¿Cuántas veces tengo que decirlo para que lo comprendan? Detesto las interminables horas de trabajo y ciudadanía. La profesora parece decidida a fastidiarme el día de hoy, al comienzo de la clase me ha hecho tener un horrible comienzo de semana preguntándome por mi hermana Rosa, por mala suerte no he podido ir a verla lo que quedo el día de ayer puesto a que me he quedado dormida con Jeremías y perdimos el horario de visitas. Luego de la escuela pretendo verla, mi madre le hace compañía, pero... parece un zombi, su rostro está pálido y ojeroso, sus ojos muestran verdadero sufrimiento y no fue capaz de tocar el desayuno, me ha llamado mucho la atención incluso nauseas, ¿Tan nerviosa estaba para vomitar lo poco que su estómago había logrado digerir?
Dejando ese tema de lado, ha dejado sobre mi escritorio una pila de papeles con información de las carreras universitarias que según ella "me gustarían", cosa que no fue verdad, me parecieron absurdas incluso, ¿Acaso no entiende que estudiar abogacía, medicina, economía o ese tipo de carreras no son lo mío?
— ¿Ya te has decidido Serena? —su irritable tono de voz hizo que la concentración en mi dibujo fuera interrumpida. Se paró frente a mi mesa, Megan contemplaba asombrada el dibujo del ángel que estaba haciendo y la profesora frunció los labios molesta.
— No, simplemente esas carreras no son lo mío.
Me sincere harta de sus estúpidas preguntas, ¿Es que acaso no lo comprende? Sé que estamos hablando de mi futuro, pero ¿Está realmente segura si quiero seguir en la universidad? Pretendo tomarme un año sabático, un año donde puede pensar con claridad que haré, buscaré un trabajo mientras tanto y tomaré algún curso.
Estoy concentrada en el ángel, en los detalles delicados de sus grandes alas, está de espaldas observando el paisaje que se posa bajo el acantilado donde está posicionado, su mirada se pierde en el horizonte, parece preocupado y triste, algo le pesa, le duele.
Su espalda está al descubierto y le he dibujado con delicadeza algunas cicatrices, los ángeles suelen tenerlas, son recuerdo de guerras enfrentadas, de batallas que han quedado en la nada para la humanidad. Su mano derecha empuña su arma manchada de sangre, la sangre de un demonio que acaba de asesinar, gotea por esta y deshonra la tierra que toca.
Un dibujo como este no se hace de un día para el otro, me ha tomado bastante tiempo hacerlo, lo he tenido detenido por semanas en mi cuaderno, pero hoy he querido continuarlo por más extraño que parezca, me siento cómoda con el ángel que estoy detallando, lo he de sentir familiar.
La profesora sigue allí, parada frente a mí, observando en silencio mi dibujo, contemplando los finos trazos que le dan forma y vida a las alas del ángel, frunce el ceño y ladea la cabeza, Megan a mi lado chilla, pega un pequeño grito cubriendo sus labios, ¿Y a esta loca que le sucede? Me toma del brazo y arrebata el lápiz de la mano.
— ¿Qué te pasa?—me quejo, la emoción de Megan es inigualable, sus labios carnosos muestran una gran sonrisa, sus ojos brillan y observan a la profesora apretando mi muñeca con fuerza y jugando con el lápiz en su otra mano.
— ¡Estamos en la modalidad de arte!
¿No de enserio? ¡Pensaba que seguíamos economía! ¿Es estúpida o se ha caído de la cuna cuando niña? ¡Está bien claro que desde cuarto año de secundaria seguimos artes visuales! ¿Y que con eso? Megan se ha inscrito en esa modalidad para así zafarse de las materias difíciles, Dylan lo ha hecho porque no le quedaba de otra ya que es pésimo en economía y ni hablar de naturales, artes visuales es práctico, muy pocas cosas son teóricas como por ejemplo la historia del arte, imagen y nuevos medios, entre otras tantas materias correspondientes a nuestra modalidad.
En mi caso, me he inscrito porque desde muy pequeña me encanta dibujar, mi padre me ha enseñado todo lo que sé, ha procurado comprarme los mejores materiales para así enseñarme tanto dibujo como pinturas en lienzo, mi habitación es un completo desastre a causa de los cuadros que tengo por la mitad ya que el óleo tarda demasiado en secarse, algunos están en taburetes, otras contra la pared e incluso sobre el escritorio.
Oigo a Dylan reír tras nosotros, Megan pareció una idiota sin embargo no la juzgo, ella es así, Jeremías le da un leve codazo para que Dylan calle, la profesora se encuentra frente a nosotros después de todo.
— ¿Y que sucede con la modalidad, señorita Gaggiani? —cuestiona con su horrible humor la profesora, acomodando las gafas sobre su nariz.
— ¿Acaso no terminamos con el primer año de la universidad de Bellas artes de Buenos Aires hecho? ¿La escuela no colaboraba con la universidad desde hacía dos años con este nuevo proyecto?
— Así es, lo único que los estudiantes deben de hacer al inscribirse es dar un examen de ingreso el cual pone a prueba el conocimiento adquirido en la escuela secundaria y comienzan el segundo año con los conceptos básicos que suelen enseñarles en sexto año de secundaria. ¿Acaso el profesor de arte, Voren, no les explico?