Serendipia

14 Sira

Charlotte y Thiago tuvieron que unirse desde el escape de la chica, Sira se había puesto más furioso que nunca, reprendió a ambos chicos y desató su ira con la más débil del trío, Emily, quien no se encontraba ahora en la sala.

Ahora estaban solos ellos dos en la sala del trono frente a Sira, una vez más, al igual que todo el castillo era oscuro, esta habitación era amplia, con armaduras adornando los bordes, algunos escudos, y artículos que antiguos reyes habían dejado a su paso, Sira en su arrogante narcisismo tenía el cuerpo del antiguo rey.

-Esa estúpida chica arruinará todos mis planes, y todo es culpa de ustedes dos, yo les di todo, están en mi primera línea, tienen sus privilegios, ¡¡UN MALDITO TRABAJO TENÍAN!!

La voz de Sira se escuchó por todo el lugar, ronca, profunda y llena de odio, por primera vez se quitó la capucha de la capa y la arrojó al trono que usurpó, su cabello platinado se movió junto con el aire, sus ojos rojos brillaban aún en la oscuridad, su cara no tenía nada que pudiera llamarse feo, pero era dura, severa. Las otras dos personas en la habitación tuvieron que contenerse para no voltear la cara, su mirada era intimidante de tal manera que el escalofrío pasaba por toda la espalda, en cuanto a la cicatriz del labio, era pequeña, pero no dejaba de ser curiosa para todos, si bien sus cuerpos se recuperaban, esa cicatriz estaba ahí sin marcharse.

-¿Quiere que vayamos por ella, señor?

Sira tomó la espada de una de las armaduras y la puso sobre el cuello de Thiago, había hablado sin permiso, pero no podía dejar que las emociones lo controlaran, era momento de arreglar su plan nuevamente, bajó la espada y a paso tranquilo fue a sentarse en el trono, acarició los reposabrazos pensando, ahora tenía pocas opciones si quería ganar esta guerra, una pequeña sonrisa se mostró en su rostro.

-No, ella aprenderá a usar sus poderes en poco tiempo, sin embargo no quiero que la pierdan de vista, necesito tres cosas.

Levantó su mano alzando tres dedos, mientras decía cada punto los bajaba hasta hacer un puño.

1.- Más reclutas.

2.- El libro de Armandek.

3.- A ese niño bonito, Marvin.

Los otros dos chicos, al terminar de recibir sus instrucciones salieron del salón.

Sira bajó del trono arrastrando la espada, llegó al cuerpo del antiguo rey, abrió la puerta de vidrio que los dividía, puso la espada sobre su cara delineando con cuidado cada facción.

-Sabes, yo te admire, pensé en tomarte como mi modelo a seguir, hasta que descubrí la rata de alcantarilla que eras, hice un favor al mandarte a ese pozo horrendo, donde siempre debiste estar.

Rasgó su mejilla con la espada, se sintió aliviado en el momento, pero el cuerpo así como no se descomponía tampoco se curaba, y no planeaba desfigurarlo tan pronto.

-Bueno mi querido Mike, debo irme, tengo una cita con el infierno y no puedo llegar tarde, después de todo, yo soy el diablo.

Cerró de nuevo la caja de cristal, tomó la capa que descansaba en el trono, camino hasta salir del trono, tenía un plan que hacer para entrar a su castillo enemigo y para su suerte, lo conocía como la palma de su mano.



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En el texto hay: romance y fantasia, romanace

Editado: 15.08.2025

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