿Por qué eres tan perfecto?

Esa sonrisa ladeada que me dedica termina por crear un desastre en mi interior, un pequeño hoyuelo se forma en su mejilla y arquea una ce sus rubias cejas esperando a que conteste. ¡Qué vergüenza! Si sigo mirándolo de esta manera babearé.

Tomo el lápiz y le contesto la nota antes de pasársela a Megan quien la mira interesa más no husmea, se percata del profesor quien volteo del pizarrón para seguir hablando antes de alcanzársela a Dante. Alguien llama a la puerta del aula, de seguro es algún estudiante de años inferiores o mis hermanos que han venido a pedirme dinero como de costumbre, cual sea el caso lo ignoro y sigo detallando a la serpiente con sumo cuidado intentando darle realismo a la imagen.

La voz de la directora interrumpe en el aula seguida de otra, el profesor asiente y luego alguien entra al salón, definitivamente mataré a Rose o Alastor por interrumpir la clase, al levantar la mirada me topo con otra persona, alguien completamente diferente a quien me esperaba, un estudiante nuevo.

Dylan no puede evitar reírse, al mirarlo de reojo notó un leve brillo a causa de sus alas, solo perceptibles para los ángeles u demonios, ladea con la cabeza y luego señala al nuevo arqueando ambas cejas, con sus labios formula algunas palabras mudas.

"Nunca escaparas de nosotros, china"

China... ¡CHINA! ¿Acaba de llamarme China? Para su información tengo ojos rasgados por culpa de la ascendencia asiática de mi madre, específicamente de Corea ¡Aprende a distinguir, estúpido Dylan!

Bufó molesta y me cruzo de brazos volviendo a ver al nuevo mientras me cruzo de brazos, no sé cómo describir lo que vi a continuación, frente a mí y con su gran, egocéntrica, estúpida y burlona sonrisa estaba el, el dueño de mis peores pesadillas, el ángel que ha jodido mi vida desde el primer momento: Jeremías.

¿Cómo carajos no fui capaz de distinguirlo antes? ¿Es que estoy ciega? Mejor dicho distraída, Dante logra esto en mí, distraerme hasta el punto de ponerme idiota y no distinguir a las personas.

Jeremías despeina su perfecto cabello rubio el cual posee algunos mechones castaños, sus ojos celestes brillan emocionado por terminar de arruinar mi vida y mi reputación en la escuela. Es atractivo, no voy a negarlo pero... joder tiene más siglos que mi padre, de hecho son amigos desde antes de la gran caída, nunca me puse a preguntarle sobre ello, tampoco de su vida, simplemente NO ME I-N-T-E-R-E-S-A.

Su apariencia es la de un chico de diecinueve o veinte años, pero realmente él me ha visto nacer, crecer y luego... luego se perdió en el cielo con sus cosas angelicales hasta el día en el cual le pedí ayuda: mi gran error.

Tan solo seguí los consejos de mi padre, Jeremías ha sido mi ángel guardián desde siempre puesto a que le debía un gran favor, mi padre siempre me repetía que cuando necesitará ayuda, estuviera en peligro por culpa de otros demonios o lo que fuese que me pasara le gritará, lo llamará por su nombre y el vendría a ayudarme, su instinto de "ángel custodio" lo alertaría.



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En el texto hay: angeles, angelesydemonios

Editado: 13.03.2020

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