ALICE
Mientras caminaba al lado de Jason no podía dejar de pensar que la ropa y el estilo de cabello que tenía saltaba mucho a la vista, era demasiado diferente a mi, ropa “ajustada” y el cabello rubio, como si fuera natural de nacimiento, mi rostro también era diferente, una nariz pequeña pero como una bolita al final,mis ojos eran más pequeños, era extraño, literal estar en el cuerpo de otra persona era algo a lo que quizá nunca me acostumbrare, sin embargo, había cosas del vestuario que me gustaban, realmente hacían lucir mi cuerpo, aunque con el trabajo que tenía era algo complicado usarlas… , ya veremos. No pude evitar verme en el reflejo de una ventana, quizá con mi otra vida hubiera terminado usando algo así.
Estaba tan concentrada en mis pensamientos hasta que Jason empezó a hablar.
-Alice, podrías ser más amigable con las personas, ¿sabes?
-Si… No quiero, solo estamos aquí por un trabajo, solo uno más, no olvides eso.
-Yo pienso que dices eso porque estas molesta de tener que vestirte como la chica rubia, pero no se te ve mal, ¿has pensado en dejarlo de este color? El café ya pasó de moda.
-Cállate ¿Por qué tenemos que mezclarnos ahora? -pregunte con un tono de obviedad, pero realmente era incómodo estar en otro rostro- Bueno, yo porque morí en esta ciudad y si alguien que me conoce me ve caminando por estas calles capaz le da un paro cardiaco.
-Sería divertido. Bueno, además, el chico me cayó bien.
Ya llevábamos bastante tiempo trabajando Jason y yo, cuidando a las personas hasta que estuvieran seguros, o llegaba el momento de su muerte, hasta ahora nuestra lista llevaba a 13 personas, Marvin era el número 14, cosa curiosa, a él le faltaba cerca de 4 años para morir, pero aquí estábamos, porque Katia dijo: “Es de vital importancia, y tengo más confianza en ustedes” y blah blah blah. En realidad no me molestaba ayudarlos, al contrario, era feliz, al saber que libraba a cada persona de sufrir lo que yo, o que terminara convirtiéndose en un títere más de ese “ejército”, estaba feliz, pero antes solo observábamos desde lejos, además eso de socializar no se me daba muy bien, bueno, sola no, con Jason era más fácil, básicamente el hacía todo el trabajo y yo solo lucía genial a su lado, el chico extrovertido, y la chica misteriosa porque tiene un pasado traumático que no le apetece ir contando.
Tiempo después descubrí que Jason tenía el poder de la empatía entre sus muchas curiosidades; su mimetismo animal, la curación, y además volaba lo que le daba velocidad en momentos cruciales, aunque claro sus alas no pasaban desapercibidas, así que no podía usarlas si había testigos, en cuanto a su empatía entiendo por qué me sentí tan “cómoda” con él desde un inicio, sintió mi miedo, ira, tensión, todas mis emociones negativas y trató de neutralizarlas, ahora sabía identificar cuándo lo hacía, algunas veces lo agradecía, y otras le pedía que se alejara antes de que lo golpeara.
Él poseía el número mayor de poderes, como Sira, o eso creí, hasta que descubrí que Katia tenía 5, ¡5!, también era empática como Jason pero debia tocarlos para sentirlo, también podía dormir a las personas al tocarlas por unos segundos, fotoquinesis, también podia hacer escudos de luz sin necesidad de tener una fuente luminica cerca y la manipulación de la materia. Yo, ahora mejor alimentada, con mis horas de sueño reguladas y con el entrenamiento adecuado poseía 3, o eso creo, todos tenían el mismo, que era la fuerza, la controlaba muy bien, osea todos teníamos una fuerza mayor a la natural, pero que te dijeran tener el poder de la fuerza ya era algo brutal, normalmente uno de nosotros podría empujar un carro sin problemas, yo moví una vez un vagón de tren con la misma facilidad, bueno… Ya tienen la idea, también tenía habilidad de meterme a los espejos, desde ahí era una dimensión completamente igual, solo que era blanco y negro supongo esta era la parte de mi vida que continuaba conmigo, por no decir de mi muerte, además podía entrar tanto al mundo normal como al mundo de Tempel, pero era una habilidad que manteníamos en secreto Jason y yo pues la usabamos a veces para romper algunas reglas, y por último el fuego, la que menos dominaba, incluso lo descubrí por accidente, ni siquiera podía controlarlo, lo mantenía en secreto, temía quemar algo o lastimar a alguien. Katia me decía que podía llegar incluso a 4 habilidades pero debíamos esperar a que llegara a los 24 años, cuando dejara de crecer, entonces mis habilidades se desarrollarían en su máximo potencial, o podría pasar antes. Yo estaba bien con 3, ni siquiera podía terminar de controlarlas bien, no necesitaba otra más.
-Bueno, hay que seguir a Marvin antes de que lo maten bajo nuestra guardia.
-Pero antes, quiero comer, o me voy a morir.
-Alice… Ya estás muerta.
Dijo antes de seguirme a la tienda, compre un hot dog lo llene de todo, mostaza, mayonesa, toppings, mientras lo preparaba sentía la saliva en mi boca, y cuando lo probé no estaba mal pero sigo prefiriendo la comida de casa, y un agua, digo a brincos no me lo paso.
Después de un rato de dar vueltas cerca de la casa de Marvin lo estuvimos buscando pero no encontrábamos su paradero, ya hasta había terminado de comer y eso que yo como muy lento, en estos dos años recupere mi peso, también deje de comer con desesperación, ahora me tomaba mi tiempo para disfrutar mi comida.
-Comienzo a preocuparme ¿y si le sucedió algo? -preguntó Jason.
-¿Crees que puedas rastrearlo? -Sabía que algo le había sucedido, pero no iba a permitir que algo le pasara al chico.
Jason en ese momento se transformó en el perro que vi aquel día en la enfermería, podía convertirse en cualquier animal, pero ese era su favorito porque sus sentidos se ampliaban, acaricie su melena para molestarlo antes de seguir, íbamos directo a la plaza, justo a uno de los lugares que menos quería toparme, pero antes de ser necesario escuche golpes en un callejón, Jason tomó de nuevo su forma original.