Serendipity

Una familia


— No esperaba verte, ¿Porqué estás aquí? — Thomas le invita la cena a Luna, pero ella se niega.


— Ya comí, en casa de mi Padre. — Para Thomas el que ella esté con su Padre es una sorpresa.

— ¿Tu Padre?

— Mi Padre se ha enamorado de otra mujer, y se van a casar pronto. — la mujer prefirió pedir una taza de café.

Thomas no evitó reirse al respecto. Le parecía gracioso el que antes el Padre de Luna llorar por la muerte de su esposa, y se echara la culpa por haberle engañado con otra mujer. Ahora aquel hombre arrepentido anda con otra mujer. Que se podía hacer ya habían pasado prácticamente  cuatro o más años.

Luna observó la silla de ruedas y no evitó en pensar en Lila.

— Pensé que la habías dejado en el hospital. — finalmente Fredek trajo a Lila y la sentó en la silla de ruedas, provocando que Luna la observe.

— No pensaba hacerlo. — Aclaró la duda de Luna.

Los cuatro permanecieron en la mesa. Aunque sólo tres cenaban y Luna decidió por observar y conversar con Thomas.
Sobretodo observaba a Lila con bastante detenimiento. Sin quitarle la mirada del rostro. Su mirada no incómoda, es relajante. Para la suerte de Lila.

— Yo pensando en que se trataba de otras de tus acosadores. — menciona Fredek. — Luna, desde que llegaste no pensaste ni siquiera en soltar o bajar la fuerza del agarre que le tienes a esos documentos.

Thomas verifica las palabras de Fredek. Comprobando la verdad, las tenía.

— Oh, se me olvidó. — con prisa abrió los documentos. — Estos papeles, serán de gran ayuda para Lila y para los de su alrededor.

Los papeles mostrados y dejados en la mesa. Contenían un caso parecido al de Lila. Mujer atractiva que llega inesperadamente a un hospital sin documentos. Pero con una razón diferente a la de Lila.

— Logré obtenerlos gracias a unos compañeros, pero son solo copia; si me los hubiera apoderado, lo más seguro es que ya estuviesen buscando al culpable.

— ¿Porqué? Un hospital y el historial de una paciente no es de tanta importancia. — Fredek se unió a su conversación.

— Estoy de acuerdo con lo que acabas de decir. — Luna sacó su celular y verificó en su galería, buscando. — Lo peor es que no sólo es una… — fue allí donde ella mostró varios historiales en blanco, o al menos borrados con corrector. — No sabemos quién o quiénes, pero…

— Quieren ocultarlo de los demás. — formuló Thomas.

— No estoy segura, no soy buena en este tipo de cosas; ya sabes sólo soy una enfermera que depende de la herencia de su Padre, no una detective. — anunció luego de que  acabó su café.

— Necesitaremos buscar un detective, el problema es esto. — Fredek cruzó sus dedos: índice y pulgar. — Cómo siempre el dinero es lo que nunca se debe faltar.


— Thomas lo tiene. — Fredek negó con la cabeza al oír a Luna.


— El que tiene la plata es mi Padre, no yo. — aclaró Thomas. — Será imposible hacerle entender que necesito dinero, pero no para mí sino para otra persona. — soltó refiriéndose a Lila.

— Estás trabajando, según la ropa que llevas puesta. — asegura mientras ve que Thomas tenía su bata. — ¿No te alcanza con lo que trabajas?

— Thomas no trabaja a horas máximas y no todos los días, llega cerca de las siete para cenar y poder ver a su princesita, y por eso no consigue suficiente dinero. — sonrió Fredek.

Thomas se conservó. Evitando tirar a Fredek de su casa. Si es posible a patadas.

—  Eso cambiará. — Luna, guardó sus cosas. — He venido a ayudarte y también estoy curiosa por algo. — decidió reservar las causas de su ayuda. — Cuidaré de Lila los días en los que… ¿Disculpa, cómo te llamas?

— Llámame Fredek, preciosa. — guiña el ojo. Luna se mantuvo congelada por unos segundos.

— Sólo ignoralo. — la despierta Thomas.

— Cómo decía antes de que el idiota que está presenta me interrumpiera, cuidaré de Lila los días los que él no pueda. — Fredek evitó el hacer un alboroto al oír como le llamó "idiota" —  Así Thomas podrá trabajar todos los días.

— Luna, yo no quiero molestarte.

— Te lo dije Thomas, estoy aquí por mí y por otras cosas. — volvió aclarar.

— ¿Podemos saber qué cosas? — interroga Fredek.

— No creo que quieras saber, guapo. — Fredek no evitó reír al oír a Luna.

🌻༚༚༚

— Lila, ¿Has sentido algún dolor durante estos días?

Ella asiente mientras que Luna prepara su cama para dormir al lado de ella.

— ¿Dónde exactamente?

La voz de Luna era femenina, pero madura. Su voz era acogedora para Lila. Por lo que sentía que podía confiar en ella.

Estiró sus brazos hasta llegar a sus piernas. Señalando el lugar dónde el dolor se extendía.



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En el texto hay: romance, relatos de amor, sirenasytritones

Editado: 17.02.2019

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