Serendipia

CAPITULO 2

 

Luego de haber tomado mi café, empecé caminar un poco para conocer el lugar.

Resulta que no muy lejos de mi departamento hay un parque bastante grande, donde pude ver a parejas, niños sacando sus mascotas y personas comiendo al aire libre. Es un parque muy lindo y con un buen aseo, –decido caminar un rato–

– ¿eres nueva en la ciudad verdad? – hablan detrás mío–

–sí, ¿se nota mucho?, –miro a la chica que está justo enfrente mío–

–un poco, me recuerdas a mi yo del pasado. Digo, cuando llegue aquí haces dos años –sonríe la chica–

–entonces eras algo despistada, pues es que yo realmente no conozco nada de aquí, y lo peor de todo es que sabía que vendría, entrare a la universidad dentro de poco – sonreí – ¿cómo es tu nombre?

– Me llamo Samantha, aunque mis personas cercanas me dicen Sam –me estira la mano –

– un gusto Sam, me llamo Abby –sonreí y estreche su mano– un placer conocerte.

– Que formal – la chica bromea – ¿quieres ir a conocer un poco la ciudad?

–Si –miro la hora y eran las 5:30 de la tarde– lo siento debo irme, la mudanza ya llego y debo estar ahí.

–si quieres puedes darme tu número y te escribo para que luego salgamos, ¿te parece?

– ¡si! –le doy mi numero me despido y salgo corriendo

Corrí y corrí como si mi vida dependiese de ello, me encuentro algo sorprendido por que recordé el camino correcto a mi departamento quizás esto es más fácil de lo que yo pensé. Ya había llegado la mudanza y los encargados se encontraban subiendo mis cosas hacia mi departamento.

A pasos acelerados me encamino al ascensor para llegar más rápido.

–Señorita la hemos estado llamando –dice el señor un poco enojado–

–Sí, discúlpeme. Me encontraba mirando el vecindario – sonreí incorporándome para respirar–

El señor solo se dedica a suspirar y me hace señas para que la puerta de mi departamento sea abierta.

Ya habían pasado alrededor de una hora y media, y las cosas no paraban. Muebles, sillones, almohadas, ropa, trastes y una infinidad de cosas nuevas que mi madre se había tomado el atrevimiento de comprar. No, no me molesta que comprara todo, al contrario estoy muy agradecida sé que si yo hubiera ido mi casa sería una completa casa del terror.

–eso es todo señorita…–mira una de las hojas de su lista– señorita Abby – corrigió el señor. Podría usted firmarme aquí –hice lo que me pidió– y aquí…–una vez más firme – y por ultimo aquí –firme la última vez.

–Muchas gracias por sus servicios – doy gracias una última vez y cierro la puerta de mi casa –

Mi teléfono empieza a sonar.

–Diga –conteste sin saber quién era–

–hola, eh ¿hablo con By?, bueno Abby – ríe la chica de la otra línea–

–sí, con ella. ¿Tú eres?

–hola de nuevo, soy Sam la chica del parque, estaba pensando si quieres conocer un poco la ciudad de noche

–sí, me encantaría

–no vemos en el parque en una hora, ¿okay?

–está bien, nos vemos

–adiós

Cuelgo la llamada y me dispongo a darme una ducha rápida y ponerme lo primero que vi por ahí. Sé que debo organizar este desastre pero lo hare cuando llegue.

Llegue 5 minutos tarde a causa de que no encontraba las llaves del departamento y no podía salir sin ellas

–hola By

–hola Sam

–por cierto, ¿te puedo decir By?

–por mí no hay problema

–bien, te llevare a un pequeño recorrido cerca, comeremos algo y luego te traeré a tu casa mientras te enseño algunas rutas de camino y en transporte, ¿okay?

–sí, muchas gracias, no es necesario que lo hagas

–claro que si es necesario, sé que se siente llegar a un lugar sola, sin conocer a nadie ni a nada y me hubiera encantado que alguien me ayudara

–en eso tienes razón

–Andando entonces – empieza a caminar a paso rápido –

– ¡oye espérame no me dejes!–grite y corrí para alcanzarla–

empezamos a caminar mientras miraba la ciudad, le contaba sobre mi vida y todo lo que quería hacer aquí, en el lugar de mis sueños.




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