Serena: El torpe ángel aprendiz

7. Plan B: Fastidiar.

Cuando era pequeña, un día de lluvia volvíamos de haber salido con mi madre y Alastor de un cine, Rosa era pequeña por lo tanto la habían dejado bajo el cuidado de nuestros abuelos quienes en su momento estaban de visita. Mi padre había sido llamado al infierno como de costumbre, solía pasar semanas enteras allí padeciendo los peores castigos que pudieran existir solo porque a Satanás se le ha cantado verlo suplicar.

Recuerdo lo deslumbrante que mi madre se veía esa noche mientras caminábamos de la mano, aún el Tono no sabía de la existencia de Rosa, no hasta esa asquerosa noche. Los días de lluvia nos vemos vulnerables ante esos demonios puesto a que no podemos volar, es un pequeño problema que hemos heredado de mi madre, nuestras alas no están capacitadas para tal acto, bueno personalmente no se volar incluso en días normales.

Esa noche ha sido horrible, prefiero no recordarla por mi propio bien, he tenido serios problemas al dormir y al salir los días de lluvia, el rostro de aquel demonio se ha quedado grabado en mi mente torturándome hasta en mis peores sueños.

Han pasado dos meses desde entonces, no logré aprender nada ni con la ayuda de mi madre, me di por vencida, en la escuela he ignorado a Jeremías lo más que pude y en casa le prohibí la entrada no obstante mi padre se ha enterado de lo sucedido, insistió una y otra vez para que le perdone sin resultado alguno.

Pero hoy es el día, el gran día en el cual hablaré con Jeremías, he tenido una idea, la mejor idea hasta el momento: fastidiarlo al igual que lo hace conmigo. Lo fastidiaré hasta el cansancio, hasta que decida renunciar a su puesto de ángel custodio.

Oh si Serena, eres un genio.

Megan y yo caminamos hasta la cafetería, es la hora del almuerzo por lo tanto veremos que están dando hoy, generalmente la cocinera prepara cosas exquisitas pero en mi caso no puedo comer nada de ello, tan solo debo vivir de ensalada, que cruel es mi vida.

—El examen de matemáticas ha estado difícil. —comenta mi amiga a lo que le respondo asintiendo con la cabeza, la verdad para un ángel ese examen era sencillo.

—Espero haber aprobado, no estudie nada. —debo de fingir después de todo, Megan rueda los ojos y toma una bandeja de la cafetería.

Diviso a Jeremías junto a Dylan, ambos ríen y se hacen bromas, noto un pequeño hoyuelo aparecer en la mejilla de mi ángel custodio, su sonrisa amplia provoca escalofríos en mí, se ve atractivo y verdaderamente entretenido como nunca antes lo he visto, a pesar de tener la edad de mi padre –millones de años— se nota joven y reluciente.

Aun no entiendo como él puede verse tan joven e idiota a diferencia de mi padre que se ve maduro y un poco mayor, pero mis compañeras no dejan de morir por él, ¿es que acaso no se dan cuenta que es mi padre? ¡Hola! Tiene más años que la biblia.

Dante termina por distraerme, él y su reluciente cuerpo musculoso.

—Tú nunca estudias y siempre apruebas, ¡Joder Serena dime tu secreto! —¡Soy un ángel y nuestro coeficiente intelectual es mayor que el de los humanos, Megan! Obvio que no puedo decirle eso o pareceré una lunática.

—Pues, véndele tu alma a Satanás y luego cuéntale aquello a la madre superiora María.

Acotó encogiéndome de hombros, la madre superiora lo primero que hará es exorcizar a Megan si llega a hacer eso. Lástima que es atea o sería una escena muy graciosa aquella, si es que eso llegase a suceder, Megan no cree ni en sí misma, si llego a decirle que soy un ángel se reirá hasta llorar.

—Prefiero morir antes de eso, es más fácil y no tendré que soportar a la madre superiora.—comenta y suspira dramáticamente.

Irónicamente, la madre superiora de la escuela se llama María y sí, mi madre ha querido meternos en una escuela religiosa, no le bastaba con el simple hecho de que soy un ángel y Alastor un demonio, ella quería una educación religiosa como era debido.

—Mejor ponte a estudiar como es debido y fin del problema, Megan. —concluyo el tema del examen.

La mesa del equipo de futbol llama mi atención, están compitiendo por quien posee los mejores músculos, es una escena digna de contemplar y babear más cuando Dante es uno de ellos. Sus carcajadas resuenan por toda la cafetería, uno de sus compañeros le dice algo y luego gira a mi dirección con aquella sonrisa blanca que derrite, ¿Por qué es tan perfecto?

Megan me da un pequeño codazo y hace caer en la realidad, mis hormonas están locas por esos chicos pero en especial Dante, aclaro mi garganta y tomo una bandeja para buscar el almuerzo.

Joder que nervios, bien Serena debes actuar normal.

Corro un mechón de cabello tras mi oreja y bajo la mirada, intentando no parecer nerviosa, inhalo una bocanada de aire y paso a un lado de Megan, sin esperarlo y sin darme cuenta tropiezo con algo cayendo al suelo haciendo el total y completo RIDICULO frente a todos en la escuela. ¿Lo peor? ¡Mi falda se ha levantado y han de apreciar mis lindas braguitas con ositos! ¡Y todo esto ha de ser culpa de Megan! Indignada y avergonzada contemplo atónica el pie de Megan.

El día de hoy me he olvidado de colocarme el short deportivo bajo la falda de la escuela, ¡Nunca habría pensado que algo así me pasaría!



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En el texto hay: angeles, angelesydemonios

Editado: 13.03.2020

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