Traída del mar sin recuerdos

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- ¿Cómo vas a llamarlo? - interroga Thomas, preprando la pecera del pez gordo. - es un pez de oro japonés, deberías buscar un nombre japonés supongo.

Ella asiente sonriente. Ha decidido apostar por el pez, su vida a debido de tomar otro camino. No puede evitar sentir algo de arrepentimiento, el temor de que quizá el pez ya no le hable o qué la ha engañado la atormenta.

- Tengo una idea ¿Porqué no Shino?

" ¿Shino? "

Escucha la voz del pez. Puede notar que por su tono no le ha gustado el nombre, así que sonríe. Está feliz de que el pez no le haya mentido. Mira al pez con curiosidad esperando a que este sepa lo que está pensando.

" Soy Yoko "

Toma la tableta que está sobre la mesa para escribir el nombre del pez en ella. Se acerca a Thomas y le muestra. La mirada de Thomas es de aprobación.

- Bien, Yoko bienvenido. - dice con sus sonrisa tan cariñosa y sincera.

Lila no puede evitar sonreir al verle en ese estado, se siente cómoda con él. Como si hubiese esperado un tiempo para poder ver nuevamente esa sonrisa. El alivio que se encuentra en su pecho es cálido y aún más con su mirada de él.

- Lila voy preparando la cena para que después te bañes. - habla encendiendo la estufa.

" No puedes tener contacto con el agua, sirena. "

La voz gruesa suena nuevamente, gira para ver al pez. ¿Porqué no podía? Necesita bañarse para no molestar a Thomas.

" No querrás que él te vea en tu verdadera forma ¿O si? "

« ¿Mi verdadera forma? »

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¿A qué se está refiriendo? No comprendo nada de lo que me ha dicho desde que lo oí en la tienda. Tampoco sé que significa sirena. Espero que pueda explicarme ahora.

" Eres una sirena, sirena son seres sobrenaturales, que son mitad pez y humano. "

¿Si fuera mitad pez no estaría ya muerta debido a que me falta el mar?

" Sí, pero al parecer has hecho un trato por un humano. "

Trato. ¿Porqué lo haría?

" Las sirenas tienen una vida larga. "

Entonces no debo ser la única sirena en este mundo, debe haber varias y los humanos pueden saberlo.

" Déjame terminar. No hay muchas sirenas a pesar de que su vida sea larga. Mayoría mueren a causa del amor. El enamorarse de un humano está prohibido, sin embargo algunas sirena salen del mar, intercambiando algo preciado por poder vivir en la Tierra y estar con la persona que aman. La causa es que los humanos dejan a las sirenas luego de enterarse de su raza, los humanos ven a ustedes las sirenas como fenómenos, si la sirena no consigue el amor de su amado, morirá convirtiéndose en el aire que rodea al mar, río y laguna si se puede decir."

Entonces yo vine por alguien a quién amo. Si es así ¿Porqué no recuerdo nada?

" Lo más seguro es que tu cambio a sido a costa de tus recuerdos. "

Es aterrador, si es así, si no recuerdo absolutamente nada ¿Cómo sabré quién es mi amado? ¿Y si me enamoro de la persona equivocada y que no es la persona que yo amaba sino otra, moriré? Sea cual sea mi decisión mi vida es corta.

" Quizá puedas tener suerte. "

Suerte. ¿Cuánto tiempo me queda?

" Eso depende de cuánto amor le hayas tenido antes. Mayormente son tres meses. "

Hay más personas como yo, ¿Conoces a alguien a parte de mí?

" Sí, el dueño de la tiendo donde me compraste es también como tú, aunque a él no le queda mucho tiempo. "

- ¡Lila la cena está servida!

Oigo gritar a Thomas. Me despido de Yoko, aunque me detiene para advertirme sobre la ducha. No sé aún si confiar en Thomas lo suficiente como para mostrarle mi verdadera forma, ni yo me he viste. Soy un fenómeno, un fenómeno que le queda poco tiempo de vida.

Que tan importantes han sido mis recuerdos como para intercambiarlos por un amor.

Necesito suerte. Bastante. Espero poder encontrar a mi amado y que este me acepte, no conozco ni un caso en el que haya terminado con un final feliz, mañana quizás le pregunte a Yoko. Me ha sido de ayuda.

Necesito conocer al dueño de la tienda es como yo, dice Yoko.

Habrá encontrado a su amor, como para que Yoko me hable de él. También es sirena, pero macho al referirse con "él" al dueño de la tienda. ¿Qué habrá intercambiado?
Llego a la cocina, donde está Thomas sentado tomando un café, me mira.