MARVIN
Desperté por culpa del sol que se había filtrado por mi ventana y me daba directamente a los ojos, estaba con las cobijas enrolladas en las piernas, me di cuenta un poco tarde porque cuando intente levantarme me caí de boca al suelo, no me levanté por flojera. La verdad el piso se sentía cómodo y desde ahí ya no me daba la luz del sol, así que el lugar perfecto para descansar… bueno lo hubiera sido si mi madre no hubiera entrado a la habitación.
-Mar… Marvin ¿Qué haces en el suelo?
-Aquí pasando el rato, saludando a las hormigas -dije con la cara aún pegada al suelo y los ojos cerrados.
-Ya levántate y baja a desayunar, es tu último día de vacaciones así que aprovéchalo bien.
-Eso hago.
-Ya Marvin, te espero abajo con tu padre.
Dijo volteándome boca arriba con su pie para después salir de la habitación.
-¡No cuentan como vacaciones si trabajo! -grité para mi madre- y para colmo en un cementerio.
Eso último lo susurré sólo para mí.
Abajo estaban mis padres desayunando como de costumbre, mirando las noticias, me senté con ellos a hacer básicamente lo mismo hasta que salió cierta nota, el presentador con una voz clara con la que daba las mismas noticias fueran buenas o malas, hablo.
-“Hoy a 3 años, el asesino de los espejos aún no se encuentra y no hay ni una sola pista de su existencia”
Dejé de oír en ese momento y perdí la mirada en un estante cercano donde descansaban mis llaves, con cierto llavero de un juego de la feria.
-Marvin… MARVIN.
La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.
-Ah… ¿Qué perdón?
-¿Estás bien?
-Sí, ¿ya nos vamos? Es mi último día de trabajo y quiero que termine pronto.
Dije levantándome de mi lugar, me puse mi chamarra y salí directo al auto.
Me metí al lugar del copiloto, hoy no tenía ánimos de manejar, en lo que mi padre salía me perdí viendo mis llaves, mire el llavero, llavero de mi antiguo empleo en la feria, una montaña rusa, comencé a recordar ese día ¿ya habían pasado 3 años?
Un escalofrío pasó por mi espalda y luego entró mi padre al auto tan rápido que me sobresalte.
-¿Listo para irnos?
-Desde hace media hora, pero cierta persona no salía.
-Qué molesta persona.
Solo le sonreí, después de lo que sucedio en la feria había renunciado a ese empleo, no me quedaban ganas de volver ahí, siempre que regresaba me sentía incomodo, así que mejor decidí renunciar y comenzar a trabajar con mi padre en el cementerio, ordenando papeles. Mi padre se encargaba de otra área así que nos cruzabamos pocas veces, por hoy lo agradecí, aunque no me gustaba mucho trabajar aquí, bueno era el cementerio, o la morgue con mi madre, soy un poco claustrofóbico así que estar encerrado con unos muertos no era buena idea, mejor con muertos pero en libertad, es más bonito… creo.
Me la pase toda la mañana acomodando papeles y llenando formularios que se me pasó el tiempo entre uno y otro, hasta que mi padre llamó a la puerta.
-Lo invito a almorzar señor Revis.
-Papá, aún no es mi hora de almuerzo.
-Marvin… Son las 5 de la tarde.
-¿Qué?
Mire el reloj en mi escritorio, eran las 5:15, ¿Pero en qué momento pasó tan rápido el tiempo?
Moví las cosas de mi escritorio, él se sentó frente a mí, sacó unas bolsas de comida que dividimos y comenzamos a comer.
-¿Listo para regresar a la escuela?
-Listo, listo, lo que se dice listo pues…
-Marvin, pon algo de tu parte.
-Sabes que sí. Ya voy a mitad de carrera, además tengo un buen presentimiento.
-Hijo, sé que lo que pasó hace tiempo debió afectar pero no quiero que eso sea un impedimento en tu vida.
-Estoy bien, ya pasaron 3 años, estaré bien, ¿sí?, tú confía en mí.
Seguí comiendo. Si bien, eso aún seguía afectando, ya estaba volviendo a ser el mismo yo de antes, así que sabía que esa herida ya estaba sanando.