ALICE
Despertar no es difícil, lo difícil es salir de la cama y más cuando hay un mar de pensamientos en tu cabeza.
No estaba segura de nada ahora, sentía miedo de todo, aunque no lo aparentaba, la coraza que había puesto alrededor de mí se estaba desvaneciendo desde que llegó Marvin, algo en mí se alegraba, estar con él era cálido, tranquilo, me era conocido de alguna manera, pero al mismo tiempo me sentia debil, expuesta, recordaba lo que pasó con Mike, y mi corazón se aceleró, de solo pensar perder a Jason o a Marvin, el miedo a encariñarme estaba, pero no podía evitarlo, porque me negaba rotundamente a alejarme de ellos, comer con Marvin me hacía feliz estos días, me animaba con el fuego, también me hacía comidas que tanto extrañaba, sacudí mi cabeza para borrar esas ideas cuando me descubrí sonriendo, me bañe y cambie antes de salir de mi cuarto.
Abrí la puerta y… ¿Estaba nevando? Camine mirando entre los vitrales la nieve afuera, no sentía el frío, al menos no en extremo, escuché unos pasos conocidos atrás de mí, llegó Jason corriendo hasta donde yo estaba.
-¡¡Alice!! Ven conmigo, quiero que veas algo.
Antes de que pudiera decir algo me tomó y voló conmigo hasta el lago que estaba congelado, detrás del castillo, era un lago pequeño más bien una laguna, fueron muchas vueltas, a mucha velocidad. Al bajarme me sentía algo mareada.
-¿Alguien anotó las placas?
-Alice, que bueno que viniste -dijo Marvin, que ya estaba en ese lugar.
-Más bien me trajeron.
Marvin tomó mi mano y me sostuvo con delicadeza hasta que estuve mejor, no tardó mucho, él estaba con una chamarra muy grande encima, se veía tierno, sus mejillas ligeramente sonrojadas por el frío, yo solo tenía mi playera por la que el aire helado pasaba sin pedir permiso, mire la laguna congelada, en las orillas se veía ligeramente la nieve acumulándose y entonces los ví, unos patines.
-Ahora no solo tengo la duda de donde sacaste la chamarra, sino también los patines.
-Tengo contactos, y… algo que yo recuerdo es que te gustaba mucho patinar, hablando con Jason en todo este tiempo no lo has hecho, así que ahora que la naturaleza nos está apoyando y también pedí algunos favores, pensé que podría ayudarte, después de todo, quizá no lo recuerdes, pero mencionaste que me dejarías verlo.
Lo mire a él, luego a Jason, sabía que él era el responsable de los patines, me los puse con cuidado, luego de pie, era como ponerme mi par de tenis favoritos, avance lentamente, miraba debajo del hielo, pero era completamente blanco, como todo el paisaje, avance lentamente, luego empecé a hacerlo más rápido, la música empezó a llegar a mi cabeza había dejado la orilla detrás, todo era perfecto, no estuve mucho tiempo en mi transe, tal vez una o dos canciones mentales, al girar estaba Jason y Marvin en la orilla intentando avanzar, lo hacían bien pero muy lento, fui con ellos para ayudarles, estaba tan feliz que no note la enorme sonrisa en mi rostro.
-¿Les ayudo?
-Por favor.
-Oye… nunca te había visto sonreír así, de haberlo sabido hubiera pedido a alguien que congelara el lago desde antes.
Los tomé a ambos de la mano e iba avanzando lentamente mientras les mostraba cómo mover los pies, a Marvin se le complicaba con tanta ropa puesta, pero daba lo mejor de sí.
-Para ser principiantes no lo hacen mal.
-Bueno, chicos, yo debo dejarlos, tengo que hablar con Katia, por poco lo olvido, pero en cuanto termine regresaré.
Jason me soltó de golpe y patino con gracia de regreso, me miró con picardía, pero lo ignoré, deje un poco atrás a Marvin, habíamos avanzado un buen tramo y la orilla del lago se veía lejana.
-Creo que mi idea funcionó.
-Creo que si, gracias por recordarlo, no sabes como lo extrañaba, realmente ni yo sabía cuánto lo extrañaba.
-No, pero la sonrisa y tus ojos, me recuerdan a los que tenías cuando te conocí, sin ofender ni nada, pero así en la muerte aún puedes lucir muy viva.
Me gusto ese comentario, me hizo feliz, continuamos un rato, Marvin tenía buen equilibrio así que no tardó mucho en tomar un ritmo, pero definitivamente la ropa lo limitaba, lo tome con ambas manos y le pedí que se pusiera en cierta posición para ambos dar vueltas, su risa era muy linda pero si tuve que jalarlo un par de veces antes de que se cayera.
-Con algo de práctica mejorarás pronto, tienes un talento nato
-No me molesta el patinaje, pero el frío está comenzando a dolerme.
-Deberíamos volver, hay que calentarte.
Sonreí viendo sus mejillas sonrojadas, pero de inmediato mi sonrisa se borró, había una sombra viéndonos desde los árboles, no era una silueta conocida, al menos no de aquí, tome a Marvin y lo pase detrás de mí, debo decir que no con delicadeza.
Se mantuvo en silencio en cuanto vio la sombra también, se empezó a acercar a nosotros y si, era del otro castillo, mierda lo encontraron, no tenía a Jason así que debía luchar y protegerlo al mismo tiempo.
-Marvin, corre, ve hacía el castillo, y no quiero que mires atrás por nada.
-Ven conmigo.